Parte 16

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Ary estuvo inconsciente durante horas, Carmina se rehusó a apartarse de ella hasta que Tristán logró finalmente convencerla para que saliera un rato mientras él la cuidaba, Carmina se sorprendió ante su ofrecimiento pero lo vio como algo positivo, le hizo caso a su hermano y salió de la habitación en busca de su marido. Tristán uso sus habilidades y se concentró en cada uno de los vampiros que estaban dando vueltas por la casa, cuando estuvo seguro que no había ninguno cerca del segundo piso, se acercó a Ary para revisar detenidamente el daño causado por Dante y decidió ayudarla tal como lo hiciera en su hacienda después de haberle dado un bofetada que la hizo golpearse contra un mueble. Acercó un dedo a la boca de Ary y con una de sus uñas se hizo un pequeño corte para sangrar un poco, el corte se cerró casi de inmediato pero sabía que unas cuantas gotas serían suficientes para que ella se recuperara. Esta era la tercera vez que sangraba por ella, la segunda vez había sido cuando la sacó del calabozo y el médico les dijo que ella agonizaba, aun no sabía cómo es que ninguno de los que habían andado por allí no lo había visto con uno de sus dedos en la boca de Ary. Estaba seguro que su hermana había hecho algo parecido para ayudarla pero no iba a preguntarle jamás sobre aquello. Con lo que no había contado era con que esas simples gotas de sangre la hubieran unido a él. Así como ella sentía su presencia, él la sentía a ella y aquello no le gustaba para nada, no quería tener esa clase de unión con nadie, no de nuevo, y mucho menos con una Leppala. Por más inocente que ella fuera seguía teniendo sangre Leppala y aquella familia no le había causado más que dolor y sufrimiento, los miembros de esa familia le habían quitado a su esposa, sus hijos, sus padres a su hermano menor y a la vampira que había dejado entrar en su corazón después de décadas de soledad y fríos encuentros para saciar sus deseos. Los Leppala a través de sus generaciones le habían causado más daño que cualquier otro cazador, aún no entendía porque había arriesgado nuevamente su vida por la hija de Markkus. Miró la silla mecedora en la que Ary se sentaba todos los días y se preguntaba porque se la había ofrecido a su hermana para que la pusiera en el cuarto de Ary, esa silla había pertenecido a Evelyn y era uno de sus tesoros más valiosos. Recordaba claramente a su esposa con sus hijos en brazos mientras se mecía en la silla y les cantaba para hacerlos dormir. Aryela Leppala no tenía derecho a usar esa silla, pero él era incapaz de sacarla de allí cuando la veía sentada en ella. Sabía que su hermana era consciente de la confusión que había en su cabeza pero sabiamente no decía nada al respecto.

Tristán volvió la silla hacia la cama y se sentó allí a esperar que volviera Carmina. Después de un par de horas oyó movimiento fuera del cuarto pero no fue su hermana quien venía a cuidar de Ary, era Luka y por alguna razón no le gusto que él estuviera cerca de ella. Se puso rígido ante ese pensamiento y maldijo internamente por haberle dado su sangre, no una sino tres veces. Él solito había creado un lazo entre ellos que duraría tanto tiempo como ellos vivieran, solo la muerte de uno de los dos podía deshacer ese lazo.

Aclaró su garganta y se puso de pie para salir de allí y poner la mayor distancia posible entre ella y él. Antes de salir de la habitación miró nuevamente a Ary y vio Luka dándole un beso en la frente, la furia que sintió ante ese insignificante gesto le dijo que debía largarse de allí inmediatamente. Ella era una Leppala y él un Dávalos, no podía evitar pensar en todos los que había perdido cuando la veía, y al oírla reír se enfurecía porque ella podía hacerlo pero sus hijos no. Ella estaba viva y ellos no, ella tendría un futuro de pesadilla al lado de ellos pero tendría un futuro y a sus hijos les había sido arrebatado violentamente cuando no eran más que unos inocentes niños. Por más que quisiera verla de manera diferente al resto de su familia no podía hacerlo, pero contradictoriamente tampoco podía negar que quería protegerla y verla a salvo de cualquier daño y se odiaba por aquello.

CIUDAD SUBTERRANEA ( Libro III de  La Pequeña Ary)Where stories live. Discover now