Reflejo

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JungKook


Lo he admirado desde lejos. Tiene un perfil perfecto. A veces quisiera intentar fotografiar su rostro sin que él se dé cuenta. Pero, si lo hago, siento que estaría profanándolo.

Tengo la necesidad de obtener su permiso para poder precisar su perfil en alguna imagen. Quiero contemplarlo en casa cuando ahí mi existencia es ignorada. Aunque, en realidad, ni en la escuela soy percibido.

Llegar a casa no es un alivio para mí. Prefiero permanecer en la escuela, pero tengo que encargarme de mis hermanastros. Son niños pequeños tan inocentes, ignorantes y distraídos por lo cual no son capaces de ver las injusticias del hogar y de su progenitor. Injusticias que se llevan a cabo para generar el beneficio hacia ellos, pero para generar un malestar en mi persona.

Puedo afirmar que la ausencia de cariño en la gente sobre uno mismo, hace querer buscarlo en alguien para percibirse completos. La falta del conocimiento sobre nuestra propia esencia es también un causante de auxilio. Auxilio tan necesario en encontrarlo con uno mismo, pero que, generalmente, se busca en la esencia ajena que no nos corresponde.

Madre, lamentablemente, comete la incongruencia de creerse completa sólo si está con alguien. Ella perdió, hace años, a su esposo, a papá. Él murió de cáncer y si bien fue una terrible pérdida para ambos, yo tuve que esforzarme en aliviar el dolor de su ausencia en los dos. Mamá, en ese entonces, ocupaba su tiempo en el trabajo y, al llegar a casa, en lamentarse.

Ella solía gritarse que estaba abandonada, que la vida no tenía sentido sin él, que sus fuerzas eran nulas para fijarse en mi bien. Gracias a la debilidad que me mostró, pude darme cuenta de lo que no quería llegar a ser y sentir. No quería tener la misma tristeza que amenazaba a mi madre y tampoco quería llegar a desarrollar la misma sensación de soledad.

En esa época, no trabajé, pero sí me encargué de solucionar los problemas del hogar para que así ella, al llegar a casa, pudiera darse el tiempo en relajarse. Le hacía de comer, lavaba su ropa y limpiaba todo. Gracias a ello mamá fue tomando de nuevo consciencia sobre mi existencia y, al pasar los días, su tristeza se desvaneció y volvió a ser la de antes.

Tiempo después entendería la causa de su mejora y alegría: había ella encontrado refugio en alguien más. En otro hombre. Y, yo, por haberla visto tan mal, acepté que se frecuentara con ese sujeto, pues me satisfacía verla tan viva de nuevo. Sin embargo, su manera de regresar a vivir me resultó, y aún me resulta, inaceptable.

Terminó trayendo a esa persona a casa. Terminó casándose con él y terminó viviendo para él y para sus hijos pues, de esa manera, sería más sencillo mantenerlo aferrado a ella. Su atención se fijó tanto en los demás que se olvidó de ella misma y de mí. Yo, Jeon JungKook, he terminado siendo el hijo ignorado y despreciado sólo por no ser de la sangre de por quien ahora ella es amada.

Hablé con mamá sobre su indiferencia hacia mía y sobre las palabras hirientes que mi padrastro lanza en contra mía; sin embargo, mis palabras no funcionan y las de ella me hieren.

Decidí vivir en silencio para no causar problemas. Cuido de mis hermanastros para no ser aún más despreciado. He vivido así durante largos años. He aceptado vivir en esas circunstancias hasta el día en que termine la universidad. He sido yo sólo para mí y he vivido sólo para mí. Pero, desde que me percaté de la existencia del chico de perfil perfecto, me he sentido tan agotado y tan furioso, tan triste y tan confuso. Tan desorientado y tan inservible. Me he sentido infiel hacia mi persona. Me estoy convirtiendo en algo desequilibrado que no creo ser capaz de soportarlo.

La caída de ícaro (BTS)Where stories live. Discover now