Un Amor Peligroso [Grindeldore]

12

El sol estaba desapareciendo tras las montañas. Albus y Grindelwald estaban sentado bajo un árbol.
Gellert tenía la cabeza apoyada en el hombro del moreno y los dos miraban a los últimos rayos de sol.
La mayoría de los alumnos ya estaban en sus Salas Comunes, pero los dos jóvenes querían aprovechar cada minuto para estar juntos.
—Así que... ¿Qué haremos?— preguntó de repente Albus.
—¿Hacer el qué?—
—Quiero decir... Si quieres ser... Si queremos ser...—
—Novios—
Los dos se miraron a los ojos. Gellert se estaba sonrojando mucho.
—Claro... Quiero decir, si tú quieres— dijo el rubio.
—Claro que quiero, fuiste tú el que me rechazaste, ¿recuerdas?—
Gellert sonrió.
—Tenía miedo de ser juzgado... La verdad es que ahora mismo la opinión de los demás sobre nosotros me importa una mierda...—
Albus lo miró tiernamente y no pudo evitar darle otro beso.
El rubio se sonrojó aún más.
Se quedaron una media hora más mirando a la naturaleza y se fueron por fin a dormir.

(***)

El curso escolar ya estaba acabando. Los alumnos se abrazaban y hacían planes para el verano. Algunos novios estaban llorando, ya que al parecer no eran capaces de estar separados durante unos pocos meses.
Albus estaba caminando hacia la estación cuando alguien lo cogió del brazo y lo arrastró detrás de una grande roca.
—¡Gellert! ¿Qué pasa?— Albus se estaba acercando para abrazarle cuando vio una chica con el rubio. Dumbledore lo miró extrañado, incapaz de comprender lo que estaba pasando.

"Seguro que me deja" "Mierda, a lo mejor ha descubierto que es totalmente heterosexual"

Gellert miró a su novio volviéndose pálido y se rió.
—Tranquilo, lo te voy a dejar por mi mejor amiga— dijo el rubio, intentando relajar a su pareja.
Dumbledore aún no comprendía.
—¿Qué pasa aquí?—
Gellert lo miró, serio.
—Ya se que estamos juntos desde hace unos meses... Pero quiero que sepas que te quiero mucho... Mucho mucho, en serio. Creo que nunca encontraré a otra persona como tú—
Dumbledore sonrió inconscientemente.
—...Por eso quería preguntarte una cosa... ¿Quieres hacer un juramento inquebrantable conmigo?— dijo Gellert.
Albus se sorprendió tanto que no supo que responder.
—No... No... ¿No crees que es exagerado?—
—Admito que sí, pero no quiero enfrentarme nunca contigo... Así que... No sé, solo era una idea— el rubio miró hacia su amiga —Hasta he traído a Laurel para asistir el juramento—
Albus no sabía que decir. Le parecía muy exagerada la propuesta, pero no pudo resistirse ante la mirada triste de su novio.
—Vale, vale. Haremos el juramento sólo si en Navidades aún seguimos juntos— propuso el moreno.
Grindelwald sonrió.
—Bueno, algo es algo—
Dumbledore lo cogió de la mano y lo arrastró hacia el tren.
—Y ahora, ¡vamos a llenarnos de chuches en el tren!— gritó Albus con aire infantil.
El rubio no pudo disimular una gran sonrisa en su rostro.

(***)

—¿Aún quieres? Tengo más aquí— dijo Albus mientras le ofrecía una caja de caramelos a un Gellert que estaba para vomitar.
—Ya... He comido... Demasiado—
—Tienes cara de querer vomitar, pero no lo hagas encima mío, ¿Vale?—
Los dos se rieron.
Gellert se giró y miró fuera de la ventana. Ya casi estaban llegando a la estación de King's Cross. Aún no quería separarse de su querido novio. Le iba a pedir si quería irse a su casa durante unas semanas, pero los padres del rubio no sabían de esta relación, y seguramente no la iban a aceptar. Gellert había también pensado en presentar a Albus como su amigo, pero no le gusta disimular delante de sus padres. No conseguía estar tan cerca del moreno sin cogerle la mano.

Ya habían llegado, Albus ayudó a Gellert a bajar sus maletas (era más alto) y se dirigieron juntos hasta la salida del tren.
Al bajar, fueron atropellados por muchos alumnos emocionados por volver a casa. Se oían voces de padres y madres llamando a sus hijos.
—Eh, Albus, mis padres están allí— dijo Gellert, señalando a dos personas que se habían apartado de la gente.
—Oh, eh, vale. Acuérdate de mandarme lechuzas— dijo Albus.
Los dos se dieron un beso de despedida. Al separarse, se abrazaron por última vez y los dos se encaminaron hacia caminos diferentes.