7- If you dare to challenging me...

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Samantha miraba una y otra vez las marcas que había ganado la noche anterior, estando semi desnuda frente al espejo del baño, quizá la sangre haya desaparecido por completo luego del baño, pero aún así había sufrido bajas. Entre más los miraba, más los detestaba. No recordaba haber recibido tantos golpes en el abdomen o en la espalda y sin embargo ahí estaban esas manchas de color púrpura, casi negro, adornando gran parte de su abdomen y parte de su espalda. Sin mencionar los que tenía en los nudillos por golpear a tantos lobos en un solo día, el moretón alrededor de su cuello y la pequeña molestia en su muñeca. ¿Saben ese momento en la escuela cuando te preguntan si tienes piojos? Tú sabes de sobra que no tienes, pero tu mente te juega una mala pasada, haciendo que sientas en tu cabeza como un piojo imaginario recorre tu cabeza como si ésta fuese un parque de diversiones.

Bueno, lo mismo le pasaba a Sam con su pequeña molestia en la muñeca. Temía tener una torcedura, o algo peor como una fractura, por lo que había decidido ponerse una pequeña venda alrededor de ésta para mantener todo en su lugar mientras un hechizo realizado por ella arreglaba cualquier herida. Tardaría quizá un par de días pero sería sin duda mucho más rápido que ir a algún hospital, eso le había asegurado a Klaus luego de negarse a beber de su sangre. No la quería por la simple razón de que quería probarse a sí misma y a sus vinculados que una vez más podía cuidar de sí misma. Solo bebería sangre de vampiro si era un caso de vida o muerte, de resto se las apañaría con sus poderes. Además, no quería correr el riesgo de morir y volver como un vampiro. Eso era algo que sin duda alguna no podía permitirse, sin importar que fuese un oráculo y pudiese realizar algún tipo de truco extra fantástico que evitara el proceso.

No.

Iba a ser mucho más cuidadosa de ahora en adelante. Para eso entrenaba en el submundo cada vez que podía, para aumentar su poder y así valerse por sí misma y no tener que salir lastimada. No podía dejar que lo que había pasado meses atrás con los Guerrera o la pelea contra Mikael la afectara más, en cambio debía motivarse. Sus enemigos actuales eran fuertes, pero ella era el doble de poderosa y con el entrenamiento correcto, sería invencible.

Soltó un último suspiro mientras se miraba en el espejo una última vez antes de colocarse una camisa manga larga de cuello de tortuga color borgoña que cubría todos y cada uno de sus moretones de la mirada preocupada de Klaus, luego se encargó de volver a juntar sus cosas. Desaparecerían rápido, se encargaría de eso y de que Elijah no lo notara.

Si es que él en algún momento despertaba.

Había pasado toda la noche en vela viendo a Elijah dormir en aquella cama e incluso había tomado una silla del estudio para dormir, así no le perdería de vista. Incluso Klaus había ido hasta su casa para traerle un cambio de ropa, su pijama, cepillo y todo lo que pudiera necesitar en caso de que una emergencia se presentara. Y para su sorpresa, Niel también lo había seguido hasta la residencia Mikaelson. Pero el único cambio que todos vieron en el original era que ahora parecía sumergido en alguna tortura mágica hecha por Esther. Su piel ardía, sudaba a chorros, se quejaba y temblaba sin parar, eso le preocupaba a Sam.

- ¿Aún no despierta?- preguntó el híbrido al entrar al cabo de varios minutos, encontrando al oráculo sentada en el sofá que había traído para ella la noche anterior. Si iba a quedarse a vigilar a su hermano, al menos debía estar cómoda, después de todo no era ninguna extraña y no le molestaba en lo absoluto que pasara la noche en su casa. Todo lo contrario.

Le resultaba reconfortante luego de todo lo que había pasado en las últimas horas. Incluso se alegraba de ver otra vez a la bola de pelos negra que el oráculo tenía por mascota.

Aún le causaba cierta gracia el nombre que habían escogido para él.

- No, lo he vigilado toda la noche- respondió el oráculo con un suspiro lleno de agotamiento- Está ardiendo en fiebre y tiembla- profirió mientras se inclinaba sobre el cuerpo del noble original para retirar el pañuelo húmedo de su frente. Estaba completamente seco- Traté de entrar a su cabeza y no funcionó, no me deja entrar.

2| Profecy (Elijah Mikaelson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora