Las doce criadas

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Hay doce criadas corriendo por el palacio de Itaca.
Niñas, de rosadas mejillas,
Que sirven vino a hombres que les hacen promesas amor y luego les rompen los corazones y se lo comen en las bandejas que ellas les sirven.

No tienen individualidad, no tienen nombre,
Son un solo par de piernas, con veinticuatro pies y doce vaginas,
Que pululan y cumplen.
Son una sola cara de doce bocas y veinticuatro ojos
Que chismorrean y prestan atención.
Son un solo cuerpo con doce corazones,
Que laten en sincronía pero con propa melodía.

Pero de nada sirve cuando el cordón humilical de muerte
roba sus vidas
De la misma forma que se las dió.
No hay nada de noble en sus ojos en blanco y sus caras hinchadas,
Ni en sus pies buscando la tierra a la que aferrarse.
Así que cantan una canción que suena como una sola voz y se escucha desde doce diferentes lugares:

"Nuestra culpa no era
Que los hombres vieran carne
Donde había unos brazos amorosos.

Nuestra culpa no era
Que nuestra señora, la de mente ágil y dedos diestros,
No nos defendiera luego de que la ayudáramos a esconder su largo engaño.

Nuestra culpa no era
Que nuestro señor, el ingenioso que no puede encontrar su hogar,
Nos condenara por los pecados de otros
Luego de que nosotras cumpliéramos con nuestro trabajo.

Nuestra culpa no era."

N/a: lean "Penélope y las doce criadas" de Margaret Atwood. Vale mucho la pena.

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