37; Ser fuerte

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— ¿Por qué? – Sus ojos se aguaron de la vergüenza, se notaba que él quería salir corriendo.

— Porque no. – Dije seca. – Fin de la discusión.

— ¿Blueberry? – A este punto las lágrimas ya corrían por sus mejillas y yo me di vuelta para mirarlo.

— Jughead, ¿Cuánto durará esto, dos días? Tres con suerte. Ahorro la desgracia y digo que no, así de simple y no podrás tergiversar mi decisión, ni en un millón de años. – Bufé enojada y lancé una patada a un objeto que desconocí en el piso. Me fui de ahí. Fui a la casa de Betty. Necesitaba una noche de chicas lejos de él. Lejos de Archie, lejos de todos esos idiotas.

— Entonces, ¿Dijiste que no? – Dijo Ronnie pensando que no tenía coherencia mi respuesta.

— Sí. Así es. – Rodé mis ojos.

— ¿Se veían tan enamorados, Por qué? – Susurró Betty.

— Nah, dudo que alguna vez estuve enamorada de él. Es un chico extraño y bobo, por ningún motivo mi tipo. – Me encogí de hombros y las chicas me miraban como si de un monstruo se tratase.

— Pero... Blue... ¿Cómo puedes decir semejantes cosas sobre Jughead? Él te adora. – Dijo Ronnie casi con la voz quebrada. Saben que debe estar con el corazón roto en estos momentos y eso las hace sentir tristes.

— Me olvidará en la mañana, de eso estoy segura. Nunca fuimos algo serio además. No es como si lleváramos una relación de sesenta años. – Reí irónica sacando mi teléfono del bolsillo. No tenía ni un solo mensaje de él.

— Blueberry, esto no está bien. No puedes jugar con los sentimientos de ese pobre chico. No sabes lo destrozado que puede estar en estos minutos. No puedes ir e ilusionarlo, es nuestro amigo.

— Yo también soy su amiga, respeten mis decisiones. – Bufé.

— No te conozco. – Resopló riéndose Veronica.

— Ni yo. No me gusta en lo que te has convertido. Ahora mismo, Eres un ser despreciable. – Betty dijo levantándose de su cama y Ronnie la siguió. Tontas, no entienden nada. Seguro dormirán en la pieza de invitados.
Me levanté de la cama y miré por la ventana de Betty que daba a la habitación de Archie. Ahí estaba él, desecho. Sus ojos se veían muy hinchados por tanto llorar y Archie estaba consolando a su amigo. Él miró por la ventana y frunció el ceño. Archie me dio una mirada de decepción, se encogió de hombros y negó con la cabeza y miró en otra dirección. Es algo deprimente que ninguno de mis amigos quiera estar conmigo en estos momentos. Quizás he hecho lo que desde un principio quise. Alejarme de ellos por su propio bien. Supongo que así debió haber sido desde un principio, sin ellos.

Siento que no debería estar acá, mucho menos cerca de estos tontos chicos. Sin pensarlo tomé mis cosas y salí de allí sin rumbo.

Muy peligrosa elección.

Por suerte creo que no estaba siendo vigilada.

Tomé mi celular y pude notar que tenía algunas llamadas perdidas de Los chicos, incluso de Archie. Seguían llamando y desvié las llamadas a buzón de voz.

Creo que elegí la noche más fría del año para escapar de ellos.

Subí a la punta del cerro más cercano y me refugié pensando que nadie podría encontrarme. Me tapé con ramas, me estaba muriendo de frío y eso me traerá definitivamente un gran resfriado.
Miré una última vez antes de intentar conciliar el sueño y luego pensé, Cómo sabían que estaba con Jughead, teniendo las cortinas cerradas.
Hay algo que no me
Calzaba,
Algo que tenía pinta de ser mucho más tenebroso y turbio.

Miré el cielo una última vez y sentí una luz roja a mi costado. No la encontraba, estuve cinco minutos intentando buscarla y resulta que estaba escondida dentro de las plantas.

Era una luz roja parpadeante del porte de una moneda, la tomé delicadamente y creo que ya no hay mayor explicación para mis dudas.

Desamparada en Riverdale || Jughead Jones.©️Where stories live. Discover now