REMEMBRAINCE - El flujo de los recuerdos

CAPÍTULO 9

Tenison le mostró las fotos con ambos dibujos. La señora Murton se inmutó un poco y luego refutó:

—Pero no son exactamente iguales.

—Transmiten la misma idea, una bodega abandonada —dijo Tenison—. No sabemos si se conocían y planeaban algo o si por el contrario son víctimas de algún secuestro. Pero si logramos encontrar un dibujo similar en las pertenencias de su esposo, podría servirnos de mucha utilidad para el caso de los desaparecidos.

—En ese caso —respondió la señora Murton—. No creo que logren encontrar nada similar aquí. Mi esposo es un gran dibujante. Jamás haría esos garabatos.

—Igualmente debe dejarnos revisar casa. Podemos encontrar algunas cosas que nos podrían ser de mucha utilidad.

—¡Bien! —dijo Donovan poniéndose de pie —. ¡Pongámonos en ello!

                                                                                      ***

—El mundo ha cambiado, el campo de batalla se extiende ahora hacia la profundidad de la mente. Quien sepa dominarlo será el triunfador y quien no lo logre sufrirá una pérdida mayor a la de una guerra nuclear —dijo Lockwood mientras presentaba una reverencia a todos los presentes para luego sentarse.

Estas fueron las últimas palabras que se anunciaron en aquella asamblea luego de un mar de aplausos. Los miembros del proyecto continuaron sentados y un murmullo se comenzaba a escuchar a todos los alrededores.

—¿Cómo la ves, Norman? —dijo un hombre detrás suyo—. ¡Somos famosos!

Jensen se volteó y notó que era Duerr quien había estado sentado detrás de él toda la conferencia.

—Es increíble —dijo Jensen—. Esta cosa nos supera, parece un reto bastante ambicioso.

—Pero íbamos por el buen camino —continuó Duerr—. Logramos identificar las zonas del cerebro que se activaban al momento en que se producía un recuerdo.

—No me recuerdes esa basura —dijo Jensen—. Cuando tratamos de reconstruir la imagen de un recuerdo a partir de las áreas activas obtuvimos una imagen que hasta un niño de tres años podría dibujar mejor.

—Ya habíamos tenido esta conversación —sonrió Duerr—. Y como te digo, hay que tener paciencia. Si seguimos como vamos es probable que el gobierno comience a apoyarnos más, fíjate lo haciendo en este momento, ¿Y quién sabe? Es probable que con todo esto comencemos a avanzar órdenes de magnitud más rápido que antes. Esta actualización incluye un considerable aumento de sueldo, así como un significativo apoyo financiero y de recursos.

—Algo que no logro entender es ¿Por qué esta casa? —dijo Jensen frunciendo el ceño—. Parecemos más bien un grupo de monjitas de la caridad. O hasta un grupo de adictos en recuperación. ¿Esta casa es importante? No lo sé. Todo es tan poco profesional, ¿Por qué el mayordomo es un viejo con una terrible lesión cerebral? ¿Por qué en cambio el segundo piso es el paraíso de la información? ¿Por qué cada habitación ha sido arreglada para que nos sintiéramos cómodos?

—Creo que será mejor esperar —comentó Duerr intentándolo calmar—. Aún hay bastantes cosas que ignoramos y espero que nos las digan pronto. Si en serio estamos ante un avance de tal magnitud hay que comenzar a trabajar cuanto antes.

Jensen cruzó sus brazos pero la espera no duró mucho, Nowell se puso de pie y exclamó.

—Acompáñenme —mientras se ponía en pie y comenzaba a bajar las escaleritas que bajaban de la tarima al auditorio—. En orden por favor.