> Habían terminado de ensayar. Te dirigías al baño en busca de agua, estabas exhausta. En tu trayecto alguien tocó tu hombro.
—¿Namjoon?
—Quiero hablar contigo, ¿me permites?
Lo meditaste un segundo y tu curiosidad ganó. Aceptaste para luego tomar tu mano y guiarte a un salón desconocido para ti.
—Iré al grano. Te extraño, como no tienes idea y créeme que estoy muy arrepentido por haberte dejado. Esa chica no era nadie, pensaba que ya no sentía nada por ti, pero me equivoqué. Te necesito a mi lado. ¿Me darías otra oportunidad?
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Tu conciencia te decía que te negaras, pero tu corazón te pedía a gritos que dijeras que si. Lo extrañabas tanto, estabas consciente de su error, esperabas que no lo volvería a hacer y entonces decidiste volver a confiar en él.
—Si, me haces mucha falta.
Eso fue luz verde para el líder y te abrazó sin querer soltarte. Juntaron sus frentes y tomó la iniciativa de besarte. Pasaste tus brazos por su cuello, acariciando su cabello a la vez que él pasaba sus manos por tu cintura. Añorabas tanto su tacto, sentir su cuerpo con el tuyo.
Sentías que esta vez no te fallaría. Namjoon por su parte se prometió que jamás volvería a hacerte daño.
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