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Los días libres ya se estaban acabando. La temperatura aún era fría, pero no tanto para provocar tormentas de nieve.
Gellert no podía estar todo el día encerrado en la Sala Común de Slytherin así que, para explicar su temprana llegada al castillo, le dijo a los profesores que sus padres se habían ido fuera del país porque su abuelo se había muerto. Los docentes le creyeron.

Grindelwald pasaba todos los días con con Albus: salían a pasear, se iban a Hogsmeade, volaban en escoba (el moreno le obligaba)... El rubio pensaba que nada podía ser más perfecto.
—Hey, Gellert— dijo el rubio.
Los dos estaban sentados bebiendo cerveza de mantequilla, escondiéndose del viento frío que soplaba fuera.
—¿Sí?—
—He tenido una idea—
—¿Qué idea?— preguntó Grindelwald con una mirada curiosa.
—Podrías pasar una o dos semanas de verano en mi casa— respondió felizmente Dumbledore —Podría presentarte a mis hermanos y montar a caballo—
El rubio se lo pensó. En teoría tenía que seguir con su búsqueda de los regalos de La Muerte...
—Vale— dijo sonriendo. Sólo iban a ser dos semanas como máximo; y estará con su querido Albus.
El moreno le sonrió tiernamente. Le cogió la mano por debajo de la mesa.
Grindelwald casi se derrite al contacto.

(***)

Los días pasaban de prisa. De pronto los dos chicos se encontraron de nuevo en clase, haciendo deberes y teniendo exámenes. Muchas veces no conseguían estar juntos por la cantidad de tarea que les daban los profesores. A menudo se encontraban en la biblioteca y empezaban a hacer los deberes juntos.
Albus varias veces hizo ganar varios puntos a Gryffindor, que se encontraba en el tercer puesto. Este año había sido muy raro ya que Slytherin está en último lugar, un hecho que hizo enfurecer a los alumnos pertenecientes a esa casa.

Sin que se dieron cuenta, los meses pasaron y el invierno dejó paso a la primavera.
Los flores empezaban a florecer y el viento frío a veces traía una suave corriente de calor.
Las hojas de los árboles nacían de nuevo, listas para un nuevo ciclo vital.
Los alumnos aprovechaban los días de sol para pasear, ya que en esa época solía llover mucho.

Los dos muchachos no eran la excepción.
Se encontraban sentados sobre la hierba, los dos con la espalda apoyada en un grande árbol.
—¿Has acabado todos los deberes?— preguntó Gellert al moreno. El menor tenía tanta tarea que se tuvo que llevar unos pergamino para adelantar los deberes.
—No, aún me falta Pociones. Tenemos que buscar información sobre un ingrediente muy raro— respondió desanimado Albus.
—Nos quieren matar. ¿Cómo hacen las personas a retener tanta información en la cabeza? Es imposible— se quejó Grindelwald.
—Menos mal que este es mi último año en Hogwarts—
El rubio paró de escribir para mirar tristemente a Dumbledore. Se le había olvidado que este ya se encontraba en séptimo curso.
Albus notó la mirada de su novio.
—No te preocupes, aún nos podremos ver durante las vacaciones— intentó animarle.
El rubio asintió, aún sintiendo un leve dolor en el corazón.

(***)

Los meses pasaron rápidamente. Sólo faltaban unas pocas semanas para que se acabe el colegio. Los alumnos estaban muy estresados, sobretodo Albus, ya que tenía que hacer los EXTASIS.
Estudiaba sin parar, día tras día, noche tras noche. Los nervios le consumían.
Tenía miedo de no conseguirlo, de no poder sacar buena nota y suspender.

Llegó junio.
Aquel día soleado era el gran día, el más esperado.
Albus se dirigió hacia el Gran Comedor. Había llegado temprano por los nervios. Suspiró aliviado al ver que varios alumnos también llegaron demasiado pronto.
Al entrar vio que las mesas ya estaban separadas de una en una y un grande reloj de arena se encontraba en el fondo al centro, donde se encontraban unas mesas para un pequeño grupo de magos y brujas pertenecientes al Ministerio de Magia.
Dumbledore se sentó. Sus manos estaban temblando al intentar colocar su pluma sobre la mesa.

Lentamente la sala se llenó de estudiantes. Albus empezó a observarlos.
Un chico se estaba mordiendo las uñas, haciendo salir un poco de sangre. Dos muchachos estaban haciendo una apuesta sobre quién conseguía sacar mejor nota. Un grupito de chicas consolaba a una joven que estaba llorando desesperadamente.

Dumbledore inspiró profundamente.
Los alumnos empezaron a sentarse.
Los EXTASIS habían empezado.

Holis
Me estoy muriendo jajajajaja.
Intento poner más descripciones a la historia porque si no el fanfict iría más deprisa de lo que ya es.
Os deseo un feliz domingo <3

Un Amor Peligroso [Grindeldore]Where stories live. Discover now