19; La verdad duele

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— ¡Tú, fuiste tú! – Cheryl gritó desaforada. Dando puñetazos al aire tras ser sostenida por  Archie al intentar golpear a Jughead. Él la miraba frívolo, sin entender qué sucedía. – Mataste a mi hermano. – Sollozó en el piso. – Tú lo hiciste. – Jughead recién comprendió lo que sucedía y sus ojos esperaban expectantes la reacción de Cheryl. – Aquí está, llévenselo. – Dio la orden y unos policías lo inmovilizaron. Es ahí cuando yo entro a la cafetería y veo lo que está pasando.

— ¿¡Qué sucede!? – Grité en pánico.

— Lo llevamos por homicidio. – Contestó con seriedad uno de los policías.

— Tranquilízate, no es lo que parece. – Jughead intentó calmarme.

— ES INOCENTE, ES INOCENTE. – Exclamé al borde de un colapso. Uno de los policías me inmovilizó y me llevó con él por mi conducta.

Nos encerraron en la parte de atrás de una furgoneta.

— Debiste haberme escuchado, ahora tú también estás en esto. – Negó Preocupado con su cabeza.

— ¿Qué ha sucedido?

— Aún no puedo entenderlo yo mismo. Todo empezó en la cafetería y Cheryl intentó golpearme mientras me acusaba de haber matado a su hermano. Luego llegó la policía y aquí estamos.

— Pero tú no mataste a Jason. – Susurré.

— Claro que no, lloré una semana cuando mi padre me obligó a matar a un cerdo. No podría ni pensarlo. – Jughead, malhumorado y asustado tapó sus ojos con sus manos, deseando que nada de esto estuviera pasando.

El ruido de la puerta abriéndose nos hizo saltar. El policía que me había inmovilizado me miró fijamente, me causó un frío interior tremendo al conectar miradas.

Nos llevaron con esposas al rededor de nuestras muñecas. Fue tan humillante.

— Verán. Todas las pruebas apuntan que F.P Jones. – Hizo una pausa y apuntó a Jughead, haciéndole referencia a él mismo.

— Su nombre es Jughead Jones, No F.P. – Rodé mis ojos ante la incoherencia de sus palabras.

— Mi padre... – Dijo al borde de un paro cardiaco, no asocié todo hasta que él habló de su padre.

¿Podría ser eso posible?

Jughead es una gran persona, honesta.

¿Su padre, el señor que debió haberle inculcado la mayoría de sus valores, sería capaz de hacer eso?

La verdad es que siempre me ha dado unos escalofríos tremendos su mirada.

No puedo hablar de él así.

¡Es el padre de Jug!

¿Qué hago?

Creo que ahora necesita saber la verdad y todo mi apoyo.

— Necesito saber todas las pruebas con las que ustedes cuentan. – Es ahí cuando pienso sentirme observada, es más, estaba siendo observada por la mirada que relataba hace unos instantes. Las ojeras sobresalían de su rostro.

F.P Jones estaba en la comisaría, con ambas manos inmovilizadas y tres policías escoltándolo.

La historia tuvo un gran giro.

— ¿Papá? – Musitó desecho. Su padre avergonzado, no dijo nada.

— Jughead, tranquilízate. – Susurré.

— No. Esto no puede estar pasando. – Dijo Rojo de la furia que todo esto le había causado.

— Les haremos una preguntas, ya saben, el procedimiento. – Prosiguió el oficial Keller. – ¿El sujeto demostraba indicios de ser asesino?

— Para nada. – Me encogí de hombros. A pesar de que algo me hacía creerlo.

— ¿Creen que influya que sea miembro honorario, más bien, líder de los Serpents? – Esto me hizo reaccionar mal y todo de a poco empieza a cobrar sentido.

— Seguramente. – Dijo Cabizbajo, mayoritariamente avergonzado.

— Bueno, la verdad es que no debo preguntarles más. Yo sé que son buenos chicos, son amigos de Kevin. Anden con cuidado, tienen el expediente limpio. – Sacudimos las manos y nos fuimos. Por suerte tengo el expediente limpio y eso es porque no me han descubierto.

— Jughead. Debe haber una explicación. Por favor, contrólate. Solamente empeorarás esto. – Se me olvidó mencionar que hace unos cinco minutos nos quitaron las esposas. Delicadamente posé mis manos en sus mejillas para que pudiese mirarme a los ojos, cosa que estaba evitando desde entonces. Sus ojos inyectados me miraron, con ganas de tirar todo por la borda. Lo miré esperanzada y empecé a hacer círculos con mis pulgares en su rostro. Es ahí recién cuando se relajó. Nos hicieron un papeleo y como había dicho relatamos lo que sabíamos, básicamente nada.

— E-Es un asesino. Mi padre es un asesino. ¿Qué se supone que debo hacer? Me siento horrible. – Sus ojos se cristalizaron y por primera vez he visto a Jughead Llorar. Sus ojos cristalinos se veían más intensos. Besé su frente y él escondió su cabeza en mi cuello. Las lágrimas caían y caían mojando mi piel. Tenía ganas de llorar a gritos, hice lo posible por mantenerme fuerte. Fue difícil pero lo logré.

— Jug, por favor. Todo saldrá a la luz. Tranquilízate estoy aquí contigo, siempre. – acaricié su cabello mientras él aún seguía refugiado en mi cuello como si fuese el lugar donde más seguro se siente. – Siempre. – Aún si tu padre es quien me ha estado buscando todo este tiempo.

Desamparada en Riverdale || Jughead Jones.©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora