Cap. 17 - Consecuencias

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Aún no había amanecido cuando Tony se reunió con el resto del equipo en la antecámara anexa a la sala médica

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Aún no había amanecido cuando Tony se reunió con el resto del equipo en la antecámara anexa a la sala médica.

En cuanto posó la mirada en el cristal que separaba una habitación de la otra, algo se revolvió en su interior: Alex estaba sola, tumbada y esposada a una camilla médica... ¿En serio?, ¿de quién había sido la brillante idea? Si ni siquiera estaba consciente ¿para qué narices le habían puesto unas jodidas esposas...?

Tony tuvo que inspirar hondo y contar hasta diez para serenarse antes de abrir la boca:

―¿De verdad era necesario? ―inquirió, con un deje sarcástico―. No va a atacarnos.

―Acaba de hacerlo. ―Steve no alteró un ápice la máscara de indiferencia tras la que ocultaba el aluvión de emociones que en ese momento batallaban en su interior.

No había transcurrido ni una hora desde que había capturado a Alex. Ya entonces la había visto agotada y rendida, prácticamente no reaccionaba a los estímulos externos... pero su actividad cerebral y sus poderes estaban tan disparados y fuera de control que Bruce había tenido que administrarle varios sedantes y otros barbitúricos para que ella pudiera romper todas las conexiones tecnopáticas que había establecido.

Ahora Alex estaba ahí tendida, sedada e inconsciente... Y, pese a todo, él no se atrevía a dejarla libre. Había demostrado ser mucho más poderosa y peligrosa de lo que ninguno sospechaba, probablemente ni ella misma. No podía permitir que volviese a descontrolarse. Era su deber velar por la seguridad de todo el equipo.

Estaba enfadado, alterado y, sobre todo, preocupado... Sus emociones eran un auténtico caos. No se sentía capaz de enfrentarla aún. Primero necesitaba tranquilizarse, averiguar qué estaba pasando... Ese asunto le estaba afectando mucho más de lo que era habitual en él.

―En realidad, no ha atacado a nadie, al menos no con intención de hacer daño. ―Bruce llegó en ese instante, acompañado de Natasha, que cargaba el teléfono móvil de Alex consigo.

La pelirroja tenía los ojos enrojecidos, como si hubiera estado llorando. Steve reparó en ello, y supo que debía prepararse para lo peor... Pocas cosas conseguían afectar a Natasha hasta ese punto. Solo en una ocasión la había visto derramar lágrimas: tres años atrás, cuando Nick Fury había fingido su muerte.

―¿Y qué pasa con Vision? ―Wanda alzó la mirada. Estaba sentada en un sillón, entre Sam y Clint. Thor permanecía en pie, apoyado junto a la puerta.

―No te alteres, brujita, ya lo he examinado, Vis está perfectamente ―respondió Tony―. Alex solo activó su protocolo de hibernación. No tengo ni idea de cómo lo logró, pero el caso es que en unas horas despertará como nuevo ―agregó, chasqueando la lengua.

¿Acaso los demás no veían que ahí las víctimas no eran ellos? Alex nunca los traicionaría... estaban hablando de Alex, ¡de su Alex! Estaba seguro de que había una explicación muy razonable para todo lo que había sucedido.

Trojan » Steve RogersOù les histoires vivent. Découvrez maintenant