Entre las Sombras [Lol, Kayn]

四十彡

[POV Rhaast]

Mierda, tuve un gran contratiempo. El cuerpo no soportó más y tuve que hacerlo estallar. Ahora soy una simple guadaña tirada en medio del bosque, magnífico.
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Ya llevaba aquí 3 días y estaba a la mitad del camino para llegar a la Orden de las Sombras. ¿En serio nadie ha pasado por aquí en 3 días? Necesitaba dominar a alguien para poder llegar con Kayn, no puedo ni imaginar cómo estará...
Escuché un par de pasos. Al fin podré salir de aquí.

—¿Una guadaña? —Era una chica. Transformarme en mujer no es lo más agradable, pero quiero salir de aquí.—¿Quién dejaría una guadaña en medio de la nada? —Inmediatamente se tapó la nariz. —Parece que hubo una masacre aquí o algo así.

Diste en el clavo linda, si, si, maravilloso ahora recogeme.

—Tiene un diseño muy lindo, la llevaré para agregarla a mi colección. —Su mirada cambió completamente y un aura maligna la rodeó.

¿Qué? ¡¿Qué es esta chica?! Me tomó sin ni un problema, la posesión estaba siendo rechazada.

—¡Oh! —Exclamó la chica! —¡Eres un Darkin! ¿Cuál de todos?

—Me atrapaste, soy Rhaast.

—¿Rhaast? ¡Él siempre habla de ti! ¡Estará encantado de verte una vez más!

¿Él? ¿Será que esta chica es la última portadora Darkin? ¿Por qué justo la persona que no puedo poseer tenía que recogerme? Yo y mi mala suerte.

[POV Kayn]

Desperté en mi último día en la enfermería. Hoy me darían de alta y la verdad ya me sentía mucho mejor que antes. Aunque el doctor me dijo que si seguía hiriendome de esta forma no podría volver a luchar. Y la verdad eso me aterraba un poco...
Agarré el espejo de la mesita de noche del hospital para ver mi cabello... Me sentía horrible. Sentía que una parte de mí me faltaba. Qué no era totalmente yo...
El espejo estaba constantemente en esa mesa, me miraba al menos unas 20 veces al día, y no específicamente por ego, sino por odio... Tocaba las puntas de mi cabello y las sentía como cuchillas cortando mis dedos.
Inmediatamente después de eso alejaba el espejo burscamente y lo volvía a poner en su lugar.

En ese momento entró Zed acompañado de mi médico a cargo, entregándome una carpeta que tenía los datos de mi hospitalización. No lo veía, pero de seguro Zed tenía una gran sonrisa en su rostro.
Me entregaron mi cambio de ropa y me cambié en el baño de la habitación. Salí "como nuevo", o eso me hacían pensar, de la enfermería.

Cuando ya estaba a solas con Zed habló.

—Estoy tan feliz de que ya te hayas recuperado hijo.

—Si, yo también. —Dije en un tono cansado y quizás algo sarcástico.

—¿Es por tu cabello no?

Solté un largo suspiro y afirmé con un simple movimiento de mi cabeza.

—Lo siento.

Zed se disipó dejando una sombra.
Entré a mi habitación y me recosté mirando al techo. Ese brusco movimiento hizo que me doliera un poco el abdomen. Al parecer y como sospechaba aún no estoy del todo recuperado, solo me sacaron antes porque Jhin y su compañero son una amenaza para la orden.
Quieren que yo me encargue pero cuando esté cara a cara con Jhin no podré hacerle nada. Quiero decir, somos amigos, no quiero hacerle daño. Aunque me hayan entrenado para matar y sea prácticamente un asesino perfecto, nunca conocí la amistad más que con Rhaast, y cuando me encontré con Jhin no sentí deseos de matarlo o torturarlo, ya que me ofreció su amistad y eso me hizo muy feliz. No quisiera defraudarlo.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el herrero de la Orden.

—Kayn, hoy a las 19:30 puedes venir a la herrería a elegir o diseñar el nuevo modelo y mañana temprano te lo entregaremos.

—Ok.

El herrero salió algo confundido por mi corta respuesta.
No quería reemplazar a Rhaast, pero era mi única opción. Eso o quedarme desarmado.

[POV Rhaast]

Llegamos a la "guarida" de esa loca. Era una cueva con miles de pasadizos secretos y puertas escondidas. Cuando llegamos a lo que se veía como la sala principal. Había un trono en el centro y un martillo rojo y demoníaco que iluminaba toda la habitación.

—¿Qué me has traído hoy Alba?

—Querido Darkin mío, su estimado Orxaay. Le he traído a su buen amigo Rhaast.

—Que agradable sorpresa. —Rió maliciosamente.

¡¿Orxaay?! Lo siento Kayn, me costará salir de aquí...