Es ahora o nunca.

2.5K 309 74
                                    

. . .

Connor, Hank y yo estábamos en la oficina de Fowler. Digamos que al no avanzar, hubo problemas y se avecinaban malas noticias.

-Estáis fuera. El FBI se hace cargo -dijo nuestro jefe decidido.

-¿Qué? Pero si tenemos una pista. Si... tenemos más tiempo, seguro que... -el teniente intentaba convencerle.

-Hank, no lo entiendes. No es una investigación cualquiera, ¡es una guerra civil, joder! Ya no está en nuestras manos... Se trata de la seguridad nacional.

-¡Venga, joder! No puedes cerrar el grifo ahora que estamos tan cerca.

-¡Siempre dices que no soportas a los androides! Por Dios, Hank, ¡aclárate!, ¡Pensaba que esto te alegraría!

-Estamos a nada de cerrar el caso... Sé que podemos resolverlo. Por Dios, Jeffrey, ¿no puedes apoyarme por una sola vez?

-Por favor Capitán Fowler, solo un poco más de tiempo... -le supliqué.

-No hay nada que hacer -negó con la cabeza-. Los dos iréis a homicidios y el androide a CyberLife.

Apreté mis puños con fuerza y miré a mi compañero castaño. No podían mandarle ahí, no quería perderlo después de haberme cogido tantísimo cariño.

-Lo siento, pero se acabó -volvió a hablar.

Anderson salió enfadado, y nosotros dos le seguimos. Me sentí triste y enfurecida. Tenía tremendas ganas de romper cosas sin razón alguna.

Imité al teniente y me senté en mi escritorio. Puse mi cabeza en mis manos, de verdad, mi ánimo se encontraba por los suelos.

Mientras tanto, Connor se apoyó en la mesa de Hank.

-No debemos rendirnos así. ¡Podríamos haber resuelto este caso! -gritó frustrado.

-¿Vas a volver a CyberLife? -pregunté desanimada.

-Lo siento, no hay otra opción... Allí me desactivarán y me analizarán para saber por qué fallé...

Levanté mi cabeza poco a poco y abrí mis ojos preocupada.

-No te pueden desactivar.

-Lo harán.

-¡No podrán si les denuncio! -solté exasperada. Soltó una risa y suspiró.

-Dudo nada de eso lo impida -puso una mueca.

-¿Y si estamos en el bando equivocado? ¿Y si luchamos contra persona que solo quieren ser libres? -se planteó Hank.

Le miré sorprendida. Estaba empezando a pensar de la misma manera que yo.

-Sé que estamos en el bando correcto. Los humanos nos crearon. Son nuestros amos. Ninguna máquina debe rebelarse contra su creador.

-Cuando te negaste a matar a ese androide en casa de Kamski..., te pusiste en su lugar. Mostraste empatía, Connor. Y la empatía es una emoción humana.

-No sé por qué lo hice...

-Porque sentiste que eso estaba mal, que estabas a punto de hacer algo injusto -respondí.

Miró al suelo. Hubo un breve silencio hasta que volvió a hablar.

-No estoy programado para decir cosas así, pero... Me ha encantado trabajar con vosotros... Con más tiempo, ¿quién sabe? Podríamos haber sido amigos y... más cosas... -al decir lo de más cosas me echó una ojeada mientras sonreía de lado.

Unos pasos en el pasillo se oían. Al mirar hacia allí vi al molesto hombre que nos encontramos en la torre de Stratford.

-Vaya, vaya, aquí llega Perkins, el maldito cabrón... No pierden tiempo en el FBI... -se quejó Hank.

-No hay que rendirse... La respuesta está en las pruebas que tenemos. Si él toma el mando, se acabó.

-¡No hay nada que hacer! Has oído a Fowler, estamos fuera -dije obvia.

-Tenéis que ayudarme. Necesito tiempo para encontrar una pista en las pruebas que tenemos. Sé que la solución está ahí.

-Escucha Connor... -el teniente le hizo un gesto para que se calmara.

-Si no resuelvo este caso, CyberLife me destruirá. Cinco minutos. Solo pido eso.

El teniente estaba inseguro, pero igualmente asintió y se levantó de ahí.

-La llave del sótano está en mi mesa. ¡Moved el culo! No podré distraerlos siempre.

Al hablar en plural, supuse que le tenía que acompañar. En realidad yo quería ser la que distrayera pero, tampoco podía quejarme.

Connor y yo nos miramos cómplices y asentimos. Cogí la llave de la sala de archivos y tomé a mi compañero de la mano para que siguiera mi ritmo.

-¡Perkins! ¡Eres un puto cabrón de mierda!

Reí al oírle. Sin duda, era mejor que él fuera a "molestar", yo no habría podido ni llamarles la atención dos minutos.

Siguió pegando gritos, aunque dejamos de oírle cuando entramos a otra mini sala que llevaba al sótano. Solté su mano porque ya estaba a punto de abrir la puerta.

Hasta que la voz más odiosa del mundo sonó.

. . .

Jejejjeje, aquí lo dejo. Planeaba dejar suspense, pero creo que con "voz odiosa" ya se sabe quién es xd.

Ta mañana <3.

I'm Not A Deviant | Detroit Become HumanWhere stories live. Discover now