La primera vez que rompí una promesa

Start from the beginning
                                    

―No me hagas nada por favor ― le supliqué mientras este se separaba de mí y comenzaba a caminar de un lado a otro sonriendo, sin apartar su mirada color oro de mi persona.

― ¿Qué debería hacer? Un ángel, veamos.... Puedo quitarte tus lagrimas para cumplir mis deseos, ah no, espera esas son las sirenas; entonces debería quitarte tu corazón y comerlo para tener vida eterna o beberme toda tu sangre, o usarte como sacrificio en un ritual con magia negra, o... mejor aún, quitarte tus preciadas alas ― sonrió mirándome de manera diabólica mientras sentía como mi corazón se detenía, había escuchado de todas las horribles cosas que hacían los demonios y éste hablaba enserio.

―Por favor... ― le supliqué, pero este simplemente comenzó a reír a carcajadas sujetando su estómago y alejándose de mí.

―No puedo... ― su risa no lo dejaba continuar ― ¿De verdad te lo creíste? No puedo creer que de verdad no les enseñen nada.

― ¿A qué te refieres?

―No te haré nada, aún, pero quiero saber ¿Qué es lo que hace un dulce angelito aquí? no bajan muy seguido y tu esencia es diferente a los que suelen venir a vigilar a los elegidos y a hacer exorcismos.

―Bueno...― traté de hablar sintiendo como tartamudeaba por el miedo que sentí ― Soy Orión y soy un guardián ― dije mirándolo con seriedad y viendo cómo se sentaba en el sofá, de sus bolsillos sacaba un paquete de cigarrillos y lo encendía haciéndome sentir el horrible olor del humo del tabaco.

―Lo siento Orión, lo apagaré ― decía mientras estampaba su cigarrillo en un cenicero color plata ― ¿Y que hace un guardia acá? Pensé que se dedicaban a estar todo el día pegados a un monitor...

―Yo bajé para salvar a Max ― le dije sintiendo un cálido sentimiento en mi corazón sólo por recordar al chico de ojos color chocolate.

― ¿Un humano?, ¿Estás bromeando?, ¿Te dieron autorización para eso? Con lo que ella cuida a sus bebés dudo que te hubiese dejado bajar con una sonrisa en el rostro.

―No... yo bajé si permiso.

― ¿Qué?

―Si no lo hacía Max moriría...

―Pero es un humano, mueren a diario... no creo que sea importante que mueran más como él.

― ¡Yo no dejaré que él muera! Él será feliz, yo llenaré su vida de hermosos recuerdos ― le dije subiendo mi tono de voz.

―Malgasto de energía... bueno en fin ¿Qué paso con tu barrera?

― ¿Mi barrera?

―Si, por eso no podía acercarme a ti... ya no la tienes ¿sabes? Me debes mucho ¿Qué hiciste con ella?

―¿Mi barrera?, ¿Será que? ― comencé a pensar en que podría ser mi barrera, no sabía nada respecto a una y la verdad era que el demonio tenía razón, no nos enseñaban mucho sobre nosotros mismos ¿Por qué?

―Si, tu barrera. En si es prácticamente energía luminosa, pero eso es lo que te mantiene a salvo de la impureza de este mundo y de tipos como yo ― sonreía mientras se apuntaba.

―Creo que... se la di a Max - le sonreí.

― ¿A un humano? Mierda... ¿Eres un tonto?, ¿De verdad no les enseñan nada? da gracias que encontré ese collar, pero no durara para siempre...

Sujeté una cuerda atada a mi cuello, era una simple cuerda con un amuleto color blanco tallado, no parecía ser algo muy valioso.

― ¿Tienes hambre? ― me preguntó mientras se paraba y se dirigía a su cocina.

Cuando mis alas desaparezcanWhere stories live. Discover now