EPÍLOGO 2 MARY MACDONALD

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Pink Floyd - Wish You Were Here (1975)  

La melodía termina, con ella mi relato.

Las parejas sobre la pista de baile detienen su paso, el resto posa su bebida en las mesas, hacen una pausa en su charla y pronto la atmósfera se tiñe de aplausos, no efusivos, pero genuinos.

—Nunca volví a verla después de ese día —añado como apunte final —, Dumbledore recomendó que no escribiéramos, por lo menos no en un tiempo prudente. 

» Enviar una lechuza podría ser peligroso para ella, además de que no todas las lechuzas pueden viajar atenazando un pergamino seis mil kilómetros sobre el Atlántico.

—¿Cómo es que la invitaste entonces? —cuestiona Remus.

Asiento el rostro lentamente.

 —Caradoc, debía un favor a Macdonald—sonreí.

—¿Fue hasta América?

Sorbo aire y exhalo.

—Su padre tiene contactos —respondo escuetamente.

Contemplo una vez más a Lily. Su silueta enfundada en un ceñido vestido blanco se enfila rumbo a la mesa principal para tomar una copa de agua. Mientras sorbe me busca vagamente con la mirada. Una extraña felicidad me nace desde el pecho, una que me obliga a dibujar una sonrisa tierna y conmovida en el rostro. Me embarga un sentimiento, uno que me dicta que las cosas son como deben ser.

—¿Crees que se presente? —cuestiona mi amigo.

—Me gustaría —confieso —pero... —pauso un momento y suspiro — me gusta pensar que permanece segura y a salvo, lejos de este caos. El río está en su cauce.

Me incorporo, concedo una palma a la espalda del lobo y me encamino hacia Lily, al encontrarme me dedica una mueca tierna y radiante.

***

 —Nunca me lo dijo —confesó mi amigo mirando en un punto vago. —Así que esa capulla loca le salvó la vida. 

—Creo que —suspiré profundamente mientras mi pupila enfocaba una vieja bufanda Gryffindor apilada entre algunas cosas viejas —...a partir de ese día las cosas cambiaron. De pronto la orden del fénix se convirtió en el tema apremiante —abogué en nombre de James. Ni a mí me convencía esta explicación, pero debía de alguna manera interceder por aquél—. Además, a ti nunca te gustó que te recordaran a tus "ex"—añadí esto último ladeando el rostro y alzando las cejas en un súbito tono bromista.

Sirius me miró con párpados entre caídos y desde sus barbas descuidadas torció una desempolvada mueca, una extrañamente jovial y cómplice. De alguna manera sentí que por un segundo no era ese ajeno y extraño Sirius adulto, sino aquel familiar joven Canuto al que consideraba un hermano.  

—¿Sabes que es lo irónico? —cuestionó Sirius, incluso su voz dejaba de ser tan ronca—, Sentía lástima por ella. Ser echada de Hogwarts de la noche a la mañana y apartarse de todo, como si su registro tan solo hubiera sido borrado —. Sacudió su rostro lentamente. Miró al suelo y luego nuevamente hacia mi —Y ahora creo que, posiblemente, fue la única Gryffindor de la generación que llevó una vida normal.

***    

Nimphadora Tonks Junio 1995

—Creo que esta es la última caja —avisé señalándola en el suelo.

—Cuidado con esa...

Me apresuré a elevarla sobre los brazos, y fiel a mi torpeza, al hacerlo el cartón se desgarró y su contenido se derramó por todo el piso.

Amiga de James PotterWhere stories live. Discover now