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Cada vez que ibas al estudio de tu hermoso novio, Namjoon, terminaban acostados y desnudos sobre la alfombra tapados con una ligera manta. Tu habías dejado las pastillas anticonceptivas por que no te convenían para la salud por lo que tu chico estaba obligado a usar preservativo.
Claro que en una ocasión se les olvidó ese detalle por pensar con sus amiguitos que con la cabeza y no fue hasta el segundo mes que empezaste a notar algo raro en ti.
No eras regular por lo que tu periodo no era exacto, pero si te llegaba y hace dos meses no aparecía. Aparte empezabas a tener nauseas y dolor de cabeza. Sospechabas de que podía tratar así que le pediste a tu sobrina—que es tres años menos que tu—que te acompañara al doctor para hacerte exámenes.
—Bueno señorita Yongsun, como ambos sospechábamos. Usted está esperando un bebé, tiene dos meses y medio, ¡felicidades!
Y con esas palabras tu vida ya no podía mejorar.
Aún así, contarle a Namjoon fue lo más difícil ya que no sabías muy bien como lo tomaría. Ambos querían hijos pero no en estos momentos, ya que su trabajo era duro y tu recién estabas trabajando. Igualmente ya amabas al pequeño que estaba en tu interior.
Segundo mes.
—Amor ya llegué.— Escuchaste a Nam mientras cerraba la puerta.
Estabas en el sillón viendo televisión y a tu lado una caja con una sorpresa. Él se sentó bastante cansado mientras apoyaba su cabeza en tus piernas.
—Cariño, te tengo un regalo.
Sacaste la caja y se la entregaste. Nerviosa y ansiosa viste como la abría.
—Que hermoso.— Veía atento el cuadro con varias fotos de ustedes que iban en orden cronológico. Cuando eran amigos, las primeras citas, aniversarios y al final del cuadro una foto sorpresa.—¿Qué es esto?.— Intuía de que se trataba pero le costaba creerlo. La foto final era la ecografía que te habías echo hace poco.
No era una imagen muy clara pero para ambos era lo más hermoso que podían ver. Su bebé, aún no bien formado pero era su pequeño hijo.
—¡Yongsun te amo! Es precioso, tendremos un hijo. Vaya, suena genial.— Te abrazó delicadamente pero con cariño infinito.—Este puntito es nuestro bebé. Una mini tú o un mini yo.
Irradiaba felicidad y te contagió. Pronto serían una familia y hablando de familia.
