Perfect Love - G.C.F - ☆KOOKMIN☆

9. Deseo

Montañas de Catskill - Nueva York
Enero del 2017

— ¿E… el amor? — el rubio tartamudeó.

— Por favor Jimin. Sé mío—. Jungkook suspiró por lo bajo mientras besaba su cuello.

Jimin sintió una puñalada en el corazón.

*Flashback*

—Jiminnie… ¿me amas?—

—Sí.

—Entonces sé mío, entrégame tu cuerpo…

—Soy tuyo. Haz conmigo lo que quieras—

*Fin del flashback*

No. No. No.

Un doloroso recuerdo que creía haber olvidado, que se esforzaba por borrar retumbó en su cabeza y su conciencia nublada por la excitación del momento se disipó de un golpe, como si alguien le hubiera lanzado un balde de agua fría. Se sintió mareado y de pronto unas deplorables ganas de vomitar se presentaron. Aturdido, y con el entrecejo fruncido miró al hombre que lo observaba con necesidad en los ojos, se estaba mordiendo el labio y parecía estar esperando una respuesta.

Sintió que algo cosquilleó en su estómago.

Mierda.

¿Hacer el amor? Esa frase sólo le recordaba al chico que le había roto el corazón hace años, a quien se esforzaba por olvidar con todas las fuerzas que le eran permitidas. ¿Qué diablos estaba haciendo en los brazos de un hombre otra vez? ¿Por qué carajos su corazón latía tan rápido?

Estaba agitado, consternado, incluso tenía una jodida erección. Maldita sea. El cálido aliento de aquel hombre sobre su cuello lo estaba llevando a la locura, ¿por qué diablos lo estaba tocando así?

Ahh.

¡¿Por qué diablos se sentía tan bien?! No. Debía parar, él no se sometería a nadie de nuevo. No dejaría que pasara otra vez. De ninguna jodida manera.

Algo caliente subía por entre sus entrañas, atravesando sus costillas, terminando en un nudo en su garganta. Era la rabia, haciendo su majestuosa entrada ante su indigna debilidad. Su manzana de Adán subía y bajaba con rapidez y sus labios se apretaron con fuerza en una línea.

— ¡¿El amor?! — Exclamó mientras empujaba con todas sus fuerzas a aquel derrumbado hombre lejos de su cuerpo — debes estar loco, o definitivamente el alcohol ha matado las pocas neuronas que te quedan, ¿el amor? ¡JA! — Bufó con burla — ¿Crees que caería en unas cuantas palabras bonitas y te abriría las piernas así sin más? Nunca antes te había visto en mi vida y no soy puto con un demonio. —el rubio perdió la compostura.

— Jimin — el pelinegro suspiró y tragó saliva con dificultad, incapaz de responder a las hirientes palabras del muchacho, y resignado, se apartó dejándolo ir, se recostó en la puerta, tapando su rostro, agobiado por sus inconciliables pensamientos y el alcohol en su sistema. ¿Qué fue lo que había dicho? En un impulso casi le confesó todo, ¿por qué no le había dicho que también se masturbaba con sus fotos todas las noches? Joder. ¿Qué podría hacer ahora? Incluso si le  fuera a contar todo en este momento, no serviría de nada, no le creería. No esperaba que Jimin le dijera que sí de todas maneras, pero aún no era el jodido momento. Contuvo su respiración intentando evitar que más palabras se escaparan de entre sus labios y cerró los ojos con fuerza. No podía mirarlo a los ojos, no ahora.

— Esto que pasó, realmente no pasó. ¿Entiendes? Será mejor que lo olvides— Jimin se limpió los labios antes de salir de la habitación.

¿Olvidar? Ja!, como si eso fuera posible.