Capítulo 21: La guerra ha comenzado.

Comenzar desde el principio
                                    

—Pero como... ¿De dónde has sacado todo eso Tom? —Le miro muy asombrada.

—Lo he sacado de esta bolsa. —Me enseña una bolsa que tiene guardada en su chaqueta.

—¿Y esa bolsa tan pequeñita? Pero si ahí no cabe nada.

—Claro que sí, un montón de cosas, es mágica obviamente, puedes guardar lo que te plazca, ropa, comida... Te regalaré una, son muy útiles, es como el bolsillo mágico de Doraemon. —Sonrío ante su comentario, de pequeña me encantaba esa serie.

—Me acabas de dejar atónita, no sabía de su existencia. Ya tenías todo planeado. —Sonrío algo nerviosa, nunca en mi vida me han preparado algo así.

—La duda ofende Evans. —e miro con los brazos cruzados, no me gusta que me llame por mi apellido y lo sabe, él sonríe picaronamente y comienza a reírse—. Ven, vamos a sentarnos.

Todo esto es mágico, estos momentos con Tom son mágicos e increíbles, me encantan las charlas que tenemos, él es tan interesante e inteligente, se puede hablar de cualquier tema con él y además aprendo muchísimas cosas, es tan enriquecedor estar con él.

—Acércate, túmbate a mi lado.

Recoge rápidamente las cosas y se tumba en la manta poniendo uno de sus brazos estirado para que pueda poner mi cabeza encima, y eso hago, nos pegamos más y miramos el cielo, está todo estrellado, ya es de noche y hace un poco de frío.

—Estás temblando, ¿tienes frío? —Me mira preocupado, yo asiento con la cabeza.

—Un poco. —Automáticamente Tom saca de su bolsa una manta blanca de lana bien calentita y la echa por encima—. Tienes de todo en esa bolsa.

—Hay que venir preparado. —Coloca sus piernas encima de las mías para darme más calor y me abraza—. Me encantas Valentina, he perdido la cuenta de las veces que te lo he dicho, pero es que de verdad no puedo dejar de decirte lo mucho que me gustas. —Pega su frente con la mía.

Yo sonrío dulcemente y le beso, al principio el beso es dulce y tierno, pero luego se vuelve apasionado, se sube encima mía y lo profundizamos más, ahora ya no tengo tanto frío como antes, comienza a tocarme la cintura por debajo de la ropa, pero rápidamente se aleja de mí, cosa que me molesta bastante.

—¿Que qué ocurre Tom? —Estoy algo molesta por su alejamiento, él está serio.

—Nada, mejor vamos a parar, no quiero hacer algo de lo que luego nos arrepintamos los dos. —Me acerco a él.

—¿Y si yo no quiero parar? —Se aleja un poco de mí.

—Tú no sabes lo que estás diciendo. —Lo atraigo hacia mí.

—Si se lo que estoy diciendo.

Con un rápido movimiento me subo encima de él, comienzo a besarlo, puedo notar a su amiguito haciéndose cada vez más grande por debajo de sus pantalones, pero no me importa, al contrario, quiero sentirlo cada vez más. Baja a mi cuello y suspiro de placer.

—Para. —Se aleja de mí tan rápido que ni me doy cuenta—. Ya basta Valentina, es tarde, deberíamos de ir volviendo ya al instituto.

—A mí no me apetece irme todavía —respondo con voz de niña pequeña.

—Valentina, tú eres consciente de que estamos en una montaña, hace frío, es casi la hora de cenar, y lo más importante, mañana tenemos clase.

Se levanta de inmediato dejándome algo mosqueada.

—Tranquila, otro día volveremos, haremos muchos más viajes en coche, tengo que enseñarte muchos lugares increíbles.

—¿Cómo cuáles? —pregunto muy emocionada y feliz.

Oscuridad, peligro y... ¿amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora