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-y ¿cuál es el problema?- le preguntó Mitsuki por segunda vez.

-Todo es un problema. Yo ya he superado esto, no puedo volver a caer.- le soltó exasperación, Boruto.

-ok, alguien a quien amaste regresa y parece que pueden recuperar lo perdido...¿el problema es que.... no estás seguro?

-o que se va a volver a largar sin mirar atrás- bufó.

-Nada te asegura eso. ¿Le preguntaste por qué se fue?- su mejor amigo seguía intentando entender su punto de vista.

-No me lo dijo hace tres años, ¿por qué lo haría ahora?

-Tal vez te lo dijo y no escuchaste- ante la mirada de asombro de Boruto, Mitsuki continuó hablando.- Estabas empecinado con casarte en ese momento y tener muchos hijos, sin considerar lo que ella quería.

-Ahhh claro, soy un maldito egoísta. ¡Sólo quería iniciar una vida junto a ella¡- la voz de Boruto se elevó un par de tonos.

-Bueno, modula la voz. Si no quieres reiniciar lo de hace años... corta toda relación con la señorita Uchiha y listo.

Tan simple como eso, pero la idea no le atraía. Quería continuar con lo que sea que tienen. Los riesgos, por otro lado, tal vez no valieran la pena.

-Ya tienes tu solución.- le repitió Mitsuki- te aseguro que no va a tener problemas para conseguir compañía.

-Cállate de una vez- refunfuño el Uzumaki.

-y a todo esto, ¿qué tienen exactamente?

-Bueno....nos enrrollamos, pero somos exclusivos.

-Lo de exclusivos suena serio. Pues... si quieres cortar lazos con ella, busca a otra y listo. Sin exclusividad se termina la aventura y el riesgo de enamorarte.

Boruto torció la boca con desagrado, la verdad no le apetecía involucrarse con otra mujer ni herir a Sarada. ¿Por qué? Ella lo hirió al irse lejos, justo cuando él quería formar una familia.

-o...yo puedo sacrificar mi integridad e involucrarme con ella- concluyó su amigo con gesto pícaro.

-Alejate de ella, Mitsuki. Por tu bien y por el de nuestra amistad.

-Perro del hortelano-

Cómo fuese, debía tomar una decisión pronto. Dejar las cosas correr para ver hasta dónde son capaces de llegar o alejarse de ella y llevar el proyecto en paz. La segunda era la más prudente, pero la que menos le gusta.

Eran las doce del día cuando Sarada Uchiha arribó a la compañía Uzumaki. Su misión: aclarar las cosas con Boruto. Porque lo de anoche tuvo tintes de celos y si él intervenía en su vida, ella lo haría igual.
Lo último que esperó oír fue a Mitsuki ofreciéndole hacer «el sacrificio» de enrrollarse con ella, para terminar lo que sea que tuvieran.
Su primera idea fue entrar, armar la bronca y cortar con Boruto. Sin embargo, decidió relajarse primero para luego entrar a la confrontación.
Con eso en mente, fue a la cafetería a comer algo, estuvo ahí uno hora por lo menos.  Cuando sus emociones estuvieron bajo su control, regresó a la última planta, tocó la puerta de la oficina del Uzumaki y entró.
El golpe llegó rápido y fuerte, Boruto con Zumire, protagonistas de una escena caliente. Él en su silla de gran jefe y ella sobre sus piernas, con el vestido subido, ambos en medio de un beso. En lugar de gritar carraspeó para llamar su atención. Boruto sacó a Zumire de su regazo, se paró de un brinco y se le quedó viendo sin lograr decir nada.

-Bueno...-dijo Sarada- esto concluye el trató.- sin agregar nada más se retiró de la oficina. Tomó eso como una respuesta, nada volvería hacer como antes. Lo perdido hace tres años, perdido está.

Con paso veloz salió de las oficinas y logró subir a su auto antes de ver a Boruto, si es que en verdad era él y no un producto de su imaginación desesperada por recuperar el pasado.

-Eso fue cruel.....

Tomó la Interestatal y fue directo al aeropuerto, dos horas después iba rumbo a Milán para supervisar el proyecto y ocupar su tiempo para no pensar e Boruto Uzumaki.

Boruto tocó la puerta de Sarada una vez más con la esperanza de que contestase. Tal vez podrían resolver aquello y si no mataría a todo aquel que se cruzase en su camino. Tocó por diez minutos más antes de que el tipo de al lado le dijera que la chica no había regresado, cómo lo supo este... tal vez Sarada tenía un acosador.
Trató de llamarla por teléfono, pero nunca respondió y después de una horas lo empezó a enviar directo a la casilla de voz.

Así que allí estaba, dos horas después del incidente, enojado, sin Sarada ue con un sentimiento de vacío en el pecho. No es de extrañar que ningún empleado se animará a sumergirse en la curva del monstruo, sólo Mitsuki se aventuró ahí, luego de ser informado del voluble estado del jefe.

-¿Qué ha pasado, Boruto? Los empleados están asustados.- fue lo primero que preguntó.

-Tú- le señaló el Uzumaki- ¿Cómo pudiste?

-¿Qué hice?- por la mirada de Boruto, Mitsuki supo que nada bueno saldría de aquello.

-Enviaste a Zumire a mi oficina....

-Ahhh....ella vino a buscarte, ¿Han peleado?- al chico le costaba creer que todo el escándalo fuese por ella.

-Se me ha lanzado encima y Sarada nos ha visto......

Mitsuki eligió con cuidado sus siguientes palabras- Así que...¿Te libraste de aquel asunto?

-Se puede decir que sí, porque Sarada se ha ido y no me contesta las llamadas- soltó casi en un grito.

-Y no estás feliz por ello....- afirmó- quién te entiende.

-Vete antes de que te golpee.

Mitsuki le dedicó una última mirada antes de salir, cuando estuvo a solas Boruto trató de recuperar la calma. Si algo le reveló aquel encuentro con Zumire es que estaba perdido, no sintió nada. Mientras la tenía en sus brazos solo logró pensar en Sarada y en cuán diferente se sentían las cosas con ellas. En otras palabras, está bien enganchado y, tal vez, la haya perdido nuevamente.

Un días y todavía no lograba comunicarse con Sarada.En medio de sus cavilaciones unos golpes en la puerta lo regresaron a la tierra.

-Pase....

Kin-sam apareció en escena, aparentemente, serena. Aunque sabía que estaba nervioso por su estado de ánimo.

-Señor...ya confirmé su vuelo a Milán. En tres días a las 13horas, primera clase.

¿Milán? ¡Rayos! Es verdad, es su obligación supervisar ese proyecto. Justo ahora que necesita permanecer en Japón para arreglar las cosas con Sarada.

-Bien, ¿tengo algo programado hasta esa fecha?

-No, señor.

-Gracias. Puedes retirarte.

Así lo hizo. Bueno no había tiempo que perder. Le quedaban dos días para solucionar todo con Sarada y.... pues quién sabe. La desea de vuelta, pero la seriedad de su relación.... sobre eso no está seguro. El miedo le impide decidirse.

El aviso de una notificación hizo sonar su celular, normalmente, no la vería pero en era de la red social de Sarada.
Cuando la abrió quiso arrojar el teléfono contra la ventana, pero se contuvo. Sarada Uchiha estaba en Milán, sin saberlo frustró sus planes de reconciliación. Quizá sí era demasía tarde, porque fue clara respecto a otras relaciones.

Armado de paciencia fue en busca de su secretaria, que al verlo se paró de su asiento.

-Necesito un vuelo que me lleve a Milán hoy. Ve si el Jet de la empresa está ocupado.

-Sí, señor.

Muy bien, el escenario de la contienda se había movido a Milán, pero el objetivo era el mismo. Sarada Uchiha.

¿Dejarás que se escape la felicidad?Where stories live. Discover now