10- Between Spells and Lies

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- Por lo general maldices cuando algo sale mal o cuando estás frustrada- era dulce el saber que Elijah siempre tenía en cuenta sus reacciones y emociones, la conocía tan bien. Solo que se preguntaba, ¿qué demonios le veía de maravilloso a una chica que babeaba por las noches?- Temo que sea lo primero, ¿qué sucede?- lo miró por un momento, él se encontraba de pie doblando las sábanas de manera simétrica y perfecta pero se detuvo para observarla curioso al motivo de su improperio.

- Es Niklaus- explicó un poco nerviosa, pasando una mano por su desordenado cabello mientras releía su mensaje una y otra vez- Viene para acá con Camille y yo me veo horrible.

Él solo observó como una mueca de disgusto se dibujaba en el rostro de la castaña mientras contemplaba su aspecto y veía su reflejo en la pantalla del teléfono.

Solo sonrió.

- Te ves adorable- soltó sin siquiera pensar en que eso alteraría una vez más los nervios de Sam. No era su intención, solo quería dejar salir lo que de verdad sentía, no pensaba retener más pensamientos o al menos los positivos. La mirada sorprendida del oráculo se posó sobre él a lo que sus mejillas se teñían de color rojo. Entonces una sonrisa se escapó de los labios del original de forma inocente, estaban viviendo el momento y no pensaban en la híbrido que aún dormía en el interior de a casa.

Samantha tuvo que reprimir una risa, se sentía muy tentada a besarlo pero no tenía un lindo aspecto esa mañana. Nota menta, encontrar una forma de usar cantidades industriales de poder sin resultar tan agotada al punto de babear mientras dormía. De hecho si miraba bien la camisa del original...

¿A caso eso era un manchón de... baba?

Las mejillas del oráculo estaban por explotar de la vergüenza.

- Gracias Elijah, pero tus modales no me ayudan en este momento- mencionó desviando la mirada con sus mejillas y parte de su nariz completamente sonrojadas. Carraspeó levemente y tomó otra de las sábanas para doblarlas tan rápido como podía- Tengo que arreglarme, pasar a la tienda más cercana por algo de comer y más arena- bufó al tener que sacudir la tela para que las esquinas inferiores calzaran a la perfección. Su vinculado hacía algo similar, solo que con mayor calma y ligeramente divertido por el evidente nerviosismo de su oráculo- También necesito nuevos frascos para hacer esa cosa de poseer a mi gato, y algún tipo de premio para...

- Yo puedo ir a la tienda a comprar lo necesario- intervino el trajeado de pronto, dejando de lado la sábana perfectamente doblada. Sam, al escucharlo, alzó la mirada nuevamente incrédula por sus palabras.

- ¿Harías eso?

Elijah solo sonrió y se acercó para tomar la sábana de las manos del oráculo.

- También puedo hacer el desayuno- le aseguró mientras doblaba la sábana. Lucía tan calmado, tan radiante, tan... atractivo y ella tenía tantas ganas de darle los buenos días como se merecía. Ante las miles de ideas románticas (y algunas no tan decentes) sus mejillas aumentaron su tono rosa- Tú solo tienes que anotar lo que necesitas en una lista y lo tendrás en unos minutos- terminó de doblar la sábana y la colocó junto a la otra con gran elegancia, a la par que se alejaba para tomar la otra.

¿Por qué siempre debía lucir tan elegante en cada movimiento? ¿No estaba consciente de que eso lo hacía ver mucho más apuesto de lo que ya era?

- Muchas gracias Elijah pero creo que puedo hacerlo sola.

- Debo insistir- su mirada café nuevamente se posó en ella junto a esa sonrisa que le aseguraba que todo estaría bien. Y solo eso necesitó ella para que la ansiedad de su pecho se calmara completamente- Salvaste a mi hermana, es lo menos que puedo hacer- al terminar de doblar la sábana las tomó en las manos y juntó las almohadas. La miró y nuevamente le sonrió- Ahora vamos, ve a arreglarte. Nos espera un largo día por delante.

2| Profecy (Elijah Mikaelson)Where stories live. Discover now