Capítulo 27: Vente conmigo.

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Pone su mano en mi ropa interior, sube su cabeza hasta mis pechos y los muerde, pego un pequeño grito cuando hace eso, él solo sonríe, mi corazón va muy acelerado, adentra su mano por debajo de mi ropa interior, comienzo a ponerme más y más nerviosa.

—¡Saca la mano de ahí!

No dice nada, solo sonríe aún más e introduce uno de sus dedos en mi zona íntima sin ningún tipo de delicadeza, pego un pequeño grito y me quedo muy quieta, ya que me duele, las lágrimas no tardan en salir de mis ojos, introduce otro dedo y vuelvo a gritar, él me besa para callarme y comienza a mover su mano, introduce el tercero y ahí es cuando me vuelvo histérica y comienzo a moverme para que se aleje de mí.

—¡Aléjate de mí, no me toques! —las lágrimas salen descontroladamente de mis ojos.

—No te muevas, será peor para ti si no te estás quieta.

Introduce otro de sus dedos bruscamente y comienza a moverlos de arriba a abajo, me duele muchísimo de la forma en la que lo está haciendo, comienzo a llorar desesperadamente.

—¡No llores maldita sea, deja de llorar!

Me besa, pero yo no le correspondo el beso, me intento alejar de él. Las lágrimas no dejan de caer por las mejillas, debo de tener los ojos rojos y la nariz y la boca algo hinchada.

—¡Maldita sea necia! —se levanta de encima de mí, furioso.

Cojo mis piernas con mis manos y las pego a mi cuerpo, bajando la cabeza para no mirarle a la cara. Abre la puerta de mala gana y se marcha de ahí bastante cabreado y furioso.

Al poco tiempo noto como alguien abre la puerta, comienzo a temblar de nuevo.

—Hola. —Entra Sam sonriente.

—Sam, ¿qué haces tú aquí? —Seco las lágrimas de mis ojos e intento tranquilizarme un poco.

—¿Que te ha pasado? ¿Por qué has estado llorando? —Se acerca a mí muy preocupado.

—Será mejor que te vayas, no vaya a venir Tom y las cosas empeoren para ti —exclamo temblando y con la voz entrecortada de tanto llorar.

—Ya estoy despedido, a peor no puedo ir, además, se ha marchado con su coche hecho una furia, no me quería marchar sin despedirme de ti.

—¿De verdad te vas a ir...? —Mis ojos comienzan a llenarse de nuevo de lágrimas.

—No me quiero ir, pero...

—No te vayas, eres la única alegría que tengo aquí, si tú te vas, me quedaré aún más triste y sola de lo que ya lo estoy, eres mi felicidad aquí dentro Sam, no quiero que te vayas. —Él me abraza.

—Dime qué te ha hecho ese desgraciado. —Toca mi espalda para tranquilizarme, le miro y limpio unas cuantas lágrimas que recorren mi mejilla.

—Me ha intentado violar...

Sam abre los ojos y la boca asombrado, se le salen las órbitas de los ojos, cierra los puños y su rostro se vuelve pálido y lleno de ira, está muy enfadado y furioso.

—Te voy a sacar de aquí. —le miro sorprendida.

—¿Cómo? Es imposible, hay sirvientes por todos los lados y Tom vendrá en cualquier momento.

—Ahora es imposible, pero vendré a por ti a la noche y te sacaré de aquí.

—Estará Tom conmigo... —agacho la cabeza triste.

—¿Duerme contigo?

—Bueno, en verdad no... pero me tiene muy vigilada siempre.

—Por la noche si está durmiendo no te estará vigilando.

Oscuridad, peligro y... ¿amor?Where stories live. Discover now