CAPITULO 11: QUE FUE LO QUE HICIMOS?

27.2K 751 61
                                    

Sábado 29 de Marzo

Ayer viernes cuando escribía por la mañana apenas me levanté, no imaginaba lo que sucedería a lo largo del día, pues luego que llorara como Magdalena, durante casi el resto de la noche, claro hasta que me quedé dormida, me desperté muy temprano con una sensación de vacío increíble, nunca antes me había sentido así, nunca había sentido esa sensación desoladora, como si un hoyo negro creciera dentro de mi, me dolía hasta el estómago de sólo pensar que él se iría, se que no me lo había confirmado, pero yo estaba segura que eso sucedería. Separarme de Cristian no me había dolido tanto como ahora.

No tenía ganas mas que de llorar, me había levantado con los ojos hinchados, y cuando recordé los últimos sucesos al verme al espejo, volví a deprimirme, acaso era lógico que me duela tanto la partida de un amigo, que había conocido hace tan poco?, llené la bañera, con la única intención de sumergir en ella mis penas, debía encontrar la forma de relajarme, eché un poco de mi frasco de burbujas con aroma a lavanda, de alguna forma esto debía relajarme, pero no, no logré hacerlo ni en diez minutos, ni en veinte, menos en treinta.

Salí de la tina, me sequé cada parte de mi cuerpo, y luego cogì mi crema con aroma florar, y la unté en todo mi cuerpo, así como la crema para mi rostro, y mi aceite para el cabello, luego que había terminado con eso, me coloqué mi bata, y abrí la puerta del baño, cuando escuché que alguien tocaba mi puerta, sólo podían ser dos personas, Thomas o la Sra. Inés, no quería ver a Thomas, no quería ver a nadie, mi rostro seguía hinchado y mis ojeras eran inmensas, mis ojos estaban venosos y rojos, para nada era presentable, así que preferí ignorar la puerta, dirigiéndome a mi habitación, sólo logré ponerme mi ropa interior, porque  la insistencia fue tanta, que temía el escándalo, así que no me quedó de otra que ponerme nuevamente mi bata de baño y salir a abrir la puerta, así como estaba, pues no me dio tiempo de cambiarme.

Cuando abrí la puerta, lentamente y sólo una rendija, no totalmente, encontré a Thomas al parecer sólo se había dado un baño y llevaba un pantalón de tela, algo así como un pijama y un polo ancho, tenía el rostro igual de demacrado que el mío, se notaba que también había llorado, no la estaba pasando bien, intenté no abrir mas la puerta, para que no ingrese, no me pregunten el porque de mi reacción, sabía que lo extrañaría pero no quería tenerlo cerca mas tiempo, no tenía caso, pero él no lo permitió, empujo la puerta con cuidado de no dañarme, y luego me abrazó.

No supe como actuar, en ese momento me había dado cuenta que lo amaba, más allá de quien era él, si era un actor famoso, o lo guapo que puede ser, no me importaba en lo absoluto, yo había estado enamorada de él, ya desde hace mucho, sólo que no quería aceptarlo, me negaba a aceptar aquel sentimiento,  sólo cuando supe que lo perdería es que acepté lo que me sucedía, pero no podía decirle aquello en ese momento, prefería sufrir silenciosamente, no quería que piense otra cosa.

-Te amo Laura, te amo de verdad, no he conocido a ninguna mujer igual a ti.- estas palabras me sorprendieron por completo, simplemente debía estar soñando, no podía ser cierto lo que oía- es cierto debo irme, pero solo por unos días, pero volveré sólo si tu así lo quieres.

-Me amas? – le pregunté incrédula y con voz temblorosa, levantando mi cabeza para mirarlo directamente,

-Si te amo, de hecho me gustas desde que nos conocimos, fue inevitable conocerte cada día  más y mas y no enamorarme de ti, eres increíble, eres dulce, tierna, comprensiva, hermosa, nos gustan las mismas cosas, Laura, no he podido evitarlo, amo como te ves cuando te levantas, amo tus hermosos ojos,, me encanta la forma en que te apoyas en mi cuando te abrazo, amo tu aroma, tu sonrisa me hipnotiza, y tus hoyuelos que se forman en tu rostro, es toda una experiencia verte sonreír, amo cada segundo que paso contigo Laura, y no quiero alejarme de ti, pero necesito viajar, necesito cerrar un trato, sólo quiero saber si tu sientes lo mismo, quiero saber si lo que ahora sabes, no ha cambiado tu imagen de mi, soy tal y como me has conocido, nunca había sido tan natural estar con alguien, no tengo que fingir nada a tu lado, contigo me siento bien. – se quedó en silencio esperando mi respuesta, pero yo estaba muda, como si mis labios se hubieran pegado, sólo mis lagrimas llenas de emoción y totalmente conmovida por lo que acababa de oír comenzaron a brotar de mis ojos.

ASI PASA CUANDO SUCEDEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora