Apolo

246 38 12
                                    

La cara brillante de la moneda
Mas no podía iluminar su propia existencia.

Los colores fluían de sus labios como miel al mediodía,
y la luz se escapaba por sus dedos,
Pero todo le era ajeno.
Los artistas le entregaban sus almas en bandejas de plata
Pero sus estantes estaban llenos de sueños abandonados
Que ya no sabía dónde poner los soles verdaderos.

Era capaz de curar huesos y almas,
de armar y desarmar espíritus con una palabra,
Por lo que nadie se percató de lo roto que estaba.

Apolo brilla tanto que es blanco,
Etéreo,
Vacío.

IcorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora