Capítulo 28: Final

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Ingreso a la iglesia mas esplendorosa que nunca, con la mirada en alto, con la mejor postura y con la mejor sonrisa que hubiese visto todo Londres en mucho tiempo. La novia mas hermosa, aquella con rizos rubios perfectos, con un flequillo perfectamente arreglado y cortado a la altura justa. Todo su cabello iba suelto, salvo algunas trenzas que salían desde adelante hasta la nuca, las cuales se unían con una hermosa hebilla de flores rojas. 

El vestido mas sorprendente lo llevaba puesto Elizabeth, sin duda la diseñadora había creado su mejor obra. Poseía un escote que dejaba ver el hermoso cuello de la joven, completamente libre de joyas, destacaba sus clavículas y finalizaba en casi la mitad de la altura de los pechos. El corsé estaba ligeramente apretado, lucia su cuerpo de manera natural, tal y como era. Aquel vestido rosa poseía una falda que caía delicadamente hasta la altura de los pies. Era bastante amplio mientras mas abajo llegaba, en la punta tenia varios detalles, entre ellos unos hermosos bordados de rosas rojas que jugaban con el rosa claro de la prenda. La zona de la espalda era bastante amplia, allí había mas bordados aunque mas suaves, hechos con un fino hilo dorado que adquirió la joven modista en un viaje a oriente. 

La marquesa continuo su camino confiada y tranquila hasta el altar, a pesar de escuchar muchos murmullos tan positivos como negativos, hizo oídos sordos y llego hasta el novio. Ciel Phantomhive lucia espectacular, con un traje blanco que dejaba ver aquella figura tan atractiva, también poseía bordes rojos y dorados en algunas zonas, su vestimenta hacia el perfecto juego con el de la joven. 

Ambos dijeron sus votos, y finalmente contrajeron matrimonio. Ante la mirada de miles de Ingleses e incluso amigos de otros sitios que se presentaron aquel día. Con la presencia del hermano gemelo, del mayordomo demonio, de la tutora exigente, y de la mismísima reina. La presencia de la mujer provoco gran envidia de parte de muchos nobles que siempre desearon que esta asista a sus ceremonias y aun así solo aprecio en esta, en la boda de su perro guardián.

La celebración se realizo en la casa phantomhive, fue organizado por todo el personal a cargo de Sebastian como era de esperarse, quien obviamente dejaría todo en perfecto estado. Se invito a una orquesta a tocar junto con una cantante francesa. Todos disfrutaron de la velada, los novios recibieron las mejores felicitaciones. Al llegar la media noche se habían retirado todos los invitados. Como ultimo, la familia Midford saludo formalmente a la joven quien a partir de ese día comenzaría a vivir con su esposo. El hermano gemelo de Ciel se retiro con ellos dejándolos solo a los novios junto con todo el personal de la mansión. 

Los recién casados ingresaron a la habitación algo nerviosos, él aun mas que ella. El Joven sugirió que no era necesario realizar el acto en el momento si ella no lo deseaba. Elizabeth ante escuchar eso sonrió callada y comenzó a desvestirse. Ya sin prendas encima se acerco a Ciel quien estaba completamente colorado pero feliz, y excitado, algo que la joven percato. Se dieron un intenso beso apasionado, de aquellos que hacen que uno sienta cosquillas por todo el cuerpo, esos que dan ganas de seguir por siempre. Aquellos labios seguían chocándose y rosándose lentamente mientras la mano del joven  recorría el cuerpo de la recién casada. Ella prosigo a realizar lo mismo luego de desprender los botones y cierres de la vestimenta sin desprenderse de aquel beso.

Ambos, desnudos, excitados, con ganas de sentir cada vez mas cerca la piel del otro, se recostaron en la cama, entre besos y suaves caricias, entre mordiscos en el cuello y toqueteos suaves, entre tanta pasión y sabanas completaron lo que es un requisito para ser marido y mujer, aunque para ellos era una de las tantas formas de sentir al otro.

FIN.

¿Amor o Deber? - Ciel y LizzyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora