CAPITULO OCHO: ARREPENTIDA

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Desperté completamente desorientada en un cuarto de hotel, inmediatamente miré a los costados temiendo por lo que haya podido suceder, busqué con la mayor esperanza, que en mi  estado haya buscado a Thomas, y ahora aunque no lo recuerde nos hayamos amistado, pero no estaba en ningún lado, luego sopesé la idea de que hubiera accedido a estar con Daniel, pero fue inútil ninguno estaba,  y no tenía el menor sentido que me traigan a un hotel cuando saben donde vivo, daba vueltas y no entendía que diablos hacía ahí, mi bolso y mi ropa, estaba todo, no me habían robado, intenté desesperadamente darme cuenta si había tenido relaciones sexuales, pero no había indicios de ellos, hasta que me di cuenta que en mi brazo había una nota, escrita con mi labial.

“Gracias por tus servicios….ZORRA”

Bajé la mirada y dentro de mi brasier entre mis dos senos, había un billete de 20 dólares.

Estaba más asustada que una rata, no entendía que era lo que había hecho, hasta que punto un porro me había afectado, había alterado mis sentidos, ¿habría consumido algo más? ¿Cómo diablos llegué aquí?¿ Porque Daniel no me llevó?

Inmediatamente me vestí, no correría el riesgo de borrar evidencia alguna. Bajé a administración y les conté lo que había sucedido,  pedí explicaciones de con quien había venido, incluso pedí que me muestren las cámaras, pero se rehusaban a ayudarme, completamente histérica y con amenazas de por medio, me dirigí al puesto policial más cercano, para poner una denuncia, lo que más me indignó fue que prácticamente se burlaron de mí, diciéndome que la próxima vez me drogue menos, aunque les explicaba que yo no soy una drogadicta ellos no me creían, ni siquiera accedieron a ir al hotel para pedir ver las cámaras, y se burlaron por la nota que había en mi brazo, lo máximo que logré con ellos fue que me permitieran ir al médico legista a tanta insistencia, quien me confirmó que no había tenido relaciones sexuales, por ningún lado, algo que me tranquilizó en un 80%, aún así decidí que compraría esas pastillas del día siguiente, para evitar cualquier problema posterior. Estaba tan indignada por el trato que había recibido, tenía tanta rabia contenida, que lloré amargamente mientras me dirigía a mi casa.

Me bañé, restregando cada poro de mi cuerpo, y arrepintiéndome de todo lo que había hecho, de mis malas decisiones, y prometiéndome firmemente no volver a tomar hasta llegar a un estado decadente y menos nunca jamás  consumir drogas.

Con Daniel estaba más que molesta, pero no podía recordar absolutamente nada, estaba claro que a Thomas yo ya no le importaba, probablemente me haya visto salir con alguien y no le haya importado, tal vez solo haya confirmado que yo soy lo que él dijo, una ZORRA.

Todo el domingo lo pasé acostada, deprimida con un bote enorme de helado, películas de esas que nunca vi y que juré no ver jamás, en todas ellas estaba Thomas, para torturarme, hoy había decidió llorar hasta deshidratarme, hasta que se acabaran todas mis lágrimas, hasta dejar de existir como si eso fuera posible, tenía el corazón hecho un puño.

Mientras lloraba irremediablemente viéndome patéticamente deprimida, sonó el timbre, mi corazón saltó levemente y sentí un frío en el estómago  y no era por el helado, albergaba la leve  esperanza de que Thomas viniera a verme.

Abrí la puerta y no creía lo que mis ojos veían, la sola idea de ver a esa persona parecía irreal.

-Jane?- la saludé algo dudosa.

-Hola- me dijo mostrando una sonrisa que parecía más bien sínica.

-¿Quien te dio mi dirección? - le dije intentando parecer amable, y haciéndome a un lado para dejarla entrar- Pasa.

-Daniel…claro.- me dijo al mismo tiempo que se acomodaba en uno de mis sillones.

-Y que tal amaneciste?- entendí esa pregunta con un doble sentido escondido, su sonrisa falsa intentaba decir algo más.

-Bien…supongo…- respondí cuidando mis palabras, tratando de no revelar nada.

-La pasaste bien?- esto ya era demasiado….¿a donde quería llegar?

-¿En la discoteca? Si …supongo. – le dije.

-Y después?

-A donde quieres llegar ….¿Jane?- pregunté algo más a la defensiva.

- ¿Con quién amaneciste…ZO-RRA? – dijo esto pronunciando cuidadosamente cada sílaba, y mostrando una sonrisa de burla.

-Fuiste tú-  le respondí asegurando.

-¿Creíste que no te había reconocido LAURA? Tú me separaste de Thomas. - me acusó levantando su dedo índice contra mí.

- Yo no te separé…tus acciones te separaron de él, tu imposibilidad de mantener las piernas cerradas ante cualquier hombre fueron las que te separaron de él. – ella sólo me miró sonriendo como quien va a ganar una partida.

-No vuelvas a meterte en mi camino perra.- me amenazó.

-Yo no estoy en tu camino.- le aseguré.

-Aléjate de Daniel, aléjate de Thomas, sino la próxima vez puedo hacer la pesadilla de hoy realidad.

-Estás LO-CA!!!- le dije pronunciando lentamente cada sílaba.

Ella se abalanzó sobre mí para intentar atacarme, pero no contaba con que yo era cinturón negro, no pensaba patearla, pero si la esquivé, sabía que si la golpeaba podría denunciarme, así que manteniendo la pierna en alto y con la amenaza de patearla hice que retrocediera y saliera de mi departamento.

Tiré la puerta con fuerza, me arrodillé y lloré las lágrimas que pensé que ya no tenía.

LUNES 05 DE JUNIO

¿Cómo fue que llegué a todo esto? ¿Qué debía hacer? ¿Denunciarla? Los malditos policías se burlarían de mí, ¿hablarlo públicamente, en los medios de televisión? ¿Acaso alguien me creería? No tengo pruebas de nada. ¿Debo contárselo a Daniel…o a Thomas? ¿Debo pedirles que controlen a su amiga? Está fuera de control.

Lo mejor será que me mantenga alejada de ellos, al fin y al cabo, si me acerqué a Daniel fue por Thomas, y Thomas ayer lo dijo…”yo te amaba” esas palabras resuenan en mi cabeza, como tambores, y no soy capaz de pensar en nada más…él ha dejado de amarme y esto me hiere más que cualquier cosa.

Siento que las lágrimas bajan a través de mi rostro, empañan y nublan completamente mi vista, siento que estoy perdida en mi dolor  y pienso que fui una completa estúpida, ¿en qué momento se me ocurrió la grandiosa idea de dejarlo ir?

Esta soledad me ahoga, me duele, me asfixia, recuerdo el ayer y me arrepiento de mi mala decisión, quisiera retroceder el tiempo, pero no puedo es imposible dar marcha atrás, siento miedo de decir incluso su nombre, tengo miedo que sea la última vez que lo diga. ¿A dónde se fue todo el amor que nos  teníamos? Ahora solo ha sido reemplazado con dolor.

Siento que no logro despertar de esta maldita pesadilla, duermo sueño él, despierto y se ha ido, siento un vació inmenso, me desespero porque este amor me duele, y me pregunto donde quedó todo lo que nos prometimos, no puedo soportarlo más.

 HOLA CHICAS GRACIAS POR SUS VOTOS...ME ENCANTAN SUS COMENTARIOS, AUNQUE A VECES NO PUEDA RESPONDERLOS, LES AGRADESCO, SEPAN QUE LOS LEO. LAS INVITOA LEER MIS OTROS LIBROS

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PUEDEN UBICARLOS EN MI PERFIL. 

LES DEJO UN VIDEO Y UNA FOTO...

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