45; Sigue tu Instinto

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Pasamos la noche sin dormir pero ya listo el amanecer aprovechamos de dormir un poco. Ahora Jughead se encuentra durmiendo apoyado en mi pecho. Yo ya he despertado hace ya una buena media hora pero no quiero despertarlo. Sentir su respiración contra la mía me relajaba, viéndolo dormir con un angelito, con una placidez tremenda, también lo hacía. Su aliento era cálido y comencé a jugar con su cabello mientras cerraba mis ojos. Abrí los ojos y besé su cabeza para luego intentar dormir de nuevo. En eso se despierta y me mira, aún encima mío.

— Qué buena forma de despertar. – Jughead dijo. – De todas formas ya llevo una media hora despierto. Pero me encanta que me hagas cariño. – Sonrió pícaro.

— Me siento estafada. – Bufé y luego lo besé. Sentimos que alguien tocó la puerta y ambos fuimos a ver quien era. Era Betty, con un... ¿Bebé o acaso estaba viendo doble?, ¡Son dos!

— Chicos, necesito que cuiden a estos bebés por el día, son mellizos y se llaman Juniper y Dagwood, son los hijos de Polly. – Dijo y nuestros ojos se abrieron como platos. – a mí no me miren, yo no le puse los nombres. Como decía, Con Archie iremos a averiguar algunas cosas, prométanme que no saldrán de la casa. – Betty Suplicó. – Los mantendré informados de lo que hagamos y encontremos, gracias. – Irónicamente hizo una especie de monólogo porque habló tan rápido que ni tiempo de hablar nos dio.

— Supongo que no nos queda más que cuidar a estas bellezas. – Me encogí de hombros. Por suerte Betty dejó un millón de cosas para poder entretenerlos y alimentarlos. Jughead finalmente se decidió a contarme con mucho más detalle su plan para poder hacer que los Serpents (Si es que son ellos los que tienen secuestrados a nuestros amigos) los dejen libres. Yo tenía a las dos bebitos en mis brazos.

— Entonces, con ese plan, yo; siendo hijo del líder, haré que se arrepientan. – Dijo con cierta oscuridad en sus ojos.

— Adoro cuando estás decidido, nada puede pararte. – Sonreí. – Tápale los ojos a los bebés. – Él me miró extrañado pero aún así hizo lo que le había ordenado, le di un beso en los labios. En medio del beso comenzó a reírse entendiendo por qué quería que le tapara los ojos.

— Estás loca. – Carcajeó.

— Dime que tú no lo estás. – Reí rodando mis ojos. – Tómala. – Dije acercándole a Juniper.

— ¿Qué? Pero yo no tengo ni la menor idea de cómo hacerlo, se va a romper y no tiene ticket de cambio. – Sonrió y yo solo pude reír. – Aunque tiene un repuesto. – Arqueó una ceja y miró a Dagwood.

— Tómala, yo te enseño. – Repetí, le di las indicaciones y la criaturita ya estaba en sus brazos.

— Es muy hermosa. – Dijo en un susurro, yo no podía dejar de sonreír como una tonta porque era tan bueno con la pequeña, aparte de balbucear se veía muy a gusto en sus brazos, tanto como él se veía a gusto sosteniéndola. – ¿Crees que algún día... tú y yo? – Se quedó mudo. Yo solo sonreí y me quedé callada. Él entró en pánico. – L-Lo lamento, no debí haber dicho eso.

— No, No. Digo sí, Jughead. Sí, creo y quiero más que nada que algún día tengamos una familia. – Sonreí.

— Ay que bueno, ya me daba un soponcio. – Carcajeó aliviado. – Me siento de la misma forma, contigo... quiero hacer las cosas bien. Contigo... a donde sea que me lleve el mundo.

— ¿Dónde sea? – Pregunté. Sé que algún día cobraré su palabra.

— Donde sea. – Le tapó los ojos al bebé y yo le tapé los ojos al que tenía en brazo y me besó cortamente los labios, entre risas junté nuestras narices y nos quedamos así un buen tiempo. – Aweeeee mira sus mejillas. – Dijo apretando los pómulos del bebé. – Se parecen a las tuyas, igual de regordetas.

— Hey! – Intenté hacerme la enojada pero no duró mucho porque Jug mordió mi mejilla. Yo fui a buscar la fórmula para darles de comer. Jughead se quedó sentado en el sillón con ambos. Siempre he tenido un instinto maternal desarrollado a pesar de que yo nunca haya sido técnicamente respaldada por uno. Quizás esa es la razón por la que cuando veo a un niño me dan unas ganas inmensas de abrazarlo. Iba volviendo pero me di cuenta que mejor me quedaba escuchando, ya que Jughead Parecía tener una buena conversación con los pequeños.

— ¿Les gusta esa chica de allá? A mí me encanta. – Dijo mientras observaba a las bebés. – Ella es mi novia, no sé qué hice para merecerla. A veces pienso que nadie es digno para ella. Es hermosa, creo que la amo. Espera, ¡Obvio que la amo! Lo he hecho todo este tiempo, solamente estoy esperando al momento correcto para decírselo, pero mis sentimientos han estado intactos desde que por primera vez Besé sus labios. – Hizo una pausa. – Juniper, Dagwood, son muy buenos consejeros. Son muy sabios. – A este punto la baba me caía hasta por los suelos. Los mellizos solo se reían y  hacían sonidos extraños con su boca. – Voy a casarme con ella, lo haré. – Eso espero Jug, Eso espero...













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¡Hola!

Decidí hacer este capítulo más tierno y bonito porque no muchas veces se dan estos momentos propiamente como tal. A lo que me refiero, es que las muestras de amor de estos dos siempre son en momentos muy problemáticos y pensé que podría gustarles un momento en el que sintieran por un segundo que nada malo estuviese sucediendo, consideren este capítulo un relleno, Bonus o un regalito. De todas formas seré feliz si les gustó.

Muchas gracias por leer, las cosas se tornarán más densas, si eso es posible.

No es por alarmar.

Bella Petersen.

Desamparada en Riverdale || Jughead Jones.©️Where stories live. Discover now