Capítulo 23

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—Paren ya — pido con dolor de cabeza —, solo déjenlo, él está bien y punto.

—Tenía cuatro balas en el pecho, ¡cuatro! — inquiere Oliver.

—Cálmate ya, Oli, en serio — interviene Joel harto —, no me interesa qué haya pasado, dejen ese tema a un lado por favor.

—Es hora de que me vaya — avisa Liam parándose del sillón en el que estaba —. ¿Vienes conmigo? — le pregunta a Kate.

—Sí, voy — se para del otro sillón y va hacia mí a abrazarme como despedida —, suerte, cuida de Luzbel...

—Estará bien, no te preocupes.

—Nosotros también nos vamos — los demás amigos de Joel se ponen de pie y todos comenzamos a despedirnos de todos.

Rafael se llevó a Luzbel justo a tiempo, regresó unos minutos después a borrarle la memoria a Kate, porque según él, con una humana que supiera la verdad bastaba.

No sé cómo está Luzbel, aún no sé si sobrevivió o fue demasiado tarde, siento un nudo en el estómago y en momentos hasta quiero ir y vomitar, tengo nervios como nunca en mi vida y la desesperación no cabe en mí.

Tan pronto como todos, a excepción de Joel, abandonan la casa, me pongo a llorar sin poder resistir más. Las piernas se me doblan y el peso de mi cuerpo me hace caer sobre las rodillas.

—Hey, calma — Joel me abraza y me levanta del suelo, en estos momentos no me interesa que me vea llorar, simplemente necesito hacerlo para sacar un poco de la tensión que estoy cargando —, sé que te importa, va a estar bien.

—Lo sé, se que estará bien — digo más por costumbre que porque realmente lo sienta, esta vez no sé si esté bien, lo vi tan mal, lo vi derrotado, incapaz de siquiera moverse solo.

El teléfono de Joel suena, éste lo mira un momento y lo vuelve a guardar.

—¿Por qué no contestas? — pregunto limpiándome las lágrimas.

—Es mi madre, no importa.

—Tienes que irte — recuerdo mirando el reloj de la pared —, lo siento, lo olvidé.

—Para nada, me quedaré aquí contigo.

—No, escucha, hoy es noche buena, tienes que ir con tu familia, yo voy a estar bien.

—De eso nada, me quedo por lo menos hasta que tu madre llegue.

—Por favor Joel, te juro que voy a estar bien, hazlo por mí.

—Pero...

—Anda, te juro que todo estará bien.

—¿Segura?

—Por completo, ahora ve, te están esperando.

—Bueno. En serio, si necesitas algo solo llámame, no importa nada en absoluto.

—Lo haré, tranquilo.

—Por favor, hazlo, no lo dudes ni un segundo.

—Lo juro.

Joel me besa la frente con ternura y camina hacia la puerta, quisiera devolverle el gesto, pero lo único que logro hacer es dedicarle una sonrisa torcida.

Una vez que la puerta se cierra salgo disparada a mi habitación. Todo está tal cual lo dejé, el baño está manchado de sangre, el hielo aún flota sobre el agua.

Me quedo toda ansiosa en el centro de la habitación, no sé qué hacer, no sé para donde ir y tengo unas ganas repulsivas de aventarme de un lugar muy alto.

Luzbel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora