¿Divergente?

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. . .

Abrí mis ojos. Me dolió el hacerlo, pues había demasiado luz en aquella habitación. Había llegado al hospital.

Se podía oír algo, era la televisión, que estaba proyectada en la pared.

-Recordamos el acontecimiento que ocurrió el pasado 11 de noviembre. Los androides fueron oficialmente permitidos, después de haber recibido órdenes oficiales de la presidenta Cristina Warren.

-A primera hoy, 11 de noviembre del 2038, miles de androides han invadido la ciudad de Detroit. Según nuestras fuentes, proceden de varios almacenes de CyberLife, con lo que se habrían infiltrado los divergentes. Debido a que se trata de un gran número, hay un gran riesgo de bajas civiles, por lo que he tenido que ordenar la retirada. En este preciso momento se está procediendo a la evacuación de la ciudad. En las próximas horas, me dirigiré al Senado para determinar nuestra respuesta ante esta situación sin precedentes. Me consta que la opinión pública está conmovida por los acontecimientos. Quizás tengamos que replantearnos el futuro y considerar la posibilidad de que los androides sean una nueva forma de vida inteligente. Una cosa es cierta lo sucedido en Detroit ha cambiado el mundo para siempre. Que Dios os bendiga, y que bendiga también los Estados Unidos de América.

Me sorprendí al oír aquella buena noticia. Por fin lo consiguieron. No me di cuenta de que mis lágrimas salieron. Me las limpié y miré hacia abajo al notar algo que me incomodaba.

Eché de lado la sábana y toqueteé por mi abdonimal. Como era de esperar, me molestó el solo hecho de rozarlo pero comparado con como lo era antes, no podía quejarme.

Seguí viendo las noticias hasta que me cansé y finalmente puse un canal con una serie cualquiera. Me recosté y pude ver que en la mesilla de mi izquierda, había muchísimos regalos. Desde tarjetas, globos, peluches y cestas con comida. Sonreí al saber que la gente a mi alrededor me extrañaba.

Justo dos minutos después, la puerta que se encontraba a mi derecha se abrió, mostrando a alguien muy importante para mí.

-Por fin despiertas... -no iba vestido con su ropa de fábrica. Llevaba una sudadera gris y unos pantalones negros, era muy extraño verle así. Él traía también un regalo, estuve por saludarle pero no pude porque nada más entrar me abrazó.

-C-Connor, me estás apretando demasiado -me quejo al sentir algo en el abdomen. Él se aleja rápidamente y deja la flor holográfica en la cama.

-Perdón, es que... Pensé que no volverías a despertar.

Se entristeció al decirlo y me sentí mal por ello. Por suerte, tenía una cosa que podría animarle.

-Al parecer sois libres, ¿no? -pregunto sonriente mientras retrocedo al canal de las noticias. Vuelve a sonreírme y se sienta a mi lado.

-Sí, al menos temporalmente -me tomó la mano-. Gracias por ayudarnos, y hacerme ver lo que es tener sentimientos, (T/N).

Ya no podía evitarlo. Él era un cielo conmigo, así que me alcé un poco hacia él y le di un beso.

Se sentía increíble, podía percibir aquellas mariposas en el estómago de la que tanto hablan respecto a este tema. Ambos nos correspondimos, pero tuvimos que alejarnos para tomar el aliento.

Nada más separarnos, apoyamos frente y frente y nos sujetamos más fuerte la mano. Me sentía tan bien en aquel entonces. Pero luego vi que faltaba algo, más bien, alguien.

Me alejé de la cara de Connor y le miré.

-¿Hank sobrevivió?

Parecía sorprendido por mi pregunta. Se mordió el labio y me miró con pena.

I'm Not A Deviant | Detroit Become HumanWhere stories live. Discover now