二十二

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[POV Rhaast]

Corrí lo más rápido que pude hasta la Orden de las Sombras, pero noté que algo extraño pasaba conmigo.

¿Qué? ¿Qué es esto? — Mis manos recorrieron mi cara. ¿P-Por qué... Sale agua de mis ojos? ¿Y mi voz? ¿Qué... Q-Qué pasa con ella?

Me detuve. No entendía que era esta presión en mi pecho, quería saber que era...

— M-Mierda...

[POV Kayn]

Al fin recuperé el control. Odio cuando Rhaast decide poseerme. Bueno, también es mi culpa, yo soy el que se pone inestable...
Entonces sentí algo que recorría mis mejillas. ¿Lágrimas?

¿Por qué el imbécil de Rhaast estaría llorando? ¿Si quiera sabe que es llorar?

Levanté a Rhaast del piso. — Hey Rhaast, ¿qué mierda te pasa?

... Nada que te incumba...

Luego descubriría que le pasaba a Rhaast, ahora debía volver a la orden. Zed estaba aún en mal estado y me dejó a mi a cargo. Y no estoy ahí... Agh, algo va a salir mal...

— Rhaast, ¿cuánto tiempo estuviste fuera?

— Unas horas... — Dijo desanimado.

— Rhaast, en serio necesito saber qué mierda te pasa. Este no eres tú. — Intenté sonar lo menos preocupado posible, porque, lo estaba. Un poco, pero lo estaba...

No es nada...

Bueno, si no me quiere decir, no voy a discutirle. Seguí avanzando, pero Rhaast se hacía cada vez más pesado.

— Rhaast, ponte de buen humor o cualquier mierda, te pones pesado cuando estás enojado o triste o putadas así. Ni con mis increíbles músculos y entrenamiento puedo levantarte con facilidad de ese modo.

— Bah... Ya qué... Me da igual.

Realmente estaba llegando a preocuparme por Rhaast. ¿Qué se supone que hizo cuando tenía el control de mi cuerpo? Estaba llorando y ahora está así...

— Rhaast... — Intenté sonar compasivo. — Puede que te odie y seas molesto, pero aún así eres mi compañero y rival, — aunque sea una puta guadaña — puedes decirme que te pasa.

Lo dejé apoyado en un árbol y me senté de piernas cruzadas en el suelo.

Pues... — Hizo un largo silencio. No, no puedo decirte, lo siento Kayn.

Suspiré. — Ah, está bien, solo... Olvídate de eso y piensa en matanzas. Es más, vamos a matar, eso te hará sentir mejor. — Intenté animarlo.

Aunque debía volver a la Orden de las Sombras para cumplir con la labor que me dejó Zed, no podría ir hasta allá sin Rhaast.

Está bien, vamos.

Se aligeró y pude seguir corriendo, sinceramente estaba muy desorientado, no tengo ni la más mínima idea de donde estoy, pero no se lo diré a Rhaast, voy a pretender que si sé a dónde vamos.

— Ok Rhaast, creo que hay un pueblo más al sur...

Norte.

— ¿Qué?

Más al norte, no al sur.

— Quería ver si estabas atento...

[POV Shiro]

Me encontraba caminando con Felicia, la acompañé a buscar algunas hierbas, ya que así me demostraría si en verdad tenía ese poder magnífico del que me habló mi difunta madre.

Le toqué el hombro. — "¿Puedes decirme qué hace esa?" — Apunté la primera hierba que vi.

Vi como sus ojos cambiaban de color, a un naranjo brillante. — "Esa planta no es medicinal, es algo tóxica, pero nada mortal." — Dijo en un tono frío, lo cual me sorprendió.

— "Vaya gracias." — Iba a seguir caminando pero Felicia me tocó el hombro.

— "Pero si la combino con aquella planta — la apuntó — podría crear un veneno bastante efectivo, aunque si se obtiene atención médica común en menos de 7 minutos, la víctima podría salvarse."

— W-Wow...

Me sorprende lo fantástico de su habilidad. Cuando terminó con sus señas sus ojos volvieron a su color normal y seguimos caminando. Me percaté de que cuando usa su habilidad ya no es risueña y alegre como ahora. Me pregunto a qué se debe... ¿Quizás necesite estar demasiado concentrada? No lo sé, pero lo descubriré, eso seguro.
Un rato después, noté que se quedaba atrás de mí, cuando antes iba a mi lado, además se tambaleaba un poco al caminar.

— ¿Estás cansada? — Pregunté algo preocupado.

— "Un poco..." — Dijo jadeando.

— "Pues aquí descansamos." — Con Ubiecc corté el tronco de un árbol, cayó al piso y nos sentamos ahí.

— "Gracias." — Felicia se sentó en el tronco, a mi lado.

Deje a Ubiecc en el piso, le dije que no podía hablar cuando estuviera con desconocidos, ninguno de los dos quería que alguien más supiera sobre los Darkin, Ubiecc no dijo nada mientras estuve ahí con Felicia.

— "Felicia, iré a buscar algo para comer, ya se está haciendo tarde y deberíamos volver, pero no con el estómago vacío."

— "¡Claro!" — Señaló alegre. — "Yo podría buscar algunas plantas que sean comestibles también."

— "Eso sería de mucha ayuda, pero no te alejes de aquí, ¿está bien?"

— "Entendido" — Sonrió y me fui.

Atento Shiro.

— ¿Qué? ¿Por qué? — Le reclamé.

Rhaast está cerca...

— YO IRÉ A PERSEGUIR A ESE IMBÉCIL.

[POV Kayn]

Estábamos muy cerca del pueblo, ya me orienté aquí. Mataríamos y luego nos iríamos, así de simple.

Kayn. — Su voz sonaba más seria de lo normal. En 5 segundos el chico de Kinkou vendrá y te atacará por el frente. Contrarrestalo.

— No soy un idiota. — Reí un poco y me moví a la derecha antes de que Shiro atacara. — Buen intento niñito de mamá~

En ese momento lo ataqué con un corte lateral simple, en esa posición no iba a poder defenderse. Pero un círculo de magia se formó bajo sus pies, haciéndolo invulnerable a mi ataque.
Retrocedí un poco como precaución.

— ¿También conoces las técnicas de Shen? Interesante... — Me puse serio y en posición de ataque.

— Y las de Akali...

Entre las Sombras [Lol, Kayn]Where stories live. Discover now