C A T O R C E

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West O'Connor

Mi cabeza estaba apoyada en el hombro de Gael, quien tenía su cálida mano acariciando mi cabello haciéndome mimos, frente a nosotros su familia y mis compañeros del clan nos veían algo (muy) sorprendidos.

-Es hora -dijo Castiel ubicándose en medio del círculo que habíamos creado con un poco de especias raras de brujos que él nos pidió conseguir-. Necesito sangre de un hermano de Adriel
-Yo -dije levantándome para poder acercarme-.
-No -me detuvo Eliah-. Lo haré yo
-¿Por qué? -fruncí el ceño-. Adriel también es mi hermano
-Yo soy el líder del clan, siéntate

Sus ojos claros me miraban con tanta frialdad que logró incomodarme, rodé los ojos y regresé a mi sitio junto a mi lindo lobito quien acarició mi espalda dándome algo de ánimos.
Castiel tomó un extraño collar y lo bañó con la sangre de Eliah, finalmente comenzó a recitar unas palabras en un idioma que no pude llegar a reconocer, el objeto comenzó a balancearse en su mano como un péndulo, de un lado hacia el otro.

-Ostende mihi viam ad iuvenes vampire -susurró y el collar cayó con fuerza de sus manos y se movió sobre el mapa que estaba extendido sobre el suelo, hasta parar en un lugar-. Pensilvania
-¿Qué dices? -Eliah gruñó-.
-Adriel Van Iveren se encuentra en Pensilvania
-Eso no puede ser -mi hermano susurró-. Yo he estado ahí, hemos buscado por todos lado
-Mi madre es muy poderosa, lo he dicho ya -el pelinegro rodó los ojos-. Ha hecho un hechizo
-¿Tú no estabas con ella?
-Hace cinco meses nos alejamos -miró el mapa-. Pero supongo que me está buscando
-¿Cómo es que te has mantenido oculto? -preguntó Jack, el padre de Gael-.
-Realizando varios hechizos -suspiró-. Como sea, ahora que saben donde se encuentra Adriel, necesito que me paguen
-¿Cuánto dinero necesitas? -Aris preguntó-.
-No quiero dinero -sus ojos azules me miraron-. West

Asentí con la cabeza y me acerqué a él ayudándolo a levantarse del suelo, se sacudió la ropa y luego miró a su alrededor, los lobos estaban hacia un lado lo más alejados que podían de los vampiros, a pesar de todo era obvio que no iban a superar sus diferencias tan fácilmente.

-Los brujos tenemos algo así como una obligación de ligarnos con alguien para poder tener todo nuestro poder completamente -miró sus manos-. Al nacer, mi madre se ligó a mí por lo cual ella es más poderosa aún -suspiró-. Si un brujo ligado por algún motivo llega a desligarse, morirá
-¿Quieres desligarte a tu madre? -Travis Moon habló-. ¿Cómo se hace eso?
-Si, necesito desligarme, pero para poder vivir -miró a su alrededor-. Debo de ligarme a alguien más
-¿Ese será tu pago? ¿Ligarte con uno de nosotros para sobrevivir?
-Si, necesito que uno de ustedes. Ya sea vampiro o lobo, se ligue a mí
-Los lobos no podremos -habló Matthew Moon-. Cada lobo tiene una pareja destinada por lo que se nos haría imposible
-Nosotros también tenemos algo parecido -habló Eliah-. Los vampiros podemos reconocer a nuestra pareja por su resaltante olor de sangre

Miré a Castiel quien parecía algo furioso por no obtener su pago, sabía que si él se enojaba sería algo muy malo.

-Yo me ofrezco de voluntario -dijo una voz entre los lobos-.

Todos nos giramos algo sorprendidos hacia el joven que salía de entre el grupo de los licántropos, era uno de los primos de Gael, creo que se llama Carl.

-¿Hijo, pero en qué estás pensando? -el ex cazador se acercó al chico-. ¿No piensas en tu futura pareja?
-Padre, deberíamos de tener consideración con el chico -señaló a Castiel-. Él logró que encontremos al hermano perdido del mate de Gael
-Tienes razón -habló Eliah-. En ese caso, los vampiros debemos de estar agradecidos, siento mi anterior negación, uno de nosotros se ofrecerá voluntario

Castiel miró fijamente a Carl quien aún no apartaba su mirada de él, y comenzó a sonrojarse, pero ante las palabras de mi hermano tuvo que recomponer su postura.

-Iré por algunas cosas, en media hora vuelvo para hacer el hechizo -tomó el mapa y el collar y abriendo un portal desapareció por él-.

Ahora, ¿Qué vampiro sería el elegido?

Habían pasado más de una hora desde que Castiel se había ido, por fin Eliah había elegido a un joven vampiro recién convertido para que haga el hechizo de ligación con mi amigo brujo, pero este había desaparecido

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Habían pasado más de una hora desde que Castiel se había ido, por fin Eliah había elegido a un joven vampiro recién convertido para que haga el hechizo de ligación con mi amigo brujo, pero este había desaparecido. Y yo realmente comenzaba a preocuparme por él, tras todo lo que nos había contado, supe que había sufrido mucho bajo el mandato de su terrible madre, Bèatrice Leblanc, la bruja más poderosa de todas, y una de las causantes de la desaparición de mi hermano menor.

-¿Y si su madre lo encontró? -preguntó preocupado Elliot mientras se abrazaba a Aris-.

Estaba tan preocupado en encontrar a mi hermano que no me había dado cuenta que esos dos estaban muy juntos últimamente.

-No lo creo, ese joven se ve muy listo
-Voy a volver a llamarlo... -saqué mi teléfono del bolsillo de mi pantalón-.
-Esperen -soltó Gael analizando el entorno-. ¿Alguien ha visto a Carl?

 ¿Alguien ha visto a Carl?

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Castiel Leblanc

Aparecí en la sala de mi departamento tras haber cruzado el portal que me alejaba de aquellos lobos y vampiros indecisos, era algo obvio que se iban a negar ante mi petición, pero al menos había logrado ayudarles a encontrar a su hermano.

Removí algunas cosas que estaban tiradas en el sofá y me lancé en él algo agotado, tenía sudor en mi frente y mis labios estaban algo agrietados, sentía demasiado calor a pesar de tener el aire acondicionado prendido. Suspiré cerrando los ojos decidido a tomar una pequeña siesta.

No parecían haber pasado más de veinte minutos cuando unos toques en la puerta lograron despertarme, me removí en el lugar hasta llegar hacia la entrada, cuando abrí la puerta lo primero que hice fue abrir mi boca algo sorprendido.

-¿Cómo llegaste aquí? -le pregunté al joven lobo-.
-Seguí tu olor -su mirada era penetrante, analizando todo de mí-.
-Pero pasé un portal, al menos que yo sea tu mate, tu no puedes sentir donde es... -oh por dios-.
-¿Ya lo notaste? -rodó los ojos mientras se cruzaba de brazos-.
-Pero como...
-Nadie sabía de tu existencia desde que entraste a la escuela -comenzó ingresando al departamento-. Excepto yo, tu olor era tan atrayente que lo supe de inmediato -suspiró-. Nadie lo sabe, yo no quería aceptar que un "humano" era mi mate, pero luego de todo esto, yo -se mordió el labio-. No puedo aceptar que estés ligado a alguien más que no sea yo

Ladeé mi cabeza tratando de entender todo lo que me había dicho, una pequeña felicidad se instaló en mi pecho al saber que era el mate de un lobo, que alguien por fin podría amarme como era y no solo usarme por mi poder. Sonreí levemente y me acerqué al chico, mis brazos cruzados tras su nuca.

-¿Cómo dices que te llamas?
-Carl Moon -rio levemente-. Entonces... -susurró sobre mis labios-. ¿Hacemos el hechizo?

Me separé de él y asentí con la cabeza algo entusiasmado.
Por fin me iba a librar de ti, madre.
Por fin sería feliz.
No estaré mas bajo tu sombra.
Ya no seré más un Leblanc.
Solo seré: Castiel.

Only One ©Where stories live. Discover now