1 de octubre/Chaines/ Sterek

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Sí ya sé que ya no es primero, pero este es el os correspondiente al primero.



1. - Chaines / Sterek

Era un lobo de nacimiento, un alfa puro. Tenía años de práctica en la transformación y podía controlarse perfectamente. Es por eso que no lo entendía. No sabía que estaba pasando, esta vez, que sentía sus instintos a flor de piel, sentía que todo se saldría de control y la cagarria en grande. Algo había cambiado, no estaba seguro de que, pero no podía decírselo a su manada. Ellos no debían saber que su líder estaba inestable.

Miro la luna a través de la ventana, era grande y hermosa, pero aún no alcanzaba su punto máximo para ser una luna llena. Para su mala suerte, este año la luna llena, coincidía con el fenómeno de la luna azul. Cuando eso sucedía la mayoría de los lobos experimentaba un fuerte deseo por aparearse y eso sería un problema, si no lograba frenar sus impulsos.

Pensó que la solución más factible para evitar hacer una tontería, era la que usaba con los neo conversos, y los inestables o violentos. Las cadenas, lo mejor sería encadenarse y encerrarse en un sótano o bunker subterráneo. En alguna cabaña aislada o lugar lejano. Pero el detalle estaba en el ¿cómo? en el ¿Quién? No podía hacerlo sólo y su orgullo no le permitía confiar en nadie, para pedirle el favor. Ni siquiera en Isaac, el beta de su manada.

Frustrado salió a tomar aire, a despejarse un poco mientras pensaba en lo que haría.

Se encontró con Scott, el alfa de una manada amiga. Aliados suyos. Los Hale, y los McCall, llevaban años como aliados, sus madres Melissa y Talía, eran buenas amigas y siempre quisieron que sus hijos igual lo fueran. Pero debido a la edad, al carácter cerrado que se cargaba y a la jovial actitud del joven, simplemente no habían congeniado más de lo debido. Noto que el adolescente estaba acompañado. Era ese chico humano con el que tenía tan buenas migas. En lo personal pensaba que nada bueno salía de juntar lobos y humanos, en un lazo tan íntimo como era la amistad, casi hermandad, que esos dos tenían.

Observo con cuidado al chico, pero noto que había algo distinto en él. No, no es que fuera distinto, es que lo apreciaba con más claridad. ¿O era lo contrario? Entonces su olor lo golpeo y lo entendió todo. Aquel era el motivo de su descontrol, sin duda. Ese aroma, esa sensación, ese gruñido interno. Pero era un humano. ¡Un jodido humano! ¡La luna no podría estarle haciendo eso! ¿Que hizo para merecerlo? Y sí era así ¿por qué no lo había sentido antes?, a no ser que... A no ser que...

De inmediato alcanzo al par de adolescentes, dispuesto a averiguar lo que era de su interés. Al verlo Scott, le saludo, pero paso de él y pregunto directamente a su amigo. O más bien demando.

─ ¿Stiles verdad? ¿Cuántos años tienes?

─Sí Stiles y casualmente acabo de cumplir 18, habrá una fiesta en mi casa mañana por la noche. Si gustas puedes venir.

Dijo amigablemente el chico, pues conocía de vista y nombre al tipo de ojos verdes, debido a Scott, también sabía lo que era, su amigo le dijo. Era humano sí, pero sabía muy bien lo que la familia McCall, era y por ende sabía sobre los Hale, y guardaba el secreto, porque en primera era un buen amigo y en segunda, no quería que pensaran que heredo la demencia de su madre.

Y sí, se dijo Derek, allí estaba la respuesta. No lo había sentido antes porque el chico humano era menor de edad, pero ese día dejaría de serlo, bueno al menos en lo que a lobos respectaba y en cuanto a las leyes de algunos países, sabía que para Bacon Hills, hasta los 21, tendría la mayoría de edad, cosa que sería un problema ahora que tenía que tenerlo, y es que joder, su padre era el Sheriff ¿Por qué luna? Gimoteo internamente, pero bastaba contemplar la belleza del muchacho para contradecirse y decir ¡Ok, gracias luna!

KInktober On My WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora