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—Y... ¿Cuándo te enteraste de que eres homosexual?— preguntó la rubia.
Gellert descubrió que la morena y la rubia se llamaban Caroline y Emma respectivamente.
Emma al principio era tímida, pero fue cogiendo confianza al cabo de media hora.
Gellert la miró y sonrió.
—Entendí que no era hetero cuando vi a Albus. Ya desde el principio me pareció guapo y quería estar con él, pero intentaba siempre pensar en otra cosa. Creía que estaba loco— dijo Grindelwald. Pensó al primer día que se vieron, cuando se chocaron en los pasillos.
—¿Y vosotras?— preguntó el rubio.
Caroline se giró y miró a Emma. En su mirada se veía claramente el amor, un amor tan profundo que no se puede comprender plenamente.
—Nosotras fuimos amigas ya desde pequeñas. He visto fotos de nosotras dos jugando con cochecitos o con princesas. Un día Emma tuvo que mudarse e irse del país. Teníamos solo unos seis años, pero aún me acuerdo del dolor que sentí. Lloré tres días seguidos y no hablé con nadie por tres semanas seguidas— Caroline parecía haber vuelto al pasado, ya que su mirada ya no parecía estar en el presente —Cuando cumplí los once vine a Hogwarts. Me acuerdo que el sombrero seleccionador mandó a una chica rubia a Hufflepuff. No sabía que era Emma, ya que casi me había olvidado de su aspecto—
La chica con gafas sonrió y miró por enésima vez a su novia.
Esta vez fue Emma la que continuó la historia.
—Cuando cumplí los catorce empezé a trabajar en una cafetería muggle, propiedad de mi tía. Cada día veía a Caroline sentarse en el mismo sitio apartado y pedir el mismo pastel de chocolate. Me sonaba mucho su cara, así que un día fui a hablar con ella—

Gellert asintió. Ya sabía cómo iba a continuar el relato.
—Y es así cómo habías descubierto que la chica era tu antigua mejor amiga. Apuesto que desde ese día empezaste a quedar con ella— dijo el rubio, sonriendo.
Las dos chicas sonriendo también.
—Se veía venir— dijo Emma.
Justo en ese momento, Grindelwald se percató de que alguien se paró delante del compartimiento.
Gellert se levantó y abrió la puerta.
—¡Albus!— dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Lo abrazó y se besaron tiernamente —No puedes vivir sin mí, ¿Eh?— dijo mientras Dumbledore se reía.
Los dos entraron de nuevo al compartimiento.
—No puedo quedarme aquí mucho rato, si descubren que no estoy patrullando me matan— dijo el moreno.
Los muchachos se sentaron delante de las chicas.
—Albus, te presento a Caroline y a Emma. Caroline y Emma, este es Albus —
Gellert quería decirle a su novio que eran parte de la misma hermosa comunidad que ellos, quería decirle que las dos chicas eran novias, pero le prometió a las muchachas que no iba a contar el secreto.
—Hola— dijeron al unísono las jóvenes.
Albus sonrió y las saludó.

Dumbledore sabía que las dos chicas no eran solo amigas. Se notaba por cómo se sonreían y cómo se miraban.
Decidió no decir nada.
Estuvo diez minutos hablando con su pareja y sus nuevas dos amigas, pero tuvo que despedirse. No quería que alguien descubriese que no estaba haciendo lo que tenía que hacer.
Saludó Gellert y las muchachas y salió del compartimiento.
Al patrullar los pasillos tuvo que reñir y quitar puntos a varios alumnos. Uno empezó a lanzar fuegos artificiales mágicos y otro transformó a otro estudiante en rana y la iba a tirar fuera de la ventana.
Estaba ya muy cansado cuando su turno acabó. Se dirigió al vagón de los prefectos y, cuando se acercó, alguien lo tiró del brazo y lo llevó a un compartimiento raramente vacío.
Dumbledore ya estaba listo para reñir al alumno misterioso por su broma, pero al ver la cara de este su corazón se paró.

"No, por favor"

—¿Qué quieres? Sueltame pedazo de imbécil— dijo mientras intentaba librarse de la presa, pero el chico era alto y robusto, así que Dumbledore tenía pocas esperanzas.
—Se que aún me quieres, Albus—
—Yo nunca te quise, Ethan. Déjame—
En la mente de Albus aparecieron malos recuerdos.
Se acordó de cuando Ethan intentó besarle el los baños cuando tenían sólo doce años. Desde aquel día el chico robusto intentó robarle un beso cada vez que podía, pero Dumbledore conseguía siempre escaparse.
—Nunca quisiste entender que no te quería— dijo Dumbledore lleno de ira.
Ethan se rió. Intentó cogerle la cara al moreno para intentar besarle por enésima vez, pero Albus fue más rápido.
Petrificus Totalus dijo Albus cuando finalmente logró coger su varita.
Empujó el cuerpo inmovilizado de Ethan y salió rápidamente del compartimiento, respirando con dificultad.

Un Amor Peligroso [Grindeldore]Where stories live. Discover now