Capítulo 18

763 67 4
                                    

Eran alrededor de las tres de la madrugada, el ambiente en la habitación se sentía como si congelara, el frió pasaba a través de las ventanas sin importar que estas estén cerradas. A pesar de esto ahí estaba Lizzy, mirando por el vidrio que daba a el jardín de la Mansión Midford. La joven de cabellos rubios volvió en si cuando vio como unos conejitos saltaban por patio, los pudo ver a pesar de la oscuridad gracias al precioso cabello blanco que llevaban. Se quedo observándolos un rato más con una leve sonrisa. Eran tan hermosos. Sintió frió, antes parecía que que este no existía o que ella había perdido toda sensibilidad al temporal que azotaba a todo Londres. 

Ya recostada sobre la cama repitió en su mente una y otra vez las palabras que le dijo Ciel el día anterior, todo lo que le contó. Era tan increíble que si no fuera porque tiene sentido pensaría que el joven había perdido totalmente la cordura. Nuevamente volvió a recrear en su mente todo lo sucedido después de que ella quitara el parche que llevaba el ojo derecho de Ciel;

-- Tal vez no lo recuerdes, eramos muy pequeños. Pero siempre fuimos dos los hijos del matrimonio Phantomhive. Desde una temprana edad yo vivía como si nunca existiera, era el hijo con problemas, tenia... tengo asma. Es cierto no soy el real Ciel Phantomhive. No asistía a las reuniones ni veladas donde asistían muchos de los grandes nobles. Siempre veía como te divertías con mi hermano. Aun recuerdo el día donde me comento que serias su futura esposa algún día.- dio una leve pausa que aprovecho para observar a la joven frente a él que lo miraba fijamente y luego continuo;

-Aquel día...- sentía como su voz se quebraba, pero necesitaba seguir, sabia que debía contarle todo, al igual que sabia que no había marcha atrás después de esta conversación.-- el día del incendio, hace tan solo unos años, nos secuestraron a mi hermano y a mi. Tengo leves recuerdos de esos días, todos tortuosos y horribles. Estuvimos unidos hasta el último momento, luego...-- Se queda un poco pensativo, como si toda su memoria se le hubiese borrado, no recordaba cuando fue el preciso momento en que se separo de su hermano y dio por hecho su muerte.- creí que había muerto. Me equivoque evidentemente. -- tomo aire una vez más, sabia que aun faltaba contarle la parte mas difícil y secreta de la historia.--  tenia mucho miedo, no estaba dispuesto a morir... esto.- Señalo su ojo derecho con su mano y continuo.- esto es la marca de mi contrato.

-¿Contrato?- la pregunta salio por impulso de la curiosidad de Elizabeth. Su mente estaba confusa, observaba fijamente el ojo de su prometido y no terminaba de entender como eso seria un contrato.

- Para no morir en aquel sitio, para estar aquí donde estoy ahora... realice un contrato con un demonio.-- por un momento la joven creyó que Ciel estaba loco o que estaba mintiéndole de la forma mas absurda que encontró, pero no estaba en posición de dudar mucho ya que últimamente parecía que todo era posible.- Yo daría mi alma al morir a cambio de que este me ayudara a escapar de allí y me sirviera hasta que lograra acabar con todos los que estuvieron involucrados en todo el dolor de mi familia. Lo nombre Sebastian.- Lizzy quedo mas sorprendida al escuchar eso, realmente no era capaz de procesar todo lo que el joven le narraba.- él se hizo cargo de todos, y logre salir de allí. Al volver decidí que debía ser Ciel, Ciel Phantomhive. No tenia sentido ser el otro, el que nadie conocía, Ciel tenia toda su vida planeada y servida con facilidad. Creí que no estaba haciendo nada tan grave, después de todo el estaba muerto, hasta hoy.- finalizo la palabra dando un leve suspiro, como si en cierta manera sintiera que se quito de encima un gran peso. 

- Es cierto, no soy el Ciel de quien te enamoraste en tu infancia. Ni siquiera me recuerdas...- finalizo su confesión con esa última frase y se quedo mirando a la joven de cabellos rubios frente a él. Vio como ella desvió su mirada para otro lado para no mirarlo. Lizzy se levanto lentamente del sillón donde se había sentado para conversar con él y se retiro de la habitación sin decir nada mas. Él observo cada paso de ella hasta que vio como su figura desaparecía por el pasillo. La Marquesa, bajo hasta  la puerta principal, se encontró con Finnian a quien le pidió si la podía llevar hasta su casa. Al bajar del carruaje le agradeció al amable jardinero y se disculpo por las molestias. Finalmente ingreso a su casa a pesar de que era tarde, esquivo los regaños de su madre y se fue directo a su habitación. 


¿Amor o Deber? - Ciel y LizzyOù les histoires vivent. Découvrez maintenant