CAPITULO 18: Aléjate De Mi Samuel

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Cuando llegue a la universidad, baje del bus sola...se preguntaran por Daniela pues ella no vino porque se encontraba enferma del estómago, si es algo extraño en ella ya que ella no se casi con nada.

- oye Ana –Escuche que me llamaba esa voz que tanto me gustaba pero en este momento ya ni la quería escuchar, así que acelere el paso cuando sentí que me agarraron el brazo para parar mí huida, tenía la respiración agitada y tenía también el ceño fruncido– ¿qué te pasa?

- nada que te incumba –Dije fría

- ¿qué paso?... ¿qué te hicieron? –Me miro preocupado

- eres un idiota –Me miro confundido– jamás en tu miserable vida vuelvas hablarme

- ¿¡Pero qué te pasa!? ¿¡Cuál es tu problema!?

- ¡Tú eres mi maldito problema Cipriano! ¡Solo quiero estar sola! ¡No te quiero cerca de mí! ¿¿Entiendes!? ¡No. Te. Quiero! ¡Eres un maldito traidor!

- ¿Por qué?

- le dijiste a mi abuela lo que hacía –Dije mientras lágrimas bajaban por mis mejillas de manera descontrolada, el me halo del brazo y me acorralo en ellos; solté una desgarrador sollozo, el acaricio mi espalda mientras besaba mi coronilla– ¿Por qué?

- es tu abuela nena... casi tu madre y no puedes ocultarle eso, tú tienes un problema y tienes que solucionarlo –Dijo mientras se separaba y me miraba a los ojos yo desvié mi mirada– no me digas que...

- no –Dije con firmeza cuando el intento subir la manga de mi camisa, el me miro con furia y cargo mi cuerpo como un bulto de papa mientras yo soltaba un grito de sorpresa y empezaba a golpear con mis manos su espalda

Después de minutos caminando conmigo en su hombro, una vez que nos encontrábamos en el vestidor de los deportistas cerro con seguro y se sentó al frente de mi después de coger un botiquín de primeros auxilios, mientras observaba mi brazo oculto en la manga de mi camiseta, su nariz tomo un color rojizo mientras gotas saladas bajaban por sus mejillas lo que me provoco también llorar a mí.

- ¿porque lo hiciste? –Dijo entre sollozo y un gruñido

- tenía que hacerlo – Mentí

- tienes y una mierda –Me arrebato la maleta y prácticamente me saco todo lo que llevaba adentro, cuando encontró una cuchilla –que no tenía ni la menor idea que estaba allí– la cual fulmino con la miraba y me miro con sonrisa triunfante, yo solo me encogí de hombro pero no puse resistencia ya que me había prometido que iba a cambiar y eso es lo que exactamente vengo hacer, la tiro por el inodoro y volvió a meter mis cosas en el bolso ya que no había encontrado ninguna más, me paro y me empezó a revisar como cuando revisa una policía a alguien que está a punto de arrestar y cuando tomo mi brazo lastimado hice una mueca ya que me dolía como los mil demonios, me sentó y él se volvió a ubicar al frente de mí y me tomo de la muñeca de manera delicada pero esta vez no puse resistencia.

Fue deslizando el trozo de tela hasta casi mi hombro y encontró mi venda que prácticamente estaba sucia ya que tenía unas cuantas manchas de sangre; empezó que quitar el vendaje y se puso pálido al ver mi brazo, tenía una serie de colores rojo, negro, morado, y algunas heridas aun sangraban. Baje mi mirada ya que esto era lo más vergonzoso que me había pasado en mi vida.

Cuando de repente entro Luke quien al ver mi brazo casi le da un ataque, iba a bajar mi manga pero Sam me lo impidió mirándome asesinamente mientras fulminaba con la mirada a Luke quien me miraba horrorizado, corrió hacia mí y me estrecho en sus brazos mientras besaba mi mejilla. Sam soltó un gruñido.

- ¿qué quieres luke? estoy ocupado –Dijo Sam mientras le echaba agua oxigenada a mi brazo lo que provoco que un grito desgarrador saliera de mi boca, Luke cubrió mi boca con su enorme mano mientras veía como lágrimas bajaban por el rostro de ambos chicos– lo siento Ana pero tienes las heridas demasiado infectadas –Dijo mientras se limpiaba algunas lágrimas que se había escapado de sus ojos

- me voy a morir –Dije sollozando

- trae una enfermera –Dijo Luke mirando a Sam con odio

No... Por... –Todo se puso negro    

Perder para GanarWhere stories live. Discover now