Capítulo 34: Pase lo que pase, siempre estaremos juntos.

30 3 0
                                    

—¡Alfred suéltame, que le has lanzado a Tom, tengo que ver si se encuentra bien! —exclamo muy preocupada intentando que me suelte, él está muy nervioso, no suelta mi brazo.

—Valentina, aunque no te lo creas te ha hecho algo para que te enamores de él, no eres consciente, pero hazme caso por favor, tenemos que salir de aquí en cuanto antes, eres mi amiga, te quiero y no quiero que te ocurra nada malo.

—No Alfred, estás equivocado, no me ha hecho nada, me ha vuelto a enamorar, en realidad nunca lo había olvidado.

—Tenemos que salir de aquí. —No hace caso a lo que le digo—. Y llevarte lo más lejos posible de este lugar —suspiro desesperada.

—¡Yo no me voy contigo a ningún sitio, tengo que ver cómo se encuentra Tom!

—Despertará en cualquier momento, tenemos que irnos ya, porque perdí mi bastón mágico que sino ya estaríamos muy lejos de este maldito lugar.

Coge fuertemente mi mano y comienza a correr aún más, yo intento soltarme, pero es imposible.

—No has oído lo que ha dicho Tom, hay seguidores suyos en la casa y como te vean aquí... —Le miro muy preocupada con la respiración entrecortada de correr.

—¿En serio te crees eso? Seguramente lo ha dicho para retenerme en la habitación y ocuparse de mí.

—Alfred, no te iba a hacer nada, sino ya lo hubiera hecho hace mucho tiempo, decía en serio lo de los seguidores, vivo con él y se reúnen para hablar muchas veces aquí.

—¿No me digas que también te has unido a ellos? —dice sin dejar de correr.

—No, por supuesto que no, Alfred por favor deja de correr y suéltame, tengo que ir a ver cómo se encuentra Tom.

Hace oídos sordos, bajamos unas cuantas escaleras cuando vemos a los seguidores de Tom en el comedor, paramos de inmediato, respiro aliviada al ver que no se han percatado de que estamos aquí.

—Vamos, tenemos que salir de la mansión, tengo mi botella de cristal con mi ave dentro escondida fuera entre unos matorrales.

Respiro intranquila y muy preocupada, no puedo hacer nada, sino los seguidores de Tom se darán cuenta de que estamos aquí.
No me pueden hacer nada, ya que Tom no permite que me toquen un pelo, pero al estar Alfred aquí cambian las cosas, sobre todo después de lo que ha hecho, lo ha dejado inconsciente e intenta alejarme de él.

Escucho la voz de Tom gritar el nombre de Alfred.

—¡Maldito gusano, me vas a pagar esto bien caro! —Aparece tocándose la cabeza, dolorido.

Todos los seguidores corren hacia donde estamos nosotros. Me quedo inmóvil, cojo la mano de Alfred asustada.

—Yo me encargo de esa sanguijuela mi señor. —Saca su varita y lanza el hechizo de la muerte.

Una luz roja sale de su varita chocando contra el cuerpo de Alfred, noto como se separa mi mano de la suya, abro la boca y los ojos aterrorizada, me quedo en shock al ver el cuerpo muerto de Alfred bajando velozmente por las escaleras, pego un gran grito de horror y bajo corriendo, me desplomo en el suelo sobre el cuerpo de Alfred y comienzo a llorar histéricamente, todo mi cuerpo está temblando, los seguidores comienzan a reírse.

—Ya no dará más guerra esa sanguijuela mi señor.

—¡Marchaos de aquí, rápido imbéciles, desaparecer de mi vista, como alguien más vuelva a lanzar ese hechizo lo mataré con mis propias manos! ¡Y ahora fuera de aquí! —exclama furioso mirando a sus seguidores.

Todos los seguidores se marchan de la mansión a buen paso aterrorizados, yo solo lloro desconsoladamente sobre el cuerpo muerto de Alfred.

Tom se acerca a mí lentamente.

Oscuridad, peligro y... ¿amor?Where stories live. Discover now