8 de octubre/Biting/KanamexZero

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Biting /Kanamexzero

Entro como de costumbre por la ventana, le miro afectuoso, casi enamorado. No, totalmente enamorado. El chico dormía, su respiración era suave y acompasada, se acercó a él con sigilo y lentamente se sentó sobre la cama acercándose más y más hasta quedar frente a su rostro, descendió un poco y toco sus labios, esos suaves labios que lo traían loco, sin poderse resistir mordisqueo un poco el labio inferior, haciendo que finalmente el peli plata despertase.

─ ¿Kuran que estás haciendo aquí?

Pregunto incorporándose, el otro le dedico una sonrisa ladina.

─ ¿Que no es obvio?

─Debes dejar de hacer esto.

─No puedo, mejor dicho, no quiero, me gusta esto, estar contigo, mirarte dormir, tocarte, besarte, morderte.

─ ¿Tienes hambre?

El castaño asintió, mirándolo con adoración.

─Sólo tú puedes saciarme y sólo yo puedo saciarte a ti. Lo sabes, Yuki ya no nos llena, no nos satisface.

─No, no lo hace. Pero está mal Kuran, debemos detenernos, al final sólo le haremos daño.

El puro le miró fijamente, después acerco sus labios a su cuello rozándolo, aspiro su aroma, antes de hincar los dientes en la fina piel y comenzar a succionar. Zero se dejó hacer, estaba acostumbrado ya a eso y lo necesitaba igual, lo ansiaba, hacía mucho que había dejado de resistirse, que había aceptado sus sentimientos, eso no quería decir que a veces no le rebatiera o se revelara contra el Kuran.


*****Imagen de Suculencia, eliminada por la  censura de wattpad, la santorrona naranja*****


"Yuki nos hizo daño también, nosotros nos hicimos daño por ella, aun la quiero, siempre la querré, pero es mi hermanita, eso y nada más, y quiero que para ti sea lo mismo, tengo tantos celos"

Esto fue transmitido a la mente del prefecto, puesto que el purasangre seguía bebiendo de él, alimentándose, calmando su necesidad primigenia.

─Celos ¿por qué? Ella no siente nada por mí, ha quedado claro, sólo fui una confusión y un juego en su vida.

─Celos de ti, por ti, no de ella, no por ella, tú eres mío Zero, mío únicamente.

─No soy de tu propiedad, soy un ser libre, no uno de tus subordinados lamezuelas.

─Eres mío, mi amor, mi amado, mío.

─Y te casaras con Yuki, no eres mío, entonces no soy tuyo.

Esta vez el peli plata, aparto de un empujón, al contrario, sin importarle que sus colmillos rasgaran su piel al salir tan bruscamente de este y un chorro de sangre cubriera la zona, Kaname se apresuró a acercarse de nuevo y deslizar la lengua saboreando esa sangre y sellando la herida.

─No lo hare, voy a hablar con el consejo, anularé eso. Al único que quiero es a ti, sólo a ti.

Volvió a lanzarse contra su boca, devorando sus labios en un beso posesivo, el albino lo permitió, dejo que sus labios fueran consumidos por el ardor de ese vampiro a quien juraba odiar, no. Ya no, lo sabía bien, no lo odiaba, no podía cuando lo deseaba y necesitaba tanto, cuando lo amaba tanto. Era arcilla en sus manos, después de haber sido suyo, ya nada era igual, desde aquella primera mordida, ese contacto de sangre que los golpeo tan fuerte a ambos y les hizo darse cuenta, que lo suyo nunca fue odio, que su rivalidad no era en si tal y que Yuki, no era quien más importaba en sus vidas, si no ellos mismos. Esa necesidad que surgió de ambos y les insto a buscarse con desesperación, a pelearse menos, a acceder lentamente, a alimentarse el uno del otro y después a comerse y devorarse entre ellos de forma cada vez más íntima, romántica, intensa, pasional.

Kaname era hábil con las manos, se deshizo rápidamente de las prendas de dormir del chico y comenzó sus caricias por todo su cuerpo, ligeros mordisquitos eran dejados sobre la blanca piel marcando terreno, marcas de posesión, suyo, el chico era todo suyo. Necesitaba dejar su marca por toda esa blanca piel, en el cuello, en los hombros, en el pecho justo al borde de los hermosos pezones, frutos rosas que se le antojaban tanto. Los gemidos y susurros íntimos llenaron la habitación.

Kaname separó los finos muslos y se internó en ellos lentamente, disfrutando la sensación, un gimoteo siguió aquella acción, sintió el ligero empuje de su amado en el pecho. Miro los ojos violáceos enturbiados por el deseo y las lágrimas que se agolpaban en las comisuras.

─Duele...



*****Imagen de Suculencia, eliminada por la censura de wattpad, la santorrona naranja*****



Se quejó el chico y no es que él no fuera fuerte, que fuese alguien frágil, incapaz de soportar el dolor, es que el sangre pura, era en verdad muy grande y había ido directo a él, olvidando la preparación, sintiendo que no era necesaria, puesto que no era la primera vez que tomaba así a su pareja, porque para él, Kyryu era su pareja. No más un cazador, no más un rey vampiro, no, ambos eran una pareja, sin importar sus roles en la vida.

─Lo siento, muérdeme, eso te ayudara, concéntrate en eso.

Zero tomo la palabra e hinco los colmillos en el hombro de su amante, hundió sus uñas en la espalda de este y succiono, dejo que la esencia de Kaname le llenara por completo, que le calmara, encontró su fuerza en él, saciando su hambre y su necesidad. Su amante comenzó a moverse contra él, avasallando su cuerpo de forma intensa y potente. Fuertes embates que le dejaban sin aliento, pero debía admitir que disfrutaba eso, aquel intercambio que compartían, la sangre y el sexo, el amor entre ellos, ese juego erótico de morder y morder, porque ambos adoraban morder.

Al terminar la sesión se abrazaron y se contemplaron el uno al otro, había más de una docena de mordidas en ambos, marcas en forma de media luna decorando los dos cuerpos. Ambos eran así, intensos posesivos, mordelones.

─Te prometo, tú serás mi único consorte, te amo Kyryu Zero. 

 

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