—¿Te molesta? —susurro casi sin querer, sintiendo una punzada de decepción en el pecho.

—Lo hace y no lo hace a la vez —dice —. Es nuevo para mí pero no es jodidamente horrible —admite y acerca su boca a la mía, besándome con suavidad. El beso sabe a alcohol, cosa que me hace pensar que quizá las cosas que dice son por la ebriedad en su sistema. Mi cuerpo enciende una alerta cuando su mano toca mi espalda baja, rozando el borde de la tela, apretándome más hacia sí, entonces me alejo de él con la mirada asustada.

—Lo siento —digo cuando ambos nos sentamos sobre el colchón, él solo niega con la cabeza antes de decir:

—¿Por qué?

—Por ser un desorden y siempre hacer lo que me da la gana —sonrío tímidamente y muerdo mis labios con nerviosismo.

—No es tan importante, cariño —dice y vuelve a recostarse, esta vez sobre su espalda.

Escucho que suspira fuertemente y decido acercarme a su cuerpo, sentándome sobre sus piernas mientras sigue echado, entonces él levanta la cabeza, abriendo los ojos con lentitud, y me mira con curiosidad y admiración.

—Bésame —pide con la voz entumecida, acomodándose sobre sus codos para acercarse un poco, yo me agacho y rozo nuestros labios sin decir ni una palabra como respuesta. Nos besamos suavemente antes de que mis manos busquen su cuello y le exijan más, dejándome llevar por la ebriedad que poseía mi sistema. De pronto, y en un movimiento brusco, Harry nos gira, dejándome debajo de su anatomía y empieza a recorrer mi rostro y cuello con besos húmedos, acariciando con su respiración agitada mi pecho por sobre la tela; siento como acerca su mano hacia la parte trasera de mi cuello, buscando desabotonar el seguro que mantenía mi vestido sujetado a mi cuerpo, luego se apoya en sus rodillas y exige que levante mis caderas para subir el vestido y quitármelo por arriba.

A causa del escote en la espalda, no llevo corpiño y el frio me despierta de la ensoñación en la que me hallaba, Harry acerca su boca a uno de mis pechos antes de que sujete su cara y lo haga mirarme.

—Harry, para, ahora no, por favor —pido, palabra tras palabra sintiéndome más cuerda. Él me mira con molestia pero luego abre los ojos con entendimiento y se aleja, levantándose de la cama y tomando una camisa suya del armario para pasármela. Yo me visto sobre la cama y lo miro con arrepentimiento, pero segura de que no haber querido mi primera vez, de ningún modo, ebria, incluso si ello acallara el dolor que prometían que venía al perder la virginidad. ¿Qué demonios? ¿Desde cuándo estaba tan segura de querer hacerlo? ¿Y con Harry?

Lo veo sentarse en el pequeño sofá donde ha dejado su saco y enterrar la cara en las manos con un resoplido, tras varios segundos de silencio en los que empiezo a creer que mis pensamientos sobre escapar de su casa suenan muy fuertes, él se levanta y se acerca a mí, sentándose a mi lado en la cama.

—Lo siento, cariño —dice, dejando un mechón de mi cabello detrás de mí oreja antes de besar mi frente con ternura, yo solo muevo la cabeza de arriba abajo, asintiendo, entonces se acomoda de modo que sus piernas se estiran sobre la cama y me acurruca a su lado.

—¿Estás borracho, Harry? —pregunto en un intento de eliminar el silencio que se ha asentado entre nosotros, incómodo y tajante.

—No —dice él tras una risilla que me confirma que su respuesta es una mentira. Sonrío con cansancio antes de abrazarme a su cuerpo y trazar con los dedos las costuras en su camisa. Y, a pesar de repetirme mentalmente que debo volver a casa, termino dormida en su pecho, acunada por su respiración tranquila.

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—Evangeline, cariño —escucho su voz y me reto mentalmente por estar soñando con Harry, entonces abro los ojos lentamente y lo veo mirándome directo a los ojos, con preocupación, mientras me levanto de la comodidad de lo que creía eran mis sabanas.

—¡Joder! —grito cuando me doy cuenta que hay sol colándose por las cortinas, levantándome de golpe, sintiendo mis pies helarse al contacto con el piso —¿Qué hora es? —digo mientras me pongo mis zapatos, sin reparar en lo que traigo puesto, Harry me mira con una pequeña sonrisa formándose en su rostro, pero todavía parece asustado.

—Las ocho —dice y me tiende un vaso de jugo que tomo a pesar de la prisa que tengo de salir de su casa —, lo siento tanto, Evageline, anoche no debí permitir que nos quedáramos dormidos.

—Harry, no estabas en la posibilidad de controlarlo —le digo mientras dejo el vaso en el mesón de la cocina, caminando hacia la puerta trasera para salir por la cochera, él camina detrás de mí, sonriendo cada vez más obvio a causa de mis movimientos acelerados —. No puedes controlarlo todo —le digo luego de darle un corto beso antes de salir y cerrar la puerta velozmente.

Camino cautelosamente hacia mi ventana, asegurándome de que no hay miradas curiosas por ningún lado antes de entrar con un poco de dificultad, terminando recostada en el suelo con un golpe en el codo.

—Ouch —gimo al levantarme antes de correr silenciosamente hacia la puerta que sigue cerrada, entonces saco mi cabeza esperanzada de que no haya nadie despierto aún mientras saco el resto de mi cuerpo y me dirijo al baño donde, antes de meterme a la ducha con la intención de quitarme el olor del alcohol y el tabaco, noto que tengo puesta la camisa de Harry, y solo eso, sobre mis bragas —. Nunca más hagas estas estupideces si eres una jodida dormilona, Eva —me digo tras desvestirme y poner la enorme camisa de Harry sobre el lavabo, cuidando que no se moje. La ducha se siente reparadora, pero estoy dispuesta a dormir unas horas más tras cambiarme y acomodarme en mi cama.

Cruzo el pasillo rápidamente, escondo la camisa debajo de mi almohada y me visto con uno de los camisones que tengo antes de mirarme al espejo: —Santa mierda —murmuro al notar la marca rojiza, casi morada, en la curva de mis pechos, entonces opto por una blusa enorme que esconda mi escote por si mis abuelos entran a mi pieza y me toman por sorpresa. Entonces suspiro con satisfacción por haberme salido con la mía, pero jurándole a los cielos que aquella había sido la primera y última vez, antes de recostarme sobre mi colchón, deseando que fuese el de Harry, envolviéndome con mis sábanas, deseando que fuesen las de Harry, y entrando en calor mientras me adormecía, deseando estar con Harry.


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Quiero agradecerles muchísimo por todos sus comentarios y votos, siento que estoy en las nubes. Gracias, enserio.

Nos leemos pronto. xoxoxoxo

Thinking Underage [Mature Styles! au]✅Where stories live. Discover now