82. Parte dos: Mucho amor y regalos.

Börja om från början
                                    

Abrí mi boca para contestarle, pero no salió nada de ella, me había quedado sin palabras. Al verme no responder, observó hacia otro lado. Le agradecí mentalmente porque, de verdad que no podía aguantar sus ojos grises. Lució nervioso pero, inmediatamente, volvió a posar su vista sobre mí. Acarició mi mejilla y tomó una bocanada de aire alzando las cejas, lo soltó negando y habló:

—Yo te amé, te amo y te seguiré amando hasta que no pueda más.

Pestañeé sorprendida sintiendo cómo las mariposas y unicornios, que previamente se encontraban en mi estómago, iban estallando en una lucha por salir en este preciso instante. Le sonreí mientras mis ojos se llenaban de lágrimas y, al mismo tiempo que acaricié su mano, una de varias gotas cayó deslizándose por mi mejilla hasta terminar en su mano.

El único hombre en mi vida que me había causado más de mil cosas en un minuto, ¿me estaba diciendo que me amaba? ¿Por décima quinta vez? ¿Por qué se sentía como la primera? 

Quitó mi lágrima y juntó nuestras frentes sin dejarme de ver con esos ojos que me llevaban a cualquier lugar menos en donde estaba ahora.

—No tienes idea de lo cuán enamorado estoy de ti.

Me acercó con sus manos aún en mis mejillas e impactó sus labios contra los míos, sentí cómo finalmente la batalla en mis tripas terminaba por explotar y reaccioné, por fin, al esperado beso. Sus manos bajaron nuevamente a mi cintura y mis brazos pasaron por su cuello, en un inútil intento de acercarme aún más a su cuerpo. Las lágrimas caían con perseverancia. Era demasiado, la proximidad de aquel chico me estaba matando lentamente. Con seguridad, debía de estar escuchando lo rápido que se había vuelto mi pulso, cuando bajó aún más sus manos tomando un rollito de mi espalda. Su inquieta lengua chocó con la torpeza de la mía, me di cuenta de lo bien que nos complementábamos, en todo sentido, y me sentí segura.

Segura de besarlo imperfecta y suavemente.

El ritmo de este aumentó por unos segundos, la sensación me acercó a sufrir un colapso cerebral y, al sentirme tan bien junto a él, me negué a pensar en la enorme experiencia que tenía Ashton Brown para besar a las chicas. Ya no me preocupaba equivocarme ni quería salir corriendo, la estaba pasando bien.

Tomé su labio inferior entre mis dientes, mordiéndolo sin mucha presión. Acarició la piel de mi espalda por debajo de la remera y nos alejamos abriendo nuestros ojos.

Vaya, me había olvidado lo nerviosa que me ponían esos ojos.

ASHTON's POV

No podía creer que por fin le había dicho al amor de mi vida, que era el amor de mi vida.

El pasado era una lección para reflexionar, no para repetir.

No iba a repetir la misma situación, la necesitaba ahora y podía tenerla ahora. ¿Por qué había que esperar?

Podía ser feliz con la chica que más amaba (porque mis hermanas no se quedaban atrás, valga la redundancia); la que me rompió el corazón; la que me hizo llorar, reír, sentirme el peor ser humano por haberla dejado ir y, por sobre todo, podía hacerla feliz.

Creía o, al menos, intentaría que solo salgan sonrisas de esos labios rosados y no pucheros de tristeza.

Se merecía alguien mejor, pero no me podía imaginar a otra persona a su lado. Dándole besos, abrazos, entregándole cariño, y él correspondiendo a todo eso. Si él podía ser yo, ¿quién sería tan inútil en pensar que ahora iba a dejar al amor de mi vida irse?

Había envuelto a Ashley en mis brazos, sonreí suspirando como un bobo enamorado. No sabía qué me había hecho, pero me sentía bien con ella.

Era la mujer más impredecible del mundo. En un segundo te hacía volar con un beso y en otro, te ataba con una palabra.

¡Esto es guerra! © #2 [BORRADOR]Där berättelser lever. Upptäck nu