Capítulo 16: Tú eres mía.

2.1K 91 20
                                    

—No puedo estar más contenta hija de verdad, Tom, con lo joven que eres se te ve un chico con los pies en la tierra, muy servicial, educado e inteligente, no puedo estar más contenta, pero cómo le hagas daño a mi niña prepárate.

—Muchas gracias señora, y quédese tranquila, nunca le haré daño a su hija, se lo prometo. —Suena el timbre de la puerta.

—Voy a abrir, vosotros terminad de desayunar. —Se marcha hacia la puerta.

—Tom, cómo se te ocurre, no llevamos ni un día siendo pareja, no crees que te has precipitado un poco.

—Tenía que hacerlo, qué más da, tarde o temprano se iba a enterar, se lo teníamos que decir, además, tu madre está encantada de que estés conmigo amor. —Sonríe de medio lado triunfante, yo bufo.

—Tampoco te lo creas tanto. —Pego el último sorbo que me queda de chocolate, ya llevo dos tazas, pero es que está tan rico el chocolate que prepara mi madre que es imposible dejar de beber.

—Mira quién ha venido a verte hija. —Entra por la puerta.

Me doy la vuelta, justo al lado de mi madre está Peter, me levanto a saludar rápidamente, no me quiero imaginar cómo debe de estar la cara de Tom en estos momentos.

—Peter, ¿qué haces tú aquí? —exclamo bastante contenta y nerviosa a la vez.

—Te acuerdas que ayer te dije que me pasaría por la mañana para estar contigo, bueno pues aquí estoy. —Responde muy sonriente, yo tengo un nudo en la garganta.

—Peter, lo siento mucho, pero voy a pasar el día con Tom, como ayer no pude estar con él... —Peter cambia su cara rápidamente a una más seria y enfadada, no se ha percatado hasta ahora de Tom.

—Vaya, no me había dado cuenta de que estabas ahí. —Tom saluda con la mano, su rostro está triunfante y brillante, como si hubiera ganado la lotería.

—¿No te ha contado mi hija que son novios, Peter? —La cara de Peter se transforma en un momento, como si le acabaran de echar una jarra de agua fría por todo el cuerpo.

—No, no sabía nada, ¿por qué no me comentaste ayer nada Valentina? —Me mira serio.

—Es que ha pasado todo tan rápido...

—Bueno entonces yo me voy, no pinto nada aquí. —Tom se ríe por lo bajo, yo le miro enfadada para que se corte un poco, él en cambio me mira como un cachorrito indefenso.

—Peter no hace falta que te vayas, podéis estar un ratito los tres, no creo que a Tom le moleste, ¿verdad hijo? —Mi madre coge a Peter del brazo para que no se marche.

Miro rápidamente a Tom, tiene los dos puños cerrados, intenta disimular una sonrisa, igual pasa con Peter, ya podía haber cerrado mi madre el pico.

—Será mejor que quedemos otro día Peter. —Le sonrío y él asiente con la cabeza algo incómodo y enfadado.

—No hay ningún problema con que se quede tu vecino amor.

Miro rápidamente a Tom anonadada sin poder creer lo que acaba de decir.

Peter toca mi hombro haciéndome volver a la realidad.

—No te preocupes Valentina, otro día nos veremos. —Sonríe y se dirige a mi madre—. No quiero molestar, además tengo cosas pendientes que hacer en casa, aprovecharé para hacerlas ahora que estoy de vacaciones. —Me mira y sonríe sin mostrar sus dientes—. Nos vemos pequeñaja. —Mira a Tom—. Adiós. —Se despide con la mano de Tom y mi madre lo acompaña a la puerta, yo miro a Tom con cara de pocos amigos.

Oscuridad, peligro y... ¿amor?Where stories live. Discover now