Parte 19

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Cuando Ary supo de la partida de los vampiros se sintió aterrada. Dante y Ulises estaban allí y ellos la odiaban como nadie más.

Durante las primeras horas se sobresaltó ante el menor ruido y no quiso salir de su cuarto. Estuvo durante horas sentada en la cama con los brazos rodeando sus piernas y el rostro escondido en sus rodillas. Lloraba cada tanto en tanto y llamaba a su madre en su mente, como si ella pudiera oírla en Seinaj. Cuando William se enteró que ella no había salido de su cuarto en dos días se alarmó y subió inmediatamente a verla, Dante quiso seguirlo pero él lo detuvo y le dijo que iría solo.

Al entrar al cuarto Ary estaba sentada en la cama con la cabeza apoyada en la pared y sujetaba un chal con fuerza contra su pecho. La habitación estaba muy helada, nadie había prendido la chimenea y tampoco había leña para que ella lo hubiera hecho. El vampiro negó con la cabeza pues ni siquiera se había molestado en comprobar como estaba ella con la partida de los vampiros. Se acercó a Ary y empezó a hablarle para despertarla y llevarla al primer piso para que comiera algo y saliera al patio a tomar un poco de sol. Al no reaccionar decidió remecerla un poco para despertarla, apenas lo hizo la cabeza de Ary cayo hacia adelante sin control alguno. El vampiro la sujeto rápidamente y tomó su cuerpo con cuidado para acostarla en la cama, antes de que retirar su mano del rostro de Ary ella lo sujeto con fuerza y lo miro directo a los ojos. Ella no lo estaba viendo a él o a la habitación, estaban en un lugar totalmente distinto, solo unos segundos le tomó al vampiro darse cuenta que ella estaba teniendo una visión del interior de la ciudad fantasma, un lugar al que Nimrod jamás había permitido que un vampiro ajeno a su clan visitara. Todo el que iba allí era mantenido en la superficie siempre, jamás se les permitía ir a los pisos inferiores, mucho menos a las catacumbas. Ahora sin embargo él estaba viendo aquel lugar a través de los ojos de Ary. Aquel sitio era tan terrorífico como él siempre había imaginado. Vio a Nimrod sentado en un trono hecho en su totalidad con huesos de sus víctimas mientras veía como algunos vampiros de su clan estaban torturando a un grupo de seres humanos mientras otros desgarraban la garganta de otros humanos mientras bebían su sangre. Una vez que terminaron de beber de sus víctimas arrojaron sus cuerpos a una gran hoguera que ardía en medio de aquel lugar. Los gritos de los que estaban siendo torturados llenaba el lugar y el clan de Nimrod disfrutaba de ello. William veía la satisfacción en el rostro del despreciable vampiro. La visión de Ary terminó en ese momento pero antes de sumirse en la inconciencia le dijo a William que había un traidor entre los vampiros de la ciudad subterránea y él los iba a entregar a los cazadores. Todos los vampiros de la ciudad subterránea, incluido el traidor serían capturados por los cazadores en unas décadas más y serían llevados a la fortaleza de los cazadores.

William le exigió respuestas segundos después de reaccionar a sus palabras pero ella ya no estaba consciente y no importó cuanto la remeció o le ordeno despertar, ella estaba totalmente inconsciente. La acostó con cuidado y se puso de pie y empezó a caminar de un lado a otro. Repetía una y otra vez las palabras de Ary en su mente y sabía que ella no estaba mintiendo o se había equivocado, lo que ella le había dicho era cierto, había un traidor entre su gente y el los entregaría a los cazadores. Después de caminar por casi una hora de un lado a otro como un demente mientras pensaba en quien podía ser el traidor, se dio cuenta que no tenía ni la más mínima idea de quien era. Se detuvo y miró a Ary con la seria intención de despertarla y obligarla de alguna manera para que tuviera otra visión, y le diera el nombre del desgraciado que se paseaba por su casa y entre ellos mientras tenía tratos con los cazadores. Se enfureció ente esto y estuvo a punto de lanzarse contra la garganta de Ary solo para calmar algo de su ira bebiendo su sangre. Con gran esfuerzo controlo su salvajismo y salió de allí en busca de alguien en quien confiara ciegamente para hablar de lo que había pasado, pero se dio cuenta que todos en los que confiaba con su vida no estaban allí pues él los había mandado fuera de la hacienda por dos semanas. Se detuvo a medio camino mientras bajaba la escalera y cerró los ojos para calmarse.

__Todo bien__ preguntó Dante, pero William no le contestó, abrió los ojos y miró al vampiro preguntándose si él sería el traidor, luego miró a Ulises y se preguntó si no sería él. Apretó la mandíbula, furioso de no saber quién era el maldito traidor con el que convivía día a día. Empezó a bajar la escalera sin intención alguna de decirle nada a ninguno de los que había allí.

__La mocosa está bien__ pregunto Ulises, y esto llamó la atención de William, pues si a alguien no le interesaba en lo más mínimo el bienestar de Ary era a Ulises.  William no contestó a su pregunta solo siguió bajando la escalera. Ulises decidió subir a ver por sí mismo que pasaba con Ary pero William lo sujeto del brazo y lo hizo retroceder. Le prohibió subir al cuarto de Ary y luego se lo prohibió a todos. Cuando Valak quiso saber la razón, William perdió el poco control que le quedaba y les grito a todo pulmón que nadie subiría a ver a Aryela Leppala y nadie le dirigiría la palabra o se acercaría a ella a menos que él lo ordenara. Todos los vampiros que estaban allí se pusieron alertas enseguida pues jamás habían visto a William de esa manera, estaba totalmente descontrolado y eso era algo totalmente anormal. El líder de la ciudad subterránea era uno de los pocos que sabía cómo conservar la calma incluso en las situaciones más adversas, sin embargo el vampiro que estaba frente a ellos en esos momentos se comportaba como un verdadero demente, se veía al borde del colapso.

Cronosmiró a sus hermanos que estaban entrando silenciosamente y estos lo miraron a élinterrogativamente. Cronos sabía deprimera mano lo que se sentía verse a sí mismo en una de las visiones deAry. Estaba claro que la niña habíavisto algo que había desatado la ira deWilliam, el problema era que la niña no recordaba ninguna de sus visiones.Nadie tenía como saber que era lo que había visto y estaba claro que preguntarle a Williamno era una buena idea. En  silencio  lo  vieron  cruzar  el  living  y  sentarse  en  uno  de  los  sillones  que  había  al  otro lado  de  la  muralla,  no  duró  ni  cinco  segundos  sentado  allí, se  puso  de  pie  y  empezó  a caminar  de  un  lado  a  otro  y  su  furia  aumentaba   con  cada   segundo  que  pasaba, cuando finalmente  no  pudo  más  con  todo  lo  que  daba  vueltas  en  su   cabeza   rugió  como  una verdadera  fiera  y  miró  con  odio  a  todos  los  que  estaban  en  aquel  lugar  mirándolo  sin saber  que  le  pasaba. 

CIUDAD SUBTERRANEA ( Libro III de  La Pequeña Ary)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora