Parte 11

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Cuando Carmina subió a hablar con Ary, todo fue tan malo como se esperaba que fuera, Ary lloró durante horas al saber que nunca más vería a su madre y a sus amigos, no hubo manera de calmarla, no hubo consuelo para ella, cuando finalmente el cansancio la venció Carmina la dejó al cuidado de Luka y Franz mientras ella trataba de convencer a su esposo de cambiar su determinación.

William no dio pie atrás pero si permitió que Ary se comunicara a través de cartas con su madre y sus amigos, pero todo lo que escribiera sería revisado y aprobado por él antes de salir de la propiedad, lo mismo con la correspondencia que llegara para ella, sería revisada primero por él y él decidiría si podía ser entrega a ella. Carmina rugió de rabia e impotencia y no le importó arrojarle a la cabeza a su marido varios jarrones antiguos, su furia fue más grande cuando ninguno de ellos dio en el blanco, al menos tuvo la satisfacción de ver el horror en el rostro de William ante su violenta reacción y las valiosas cosas que ella le había destrozado contra la muralla detrás de él. Antes de que William alcanzara a decir algo Carmina le dijo que ya no era más su esposa y no lo quería ver llegar a su cuarto.

Salió de la oficina de William dando un portazo tan fuerte que botó varios cuadros y adornos que había en la muralla dentro y fuera de la oficina, la elegante puerta tampoco salió ilesa, la azotó tan fuerte que casi la sacó de las bisagras.

William estaba mudo e inmóvil.

Cuando Carmina llegó al cuarto de Ary era una verdadera furia, Luka se puso de pie enseguida y le habló una par de veces para que lo mirara, pero ella caminaba de un lado a otro y empezó a empuñar las manos como si quisiera golpear al primer idiota que se le acercara. Luka se calló al ver su rabia y se dijo que él no sería ese idiota, podía lidiar con cualquier bestia que le pusieran por delante pero no con Carmina. Había visto lo que había pasado con el idiota que la confrontó estando así de furiosa, recordaba claramente cómo le arrancó la cabeza a uno de los griegos. Carmina era la reina de las Bestias estando furiosa, lo mejor era no pararse delante de ella. En cuanto a Tristán y Janosh no había nada que no hicieran por su hermana menor, podían ser tan brutales como él cuando se trataba de su hermanita. Luka quiso reír de solo pensar en la pesadilla que se le veía encima a William por haberse dejado convencer por Dante y Ulises. Luka no tenía duda que ellos habían envenenado la cabeza de William respecto a Ary, nadie la odiaba más que ellos en esos momentos.

Conforme pasaron los días quedó claro para todos que las cosas no se veían bien para el tranquilo y civilizado clan de la ciudad subterránea, Carmina no le había vuelto a dirigir la palabra a William y cada vez que él se atrevía a hablarle o a mirarla ella le arrojaba lo primero que tuviera a mano, así fue como decenas de valiosos adornos terminaron hechos pedazos por toda la casa y a ella no le importó a que vampiro pertenecerían las cosas. Ella les gritaba que William era el responsable por lo tanto a él debían pedirle explicaciones. Más de una vez los vampiros miraron a Luka para que interviniera pero él solo levantaba las manos y se alejaba de Carmina. No podían creer que el vampiro más fuerte de todos le tuviera miedo a una delgada vampira que lo pasaba apenas por cinco centímetros. Poco más de veinte vampiros se habían mudado de manera definitiva a la ciudad subterránea pues no tenían intención de estar en medio de la guerra que había entre su líder y su mujer.

Ary por otro lado, estaba totalmente ajena a todo aquello, Carmina se había asegurado que ella no presenciara ni oyera nada, pues era obvio que se echaría la culpa. Carmina se había asegurado de que Ary siempre estuviera acompañada de alguno de los vampiros que no la odiaban. La pequeña no lo recordaba, pero ella y Luka si recordaban la visión que ella había tenido aquel mismo día que se enteró que no volvería a ver más a su madre. Ellosdos sabían que William terminaría cediendo ante las violentas rabietas de Carmina y todose arreglaría entre ellos y en algúnmomento volvería la paz a aquella casa,mientras tanto, Carmina había decidió que disfrutaría de los destrozos y el escándalo, eso le daríauna lección inolvidable a su marido.

CIUDAD SUBTERRANEA ( Libro III de  La Pequeña Ary)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora