xvideos.com III - Lauren

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—Te amo. He sido tuya desde mucho antes de saberlo. Si tú me cuidas, yo también te cuidaré. Seremos felices. Lo lograremos —dije.

Sonreí viéndola a los ojos. Ella sonrió conmigo.

El video había dejado de importar. Es como si estuviera en la lejanía. Tomó mi mano y corrimos a su habitación. Se deshizo de mi ropa restante en el camino. Me empujó ligeramente hacia la cama y me acomodé un poco.

—Si algo va mal, sabes que puedes detenerme, ¿sí? —preguntó.

Había preocupación en sus ojos. Solo pude asentir. La emoción y la adrenalina ya no me dejaban formular palabras con claridad.

Se acercó a besarme. Lo hizo tan despacio que les juro podría haberme corrido ahí mismo. Esa manera tan sensual en la que sus manos comenzaron a acariciar mis costados, mis pechos. No había nada de pervertido ni desesperado en la forma en la empezaba a hacerme suya. Eso, conociendo a Lauren, solo significaba una cosa: se había enamorado de mí y realmente me amaba.

Un montón de veces me tocó presenciar la manera en la que desfloraba a algunas chicas y jamás la vi ir tranquilamente, siempre fue el cazador que va tras su presa. Muchas veces me tocó ser la chica que debía cuidar que nadie las interrumpiera, así que algunas veces era inevitable ver sus cosas.

Se detuvo un momento para mirarme directamente a los ojos. Le sostuve la mirada hasta que ella besó mi mejilla. Sus dedos comenzaron su camino hacia mi centro. Comenzó a tocarme con una lentitud tortuosa. Ella era tortuosa. A ella parecía realmente encantarle hacer las cosas con calma.

—Lauren, sin juegos —dije entre jadeos.

—Estaba esperando que dijeras eso —dijo.

Podía sentir la sonrisa en su voz.

Comenzó a masajear mi clítoris. Primero demasiado despacio y luego más rápido. Fue intercalando sus movimientos hasta que el placer en mí fue demasiado.

Mis gemidos no podían ser amortiguados por mucho que mordiera mi labio. A decir verdad me daba un poco de pena, pero con Lauren no debía importarme.

—Mierda —jadeó la ojiverde—. No sabes cuánto me encienden esos gemidos.

No pude evitar sonrojarme. Ella rió ligeramente.

Y llegó mi primer orgasmo.

—¿Cómo mierda es que tú estás como si nada? —pregunté jadeando.

—Práctica —contestó guiñándome un ojo.

—No es divertido, Lauren —dije rodando los ojos.

Rió ligeramente.

—¿Estás lista? —preguntó.

Se posicionó entre mis piernas. Su miembro ya listo para atacar mi entrada. Me encontraba demasiado sensible.

—Estoy lista —dije.

—Recuerda que puedes detenerme cuando quieras —dijo mirándome.

Esos ojos verdes tan penetrantes. Solo asentí.

—Aquí voy.

Y entró lentamente en mí.

—¡Mierda, Lauren! —grité.

Se detuvo, preocupada.

—Está bien, pararé —dijo comenzando a salir.

—¡No! Sigue, por favor —supliqué.

—¿Estás segura? —preguntó.

—¡Solo sigue! —exigí.

Comenzó a embestirme despacio, pero a un paso constante. Después de unos minutos empezó a perder el control.

—¡Mierda, mierda, mierda! —gemía.

—Sigue así —me dijo, embistiéndome aún más fuerte.

En este momento me di cuenta que Lauren no podía parar. Ya no.

—¡Córrete para mí! —demandó.

Y me dejé ir. Al poco tiempo ella se vino dentro de mí. Nuestras respiraciones eran demasiado erráticas. Nuestro sudor estaba mezclado. Hoy nos convertimos en una sola.

Se acostó a mi lado y se acercó a mí.

—Nunca te dejaré ir, _____ —dijo firme.

—Sé que no lo harás, Lauren —dije—. Te amo.

—Te amo —contestó.

———

¡Finalmente!

Imaginas & One-shots de Fifth HarmonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora