Love scene || Haikyuu

━Semi Eita VS Shirabu Kenjiro

-Para nada- Satori solo entre cerro los ojos.

-Sí, sí, como digas.

[...]

Pasaron algunos días hasta que llegó el dichoso día que comenzar la práctica de declaración.

El castaño esperaba en el árbol que se encontraba a un lado de la cancha de fútbol.
Ahí harían los ensayos pues no pasaba mucha gente y era un lugar tranquilo

Llegaste respirando con dificultad.

-Llegas tarde-Te reprochó.

-¡Lo siento! Me quedé hablando con unas amigas. -

-Como sea. Empecemos. -

Los pétalos caían sobre ustedes, el sol comenzaba a ocultarse detrás de las montañas, creando así un ambiente más romántico.

El corazón del ojo miel comenzó a latir de manera desenfrenada aún sabiendo que esa declaración no era para él.

-T-Tu...Me gustas mucho, ¡Por favor acepta mis sentimientos!

El cuerpo del castaño se puso tenso, se sentía demasiado real y eso le causaba cosquillas en las palmas de sus manos.

-¡Por favor sal conmigo Semi-kun!

Como si de un balde de agua fría se tratase, cayó en cuenta de que estaban ensayando.

-Deja de gritar, lo dejaras sordo.

-Eres cruel Shirabu.

No muy lejos de ahí, Eita había presenciado todo, sintiendo un gran alivio al ver que solo era un ensayo.

Así que trataría de hablar más contigo, aprovechando los sentimientos que tenías hacia él.

[...]

Uno de esos días el castaño y tu iban de regreso a casa, el metro se encontraba demasiado lleno para su gusto.

Teniendo que quedar sus cuerpos demasiado juntos, Kenjiro colocó sus manos a cada lado de tu cabeza para evitar que la gente los aplastara, poniendo como defensa su cuerpo.

Un sudor comenzo a crearse en tu frente y comenzase a detener el aire en tus pulmones, podías escuchar los latidos de tu corazón, además de oler la fragancia del castaño delante de ti.

Te sonrojaste de tan solo imaginar como sería estar en una relación con él.

<<¡¿Qué me pasa?! A mi me gusta Eita>>

Moviste de manera frenética tu cabeza, como si pudieras alejar tus pensamientos de esa forma.

-¿Estas bien? -Pregunto de repente.

Levantaste ligeramente el rostro, quedando así muy cerca el uno de otro, inmediatamente bajaste la mirada demasiado nerviosa.