Perfect Love - G.C.F - ☆KOOKMIN☆

23. Confrontación.

Seúl - Corea del Sur.
Año 2017.

— ¡Corten la escena y repitan! — Jungkook bramó agitando los brazos.

Tal cual lo haría un animal salvaje soberano, Jungkook dominaba con ímpetu aniquilador desde la posición del tan aclamado Director de película.

— ¡Necesito más luz aquí! — su voz sonó áspera y malhumorada — ¿qué están haciendo los encargados de efectos especiales? ¡Sequen el cabello de Jimin!, ¡utilería, cambio de ropa!

Levantando la mano frenético y con el ceño fruncido llamó a su asistente quien nervioso le pasó una botella con agua mineral.

— Jungkook... — acomodando sus redondeadas gafas Hoseok se dirigió a él con disimulo — ¿sucede algo malo?

— ¿Qué podría suceder Jung Hoseok?. Estoy trabajando. — la ironía hablando.

— De hecho, — rodó los ojos mirando hacia un costado — pero desde que usaste mi nombre completo en una oración confirmé mis sospechas. Estás de un humor de perro.

Sentándose en un sillón plegable Jungkook tragó el agua con dificultad. Hoseok avanzó a acompañarle a su derecha intentando comprender la repentina e inusual actitud del pelinegro. Jungkook tenía la mirada fija en Jimin, como de costumbre. Lucía bien, sólo que tenía la mandíbula más rígida de lo normal.

Frente a él, un vasto jardín de frondosos árboles se alzaba oscuro y poderoso en la penumbra, la fresca brisa acompañada de nubes naranjas en el cielo advertía a todos estaba anocheciendo y llovería pronto. El predio estaba diseñado especialmente para simular el campus de una universidad, un ambiente perfecto para la obra a ser filmada en ese momento.

Hoseok carraspeó, llamándole la atención.

— Jungkook... — entonó dubitativo — no quiero que te emociones pero Jimin te está mirando mucho, no, demasiado.

El pelirrojo permaneció a su derecha inmóvil escrutando lo que tenía enfrente. Una pequeña sonrisa tiró de la comisura de sus labios acariciando su rostro gozoso por lo que sus ojos estaban captando.

— Eres lento, ¿y aún así te haces llamar un ex agente de la SIS? — Jungkook inhaló profundo sacándose la chaqueta, intentando disipar la ansiedad que le circundaba.

— ¿Qué? — Hoseok arqueó una ceja y se dirigió a él con indignación — ¿criticas mis habilidades? Ah, pero no te oí decir eso esa vez que te conseguí la ropa interior de Jimin, o la botella de la cual había bebido, o incluso la goma de mascar que tenía en su bo-....

— Cierra la boca, — se dirigió a él con los ojos llenos de ira — más te vale no repetir algo como eso frente a Jimin, mejor, frente a nadie ¿te quedó claro?

Asintió en un respingo que recorrió su espalda temiendo fuera obligado a callarse con los puños de Jungkook.

— O-kay, — carraspeó, como si la entonación de su jefe le hubiera congelado el torrente sanguíneo — pero... ¿pasó algo entre Jimin y tú? — lo miró de soslayo manteniendo su porte elegante — él te está comiendo con los ojos y tú...estás como ido.

Pasando el índice sobre el labio inferior humedecido, Jungkook saboreó en sus labios el último beso que se habían dado esa mañana antes de salir del departamento.

A petición de Jimin, había aceptado que ambos llegaran al set de filmación por separado como siempre lo hacían, era razonable, pero para Jungkook habituarse a ello sería un desafío. Estaba acostumbrado a contenerse desde que era consciente pero una vez habiéndose deleitado con el interior de la caja de Pandora no deseaba restregarse con la tapa nunca más, era una tarea más que difícil de sobrellevar, por no decirlo imposible. Sin embargo aún podía mantener a raya su líbido en público, no podía dejar que las habladurías de la gente crearan rumores sobre su relación, era inaudito para la carrera de Jimin.