CIUDAD SUBTERRANEA ( Libro III de La Pequeña Ary)

Parte 27

Cuando Luka apoyo las manos en sus rodillas, Ary se dijo que él estaba más lastimado de lo que aparentaba ante los demás. Corrió hacía él enseguida y empezó a hablarle, pero él no reaccionaba. Tomo su rostro con ambas manos y empezó a hablarle nuevamente y esta vez sí consiguió que él la mirara. Sonrió feliz de ver sus hermosos ojos mirándola, pero sabía que estaba muy lastimado y era por su culpa, sin saber que más hacer, lo abrazo con cuidado y sintió como la sangre que Luka tenía en su cabeza mojaba su mejilla, pero no le importaba. El volvió a cerrar los ojos, pero no pudo ver si los volvía a abrir. Una mano la tomo del cabello y la arrojo hacia atrás. El dolor en su cabeza era insoportable. No podía pensar en nada más que el intenso dolor que sentía. Cuando abrió los ojos vio a un vampiro apuñalar a Luka en el estómago. Grito lo más fuerte que pudo para alertar a los demás, y los gruñidos no tardaron en llenar el lugar. Alguien la tomo para sacarla de allí, pero ella solo podía pensar en Luka y en que iba a morir si no lo ayudaban. Cuando se vio dentro de la prisión se desesperó aún más. Cuando fue puesta en sus pies dentro de una celda no dudo en patear y atacar con todo lo que tenía, debía llegar a Luka, tenía que ayudarlo de alguna manera. Al mirar al vampiro frente a ella se dio cuenta de que era Tristán. Después de la primera impresión, intento rodearlo para salir de allí, pero él le sujeto el brazo y la hizo retroceder, se inclinó para decirle algo, pero Ary lo que menos quería era oír cualquier cosa que él tuviera que decir, le dio una bofetada tan fuerte que le hizo ladear la cara. Una vez más intento pasar por su lado para salir de allí, pero él se lo volvió a impedir. Esta vez la tomo de ambos brazos y la sujeto para que dejara de intentar escapar luego se paralizo, tomó la barbilla de Ary y la obligo a volver el rostro.

_ ¿Bebiste la sangre? preguntó Tristán.

Ary lo miró sin comprender sus palabras y Aquello pareció enfurecer a Tristán, quien le volvió a repetir la pregunta, pero con un fuerte grito. Ary abrió la boca para hablar, pero no fue capaz de decir nada, veía la rabia en la mirada de Tristán y no tenía idea porque estaba tan enojado con ella. Tristán la tomó de los hombros y la acercó a él como si la fuera a abrazar pero luego la soltó bruscamente haciendo que cayera al suelo y salió de la celda, cerro de un portazo y puso llave. Ary grito su nombre a todo pulmón y se lanzó hacia la puerta, no podía creer que la hubiera encerrado. Gritó el nombre de Tristán una infinidad de veces luego le grito una y otra vez que lo odiaba y empezó a llamar a otros vampiros incluido Luka. Al no recibir respuesta de nadie se empezó a desesperar y a preguntar que estaría pasando fuera de la prisión. Quien los estaría atacando, acaso serían los vampiros traidores, acaso estarían junto con los cazadores. Aquel pensamiento la aterró. No quería ver a su padre de nuevo. Se preguntó si su madre y sus hermanitos estarían bien, rogó a Dios que ningún mal llegara a ellos.

Un fuerte golpe la hizo saltar, se quedó inmóvil tratando de oír algo y al cabo de unos instantes oyó pasos fuera de la celda, se aterró ante la idea de que fuera un cazador. Cuando la puerta se abrió retrocedió hasta el otro lado y rogó que no fuera un cazador, que no fuera su padre o Eleazar, los dos le aterraban. Al ver aparecer la cabeza de André se relajó y fue hacia él enseguida pero el él le grito que retrocediera. Ary obedeció inmediatamente y vio a Ángelo y a William cargando a Luka, lo acostaron boca abajo sobre un viejo camastro mientras revisaban sus heridas y lo acomodaban bien, le dijeron a Ary que ella sería la encargada de cuidarlo.

Repentinamente los tres se quedaron en silencio e inmóviles, los tres inspiraron el aire y se volvieron hacia ella enseguida.

_ ¿Bebiste su sangre? preguntó William

_ ¿Qué? preguntó Ary, recordando que Tristán le había preguntado lo mismo antes de enfurecerse con ella. Dio un paso atrás enseguida por si es que ellos reaccionaban como Tristán. André estuvo frente a ella en menos de un segundo. La tomó de la barbilla tal como hiciera Tristán, pero no le grito ni la miró con rabia.