Estúpidos Mortales & Percabeth

NSQ a la cuarta potencia y Crujidos: la pentalogía que requiere superglu

Ellaine

Percy Jackson es conocido como el solitario de Goode. Después de una ausencia de, más o menos, un año y medio no habla con nadie que no sea un profesor, hace los trabajos solo y siempre lleva puesta una sudadera, ocultando su rostro.

Y eso me fascina.

¿Jamás se han sentido atraídas por aquellos chicos discretos, que parecen ocultar un gran secreto, que se mantienen serios y deseas ser tu quien provoque esa sonrisa esperada? (N/A: no, no tenemos a alguien llamado Nico Di Anhelo) Yo sí, y ese es Percy.

Hoy tenemos profesora nueva. La de literatura dio a luz a su bebé ayer y está en el hospital. Como buena alumna fui a visitarla, con unas mantas y ropas para el niño.

Consejo: nunca intente dialogar con una mujer con la hormonas locas; sobre todo, después de los dolores del parto, solo conseguirán una gran cantidad de insultos.

Ya me desvié. Volviendo a lo de la maestra suplente, es increíblemente baja, debe de tener máximo metro cincuenta. Por su falta de altura y su mueca de amargura parece la Nuez de Plantas vs Zombies. También me recuerda a un gremlin con el que soñé me casaba, pero intento borrar esa imagen de mi cabeza.

—Buenos días, alumnos —dijo ella, con una voz digna de Voldemort—. Me llamo Drimeka Kaztrova y estaré aquí durante loa tres meses de reposo de la señorita Elián. Por favor, levantense uno por uno y digan su nombre.

En ese momento, se escuchó un sonoro ronquido cual oso frontino. Todas la miradas se dirigieron al último, en la esquina derecha derecha del aula, donde se encontraba un Percy durmiendo con la frente apoyada en la mesa y, cómo no, su sudadera azul ocultando su rostro. Tuve la inmensa tentación de ir y descubrir su cara, para observar si lo que escondía era la cara de un ogro o la un dios griego (N/A: Jo, qué inesperado), pero la profesora de nombre impronunciable me ganó.

Demostrando la puntería de un ninja, lanzó el borrador de la pizarra golpeando a Percy en el centro de la cabeza con una fuerza increíble. 

En esta clase seré niña buena.

Mi perfecto futuro novio se despertó sobresaltado, sacudiendo la cabeza pareciendo confundido, pero no musitó ninguna palabra.

—Usted debe de ser Percy Jackson —adivinó la maestra. El aludido sólo envolvió su cabeza con las manos —. Okey, señor genial, baje la capucha y presté atención a lo que digo.

Él la ignoró.

—Entonces, tendré que llamar al señor Blofis.

—No puede hacer eso, señora —gruñó Percy, y yo sentí que mi cuerpo se estremecía. Su voz es ronca y aterciopelada, divina —. Mi padrastro no debe de ser molestado por nimiedades. Además, el director y yo tenemos un trato respecto a mi sudadera.

—Yo no he sido avisada de ningún trato —replicó Dirmega, o Drimeha, yo qué sé —. Haga lo que digo.

—No quiero.

—Entonces le bajaré tres puntos por conducta.

—No me impor...—comenzó a susurrar cosas ininteligibles, como si estuviera asustado—. Está bien, pero que quede claro que lo hago baja profunda protesta.

—Bah, hazlo, engendro de satanás.

Hazlo, hazlo ,hazlo gritaba en mi interior, ya que no podía hacerlo en  alta.

Y, al fin, después de tanto tiempo de espera, vi su rostro. Un suspiro colectivo reinó en el salón, tanto chicos como chicas y maestra.

Definitivamente, su rostro es de un dios griego. ¿Mencioné que mi color favorito era el verde mar?

Percy tenía el cabello revuelto en todas direcciones, como si hubiera intentado peinarlo y él sólo lo ignoró. Si cara perfecta tenía el único problema de muchas pequeñas cicatrices a lo largo, como si antes hubiese peleado tan constantemente como un pandillero. Si lo fue, eso hace que me atraiga cada vez más.

La profesora estaba totalmente roja, aunque no sé si era del enojo o por lo guapo que era Percy. Si era lo segundo, llamaría a la policía.

—¿Feliz? —preguntó Percy. La maestra lo fulminó con la mirada.

—Tsk. Sus nombres no me interesan. Saquen sus cuadernos y escriban un poema de cuatro párrafos; iré a hablar con el director.

Salió de la habitación como si la estuviera persiguiendo Pennywise. Obviamente, nadie (N/A: nadie con minúscula) empezó a hacer la tarea, sino que todos vimos a Percy, que jugueteaba con un bolígrafo, y nos  acercamos a él.

—¿Saldrías conmigo? —inquirió no sé quién.

—¿Me das tu número de teléfono? —NSQ².

——Tengamos sexo —ofreció NSQ³.

Yo intenté ser más cuidadosa al hablar.

—¿Quieres ser mi novio? — mi sutileza es tanta como la de un ladrón gordo.

—Mi paciencia se está acabando —dijo NSQ⁴ a nuestras espaldas —. Todos alejense de mi novio, en especial tú, chico de la gorra, estás a punto tocarle su pódex.

Mario quitó su mano como si Percy tuviera lepra.

Se supone que al enterarse de que la persona que amas tiene pareja deberías estar destrozado por ello, mas yo sólo podía pensar en cómo haría para que en mis pesadillas nos apareciera esa rubia de ojos grises, que parecía tener una inmensas ganas de matarme. Entendí por qué al observar que era la única que no se había movido.

Prácticamente me teletransporté a mi asiento.

—¡Chica lista! —gritó Percy, tan entusiasmado que mi corazón crujió de dolor. Corrió y la abrazó —. ¿Qué haces aquí? Se supone que te quedarías en la casa.

Genial, viven juntos. Un crujido más.

—Y eso iba a hacer, sesos de alga —sonrió ella. Cuando sonreía, no daba miedo, pero eso acentuaba lo bella que era. Crujido tres de mi corazón —. Entonces tú olvidaste el libro de literatura.

—Eres la mejor, Annie.

—Lo sé.

—¿Y el libro?

—En el auto.

—¿Por qué no lo trajiste?

Annie amplió su sonrisa y murmuró algo en un idioma muy extraño. Percy le correspondió y la besó. Crujido cuatro.

—Te amo, chica lista.

—Y yo a ti.

Crujido cinco.

Mientras yo intentaba evitar que mi corazón se despedazara, él tomó su bolso u se fue con ella, agarrados de la mano.

Necesitaré pegamento industrial y unas aspirinas pata el dolor de cabeza causado por los gritos de Drimeka.

Hello, demigods!

I'm come back. Tardé mucho en actualizar, pero s que comencé clases y estoy leyendo Magnus Chase.

Quiero un/una Alex Fiero en mi vida.

La escena de multimedia fue épica.

Sayonara, moon town!