Capítulo 25

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—¡Entonces vete! — grito molesta y con ganas de pegarle en la cabeza con su casco —. Si vas a decirme esas estupideces puedes irte, Joel.

—No son estupideces, lo siento... no quiero que creas que estoy condicionándote.

—Pues eso es lo que estás haciendo, ¿quién te crees para ponerme condiciones? Aquí el que ha estado enamorado toda su vida eres tú, así que no, si acaso la que puede poner condiciones soy yo. Así que si no te parece lo que digo, la puerta está justo atrás de ti. Y Luzbel se queda.

Joel me mira analizando las cosas, abre la boca para decirme algo, pero simplemente nada sale de ella.

—Hablamos luego — termina y sale de la casa sin más.

—No tenías que hacer eso — escucho decir a Luzbel —, puedo irme, en serio.

—¿Estás loco? No voy a dejar que nadie venga a decirme qué debo hacer. Y tú te quedas.

—Creo que la broma se salió de mis manos. No quería que llegaras a esto.

—Da igual, Joel quiso aprovechar la situación.

—Bueno, pues siendo así, ¿qué te parece si salgo por algo de comer?

—Suena bien — concuerdo intentando relajarme de una vez.

—Y cuando regrese me platicas más de ti, todo eso que no sé.

—Bueno, si quieres perder el tiempo en eso, está bien.

—De acuerdo, vuelvo en un rato.

—Cuídate, ¿quieres?

—Seguro, siempre lo hago.

—Rómpete un ala — logro decir reprimiendo con todas mis fuerzas reír.

—Ya deja de ser gracioso.

—Claro que no.

—Voy a romperte una pierna si sigues con eso.

—Cálmate loco, si me rompes una pierna llamaré a Rafael para que te rompa la cabeza.

—Buen intento, pero del que es hermano es de mí.

—No me retes.

—Ni tú a mí — inquiere con seriedad, pero luego me regala una sonrisa y sale de la casa.

—Vaya genio que eres — me quejo una vez que la puerta está cerrada y he oído que baja los peldaños.

—¡Genio no, ángel! — grita a metros de la casa y suelto una carcajada.

Maldito oído agudo que tiene, a veces creo que hasta puede escuchar mis pensamientos.

Subo las escaleras de dos en dos y me meto a mi habitación, me quito la chamarra de un jalón y la aviento a la cama antes de echarme en ella.

Aunque estoy tranquila, dentro de mí sigue latente el enojo que me hizo pasar Joel. Claro que es lindo, lo quiero y me gusta. Pero vaya, no es Synyster Gates como para que esté dispuesta a dejarlo todo por él, es un simple mortal más... No es que yo no lo sea ni mucho menos que Syn tampoco lo sea, pero vamos, éste último es mortal pero no uno simple.

Mi teléfono comienza a sonar con Troubled Times (Green day), y en la pantalla aparece el nombre de Kate.

"—No le funcionó el plan, ¿no? — pregunta en cuanto tomo la llamada.

Efectivamente.

Ya vino de llorón con
Liam.

Luzbel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora