CAPÍTULO 1

742 33 38
                                    

¡Los amo, lectores!

* * *

Él siempre supo que tenía algo especial pero no quería creerlo. Decía que no era fácil aceptar que puede mover cosas con solo poder desearlo; sentir que la gente te mira como un bicho raro es feo, por eso, a los ocho años, cuando descubrió su don, inmediatamente supo que nadie debía saberlo. Sus padres le impusieron jamás decirlo, así que él simplemente trató de ignorarlo y esconderlo. Aunque claro que cuando estaba solo en casa y no tenía ganas de levantarse, podía mover el control remoto de la televisión o apagar las luces. 

Todo iba bien, ya habían pasado casi diez años desde que poseía ese don y no había tenido ningún problema, pero todo cambió cuando en vacaciones de verano, LuHan se lastimó el pie y tuvo que quedarse en casa. El problema surgió que gracias a ello faltó el primer mes de su último año de preparatoria y cuando regresó se sintió como precisamente nunca quiso sentirse: como un bicho raro.

***

SeHun caminaba hacia su escuela, está en su último año de preparatoria y al jefe de su padre se le había ocurrido darle a este el puesto de gerente en la empresa que tenían en esa ciudad. No es que no estuviera contento por su padre, ya que era una gran oportunidad y además les iría mejor económicamente, pero él ya estaba fastidiado de que lo cambiaran de escuela cada año. Sí, gracias a ello conocía a mucha gente y se podría decir que tenía amigos, pero no mejores amigos, amigos de verdad y eso es lo que él más lamentaba.

Como todos los días, desde que llegó hace poco más de un mes, se presentó temprano en la escuela. Su casa no quedaba lejos del instituto así que se le hacía mejor caminar. Se sentó en la última fila del salón.

-Como siempre, llegando tarde. -Le dijo a la persona con quien hasta ahora se ha llevado bien. Su nombre es Kris, un chico que al igual que él acaba de ingresar a la escuela. Viene de China y aunque se ve desde primera vista que es un chavo flojo, la realidad es que es alguien muy inteligente.

-Lo que pasa es que tú llegas demasiado temprano. -Replicó Kris.

-No me gusta llegar tarde como tú o como ese de ahí.

En ese momento iba entrando uno de sus compañeros que siempre llega tarde, típico chico despistado. No lo conocía demasiado, habían hecho anteriormente una tarea en parejas pero a penas y se habían hablado para terminarla. Después de eso, solo se asentían a modo de saludo.

-Joven JongIn, ¿se volvió a quedar dormido otra vez o es que el autobús no lo recogió? -Preguntó el profesor, dirigiéndose a su alumno que llegaba con retardo.

-Verá profe, además de que el autobús no me recogió hoy, en el camino hacia aquí me persiguió un perro, uno enorme. Así que no me arriesgué y salí corriendo, escondiéndome en el jardín de una casa hasta que se fue y lo perdí de vista. -Dijo todo lo más rápido que sus pulmones le permitieron, agarrándose su pecho dramáticamente y dando un gran suspiro al finalizar.

-Usted no se cansa de contar mentiras ¿cierto?

-¡Pero es verdad! -Reprochó el moreno. – hasta me rasguñó, mire. -Mostró su pierna. -Ah pero si yo sentí que lo hizo. -Terminó diciendo después de no ver nada en su pantalón. Se oyeron risitas en el fondo.

-Solo siéntese y preste atención en mi clase.

El moreno se dirigió a su sitió no sin antes mostrar su radiante sonrisa a sus compañeras que lo miraban como enamoradas. SeHun se preguntaba qué era lo que le pasaba a ese chico por la cabeza. Tal vez debió hablar más con él en esa tarea que hicieron antes. Ya ni se acordaba cómo es que el moreno empezó a hablar con Kris, simplemente ahora se hablaban y hasta a veces se mandaban uno que otro mensaje preguntándose por la tarea. Y con ese pensamiento inició su clase.

EXODUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora