6- Mother's Little Boy

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Reino de Noruega, 972 A.C

En aquellos años, la brisa era totalmente helada y más aún en esa época del año. La nieve golpeaba su ropa con furia debido a la fuerza del viento, mientras que sus helados pies avanzaban con firmeza por aquel bosque hasta llegar al lugar donde muchos le habían dicho que vivía su hermana. La bruja más poderosa, y peligrosa, que existía. Su abrigo, a pesar de ser lo suficientemente grueso como para mantenerla caliente no hacía lo mismo por sus manos. Tomó el pomo de la puerta con algo de flaqueza y entró rápidamente a la cabaña, cuidando que la nieve no se colara a la vivienda. Algo rudimentaria, con un caldero humeante en el centro gracias al fuego que hacía la temperatura del lugar mucho más cálida, en comparación con el atroz frío que hacía afuera. Había varios elementos que ella podía identificar como cráneos, frascos y todo aquello que le permitía a las de su especie hacer magia.

- Hermana- profirió con voz trémula, quitándose la capucha de su abrigo. Una mujer de cabello café estaba sentada al pie del fuego sosteniendo un collar de cuentas entre sus manos- Vine a rogar por tu ayuda- se sentía ligeramente avergonzada al tener que regresar. Pero solo ella podía ayudarla, solo ella tenía el poder. Los grandes oráculos se habían extinto hacía miles de años y su hermana era la única opción que tenía.

- ¿Para qué?- preguntó la mujer con algo de recelo.

- Sabes que siempre he querido tener un hijo.

- Adelante- espetó con resentimiento, haciendo un ademán hacia la puerta- Ten hijos vikingos.

Estaba nerviosa. Confiaba en ella y sabía que le ayudaría, pero aún así eso no eliminaba el pasado. Hacía mucho que no la veía y entendía el por qué de su rencor hacia ella, pero era su hermana.

- Ha pasado casi un año y aún no tengo uno. Creo que estoy maldita- expresó con angustia. Una lágrima rodó por su mejilla, pero la morena solo soltó un suspiro lleno de enojo- Dahlia por favor, tu magia puede ayudarme.

- Tú vienes a mí buscando favores- espetó la bruja mirándola con desdén, poniéndose de pie- Si no hubieras abandonado tu talento con la brujería tú podrías ayudarte- le reprendió antes de voltearse.

- Nunca fui tan fuerte como tú, lo sé. Así como sé que no me alejarás- sostuvo la rubia con desespero y seguridad al mismo tiempo. No dudaba de lo que eran. A pesar de la distancia y de que estuviera casada con un vikingo, la amaba- Eres mi hermana, a pesar de las peleas nos une la sangre- Dahlia pareció pensarlo por un momento, acto seguido se volteó- Por favor, ayúdame.

Al mirar la expresión desesperada de su hermana, solo le partía el corazón. Sin embargo, no podía dejar que ella solo obtuviera lo que quisiera para irse con ese vikingo inútil y que luego no volviera a verla nunca más.

- Lo que quieres de mi, requiere un enorme sacrificio- advirtió la bruja con firmeza. La mujer desesperada, tomó las manos de su hermana entre lágrimas.

- Haré lo que digas.

- Ya, ya...- profirió Dahlia, antes de rodearla con sus brazos para consolarla- Nunca podría negarte nada- tomó a la rubia por las mejillas con gran afecto antes de regalarle una pequeña sonrisa- Mi preciada hermana, Esther.

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- ¿Y por qué no me matas de una vez?- espetó un Oliver muy lastimado hacia Esther, quien solo lo miraba sin expresión alguna. Luego de atraparlo le habían dado la paliza de su vida y lo habían atado a un trozo de madera, como si de una cruz se tratase.

- Vuelve a hablarle y te quedarás sin lengua- amenazó Finn con voz amenazante- Corran el rumor que desde aquí hasta el pantano, hoy a la media noche morirá por formar parte de la fuga de los desertores- ordenó a los tres lobos que custodiaban al rubio que a duras penas y podía ponerse de pie- Bien, encadénenlo al Iseo- dos de los licántropos lo tomaron por las cadenas que lo ataban. Oliver soltó un pequeño quejido y se puso de pie con gran dificultad. Sus pies en ocasiones cedían, lo que causaba que sus rodillas se arrastraran por el suelo gracias a que sus custodios no le daban tregua alguna- ¡Inviten a los lobos a que le echen un vistazo a lo que le pasa a los traidores!- exclamó el brujo al ver como se alejaban, como una última orden.

2| Profecy (Elijah Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora