Capítulo 1: And another day more...

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"And another day more..."

No puede ser, otro día más de colegio. Estoy tan cansada, ya que anoche me quedé hasta tarde estudiando para mi examen de biología.

Miro al techo viendo fijamente hacia un punto y mis párpados comienzan a cerrarse nuevamente.

Megan levántate de una vez. Saca este trasero fuera de la cama y ve a vestirte.

Me autoregaño pero me cuesta mucho salir de mi caliente y fiel amiga de todas las noches.

Suspiro un poco y me levanto de la cama algo somnolienta. Camino hasta mi baño arrastrando mis pies con mis santas ganas y me pongo frente al espejo para casi morir de un paro cardíaco al ver mi cara. Hoy me desperté más fea que los demás días.

Abrí la ducha y esperé que el agua se calentara lo suficiente como para entrar, me metí en ella y mis músculos y todo mi cuerpo automáticamente se relajaron. Esto se sentía muy bien, realmente bien.

Luego de lo que serían, tal vez, unos quince minutos debajo del exquisito agua caliente, salgo mientras enrollo mi cuerpo en una toalla y otra toalla la uso para enrollar mi pelo.

Caminé hasta mi habitación y fui hasta mi armario para elegir qué ponerme. Tomé unos shorts de jean hasta la cintura, un crop top algo suelto negro con margaritas estampadas en él y mis Vans negras, a juego me puse el collar que me regaló mi madre para mi cumpleaños, cuando cumplí ocho años. Lo tengo hace bastante tiempo y nunca me lo quito, solo para dormir. El collar es hermoso, tiene un dije en el cual dice "forever", es una promesa mía y de ella, que significa que no importa lo que pase SIEMPRE estaremos juntas.

Después de alistarme, me saqué la toalla del pelo y la dejé por algún lugar tirada. Me miré frente a mi espejo y me analicé como siempre a mí misma.

Realmente soy muy blanca y con mi negra polera se nota aún más. Mi cabello rubio, que seguía aun algo mojado, se encontraba algo ondulado y mis ojos celestes se notaban algo cansados.

Como siempre esto es lo mejor que pude hacer.

Entré de nuevo a mi baño y me coloqué el maquillaje liviano de siempre.

― ¡Megan! ¡¿Qué significa este desorden en tu cuarto?! ―mi mamá me grita desde afuera del baño.

― Significa que mi cuarto no está muy limpio y no lo ordené ―digo irónica.

― ¡¿Qué?! ―metí la pata. Tengo que persuadir a mi madre si quiero seguir viva mañana.

― No, nada ―me retracto de lo que dije porque sino recibiré un castigo que no me dejará olvidar esta charla nunca más.

― Más te vale. Te aviso que en cinco minutos quiero ver ordenado tu cuarto y no quiero ver las toallas tiradas por el suelo porque no pienso levantarlas ―me imagino que mi mamá debe estar con sus brazos en sobre sus caderas bastante irritada.

Les aseguro que eso último que dijo seguramente es mentira y puedo apostar que mamá ya había levantado las toallas del suelo.

Salí del baño y traté de hacerle caso a mi madre por lo que ordené lo más que pude mi habitación que consistía en intentar hacer mi cama y allí se quedaba la historia. Soy bastante floja, pero soy floja y feliz y mi mamá me quiere de esa forma.

Realmente espero que hoy sea especial, lo siento en el aire, yo lo sé, no será otro día más. Bueno creo que parezco una loca tratando de analizar si el clima y mi comportamiento cambiarán en algo los monótonos días lunes, pero seguro será absolutamente normal y aburrido como los demás días aunque no me quejo. De hecho si lo hago, mas no cambiará el hecho de que tendré que seguir yendo a la escuela. Sí, básicamente mi problema no es con el aburrido mundo, es con esa cárcel llamada colegio y me pregunto a quién se le ocurrió esa idea y más aún me pregunto por qué se le ocurrió hacerlo tan temprano.

Rompiendo los esquemas (Editando)Where stories live. Discover now